El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Nueva “Guía Alimentaria” (pirámide SENC) en construcción: cambiar para que nada cambie

Empiezo poniéndome el casco y las protecciones, aunque ya adelanto que si este post fuera bien entendido, con la sana crítica constructiva como principal objetivo (con éste fue escrito) no debiera hacer falta. Espero y deseo que los implicados quieran encajar mis comentarios en su verdadera dimensión.

Resumo fugazmente el contexto para todos aquellos que no estén al corriente y luego me extiendo para justificar mis opiniones. Resulta que hace muy pocos días hemos sido conocedores de que se está realizando una revisión de la conocida como “Pirámide de la alimentación saludable”. Lo primero que pasó por mi cabeza al enterarme, fue un enorme “por fin”, con suspiro incluido, mientras dirigía mi vista hacia el cielo (como si este hubiera desempeñado o fuera a desempeñar algún papel).

Al poco de leer la primera noticia que me dio para ir tirando del hilo y llegar al trasfondo de la “nueva” pirámide, ese celestial “por fin” del que hablaba se fue transformando en una desagradable sensación del tipo “tierra trágame” acompañada de no poca incredulidad, hasta terminar en un angustioso “mátame camión”. (Le quito hierro al asunto a la hora de contarlo porque lo prefiero así a expresarme según me pide el cuerpo).

Los antecedentes

Hacia mediados del pasado siglo XX se fueron popularizando las conocidas como “guías alimentarias” que a partir de la utilización de iconos y representaciones gráficas más o menos accesibles se pretendía hacer llegar a la población una serie de consejos básicos sobre el qué comer con el fin de poder establecer un patrón de alimentación más o menos saludable. Con el paso de los años las distintas guías publicadas por diversos países fueron objeto de una serie de cambios con el fin de adaptar el mejor conocimiento de las cuestiones nutricionales al avance de los tiempos, a la vez que se trataba de hacer llegar a partir de mejores herramientas y representaciones más sencillas de interpretar por parte del ciudadano de a pie. Con independencia de los contenidos, hemos vistos guías en forma de rombo, de rueda, etcétera

En este proceso merece la pena detenernos en el año 1991 ya que fue entonces cuando el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (la USDA) publicó la primera “pirámide” que supuso un hito importante que pronto fue reinterpretada por muchos otros países y adaptada a sus necesidades y particularidades. De aquella “pirámide”, deriva nuestra actual “pirámide de la alimentación saludable” (al menos en su forma) y que ahora, y después de otras modificaciones, vuelve a replantearse.

Pirámides USA

Se hace preciso prestar atención al caso de la USDA y observar el destacado interés que en Estados Unidos ha supuesto cada renovación de los contenidos con el fin de hacer estos mensajes más claros y directos, y lo menos controvertidos posibles. En mi opinión está claro que más allá del éxito de las transformaciones acaecidas desde la primera pirámide USDA, cada nueva propuesta ha supuesto un claro esfuerzo por mejorar la herramienta. La primera gran renovación la vimos en 2005 (my pyramid) cuando los estratos de la pirámide que contenían alimentos pasaron de estar en posición horizontal o paralela al suelo a dividir la pirámide desde la cúspide y hacia su base en posición más o menos vertical. En mi caso reconozco que no me gustó ya que el icono, ese tipo de representación, complicaba la comprensión de los contenidos. Es probable que por ello durara tan poco, y así en 2010 la USDA publicaba una nueva (de verdad) herramienta apartando por completo el concepto de pirámide y optando por la sencillez al presentar my plate. Una herramienta que, más allá de los contenidos a mí me resulta mucho más difícil de malinterpretar, más clara. Posteriormente y tal y como mencioné en esta entrada la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (HSPH, que también editó su propia pirámide tiempo atrás) publicó una nueva guía eligiendo, en mi opinión con acierto, la fórmula “del plato”… y además con unos contenidos difícilmente mejorables.

La pirámide española

Me he referido a las modificaciones más recientes de las guías alimentarias en EE.UU porque en España este tema ha evolucionado de forma muy diferente. En España y finales de siglo XX nuestras autoridades sanitarias tomaron las pirámides de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) como referente a la hora de dirigir a la población un mensaje sobre alimentación saludable. Así, desde la primera pirámide publicada por la SENC de la que yo tengo constancia, allá por 1995, hasta la actualmente vigente (la publicada en 2004) los contenidos generales de la famosa pirámide apenas han sufrido cambios de relevancia, salvo la de subir o bajar el aceite de oliva, cambiar el vino a derecha e izquierda de la imagen, o adicionar, además del vino, la cerveza en la guía. Cambios de escaso calado que a mi modo de ver responden poco a cuestiones nutricionales y más a… otras cuestiones (que cada uno haga volar su imaginación). Es decir, desde hace 20 años el grueso de del mensaje de la pirámide de la SENC sigue igual a pesar de que las cosas desde la perspectiva de la nutrición comunitaria han cambiado bastante. Una especie de «Atrapado en el tiempo» nutricional.

piramide-senc

Y lo que es peor, tienen pinta de seguir igual ya que la presentación de la “nueva» pirámide va por el mismo camino… o peor. Digo así porque el mensaje estrictamente dietético sigue exactamente igual (alimentos ricos en hidratos de carbono en la base; un segundo escalón con frutas y verduras más el aceite de oliva; el tercero ocupado por alimentos más o menos proteicos -carnes pescados, legumbres y frutos secos- y lácteos bajos en grasa; un cuarto escalón con carnes grasas y derivados cárnicos y; por último snacks y alimentos especialmente ricos en azúcares). Lo-mis-mo-de-siem-pre; sin olvidar a nuestros queridos wine & beer omnipresentes por estos lares.

Como si el mensaje, la herramienta, no fuera lo suficientemente farragosa de interpretar con tanto ítem presente, al mismo tiempo la “nueva» pirámide parece que se va a ver “enriquecida” con otros conceptos que, a los pies de la misma, van a informar al ciudadano de la importancia del “equilibrio emocional” (como lo oyes), el peso del “balance energético”, «la sostenibilidad» y la práctica de “tecnologías culinarias saludables”. Según parece, en este último aspecto se va a hacer referencia más a la posible interacción entre los distintos materiales de cocina y los alimentos (como ves un tema de rabiosa actualidad y de una urgentísima importancia en materia salud pública) que a la conveniencia de hacer más o menos fritos y rebozados.

No me iré sin hacer aportaciones en positivo

En mi opinión, si tuviera la ocasión de plantear mis modificaciones ante el replanteamiento de una guía alimentaria dirigida a los españoles, las haría de la siguiente forma:

  • [eliminado]
  • Acto seguido propondría el cambio de la fórmula de la “pirámide”. A día de hoy y con la pre-presentación de la “nueva” que se ha hecho, supondrá un galimatías de aun peor comprensión que la anterior. Los mensajes debieran ser pocos, claros, directos y sencillos… sin tener que estar delante de la pirámide media hora para desentrañar sus secretos. En este sentido, más allá de sesudos científicos y médicos, brindaría una oportunidad a los profesionales del marketing… y todo ello con un objetivo claro en mente: pureza de ideas.
  • Daría un mayor peso que el que se le da en la representación visual de la “nueva” pirámide a las frutas, verduras y hortalizas. La mayor parte de todas las recomendaciones que realizan otros países ya han cambiado el chip, desterrando de ese lugar preminente a las fuentes alimentarias ricas en hidratos de carbono (arroces, pastas, derivados del trigo, etcétera). Y no, no me malinterpreten, no estoy ni muchísimo menos en su contra; lo que digo es que a día de hoy y habida cuenta del actual patrón de consumo todas la principales estrategias ha de ir encaminadas a fomentar el aumento de los alimentos de origen vegetal fresco y a disminuir el de los alimentos ricos en hidratos de carbono. Y no se trata solo de cambiar tendencias de consumo, también la evidencia científica está detrás de este mensaje. Fíjense por ejemplo en “my plate” de la USDA o en el “plato de alimentación saludable” de la HSPH. ¡Pero si hasta la pirámide de la dieta mediterránea ya ha avanzado en ese sentido!
  • Quitaría, y sin mirar atrás, cualquier alusión a las bebidas alcohólicas. Si quieren, pueden apoyarse en la opinión de la OMS. A día de hoy y sin contar la otra pirámide patria (la de la dieta mediterránea) ¿alguien me puede decir una sola guía dietética oficial que en la actualidad contenga alusión alguna a los beneficios sobre un determinado consumo de bebidas alcohólicas? Pues eso.

Lo cierto es que lo voy a dejar aquí… habría muchas más mejoras que hacer y al mismo tiempo dar muchas razones que las justificaran, pero creo que por hoy es suficiente. Prometo que la semana que viene dedicaré un post en exclusiva a proponer mejoras y justificarlas.

Solo me queda reiterar mi voluntad de ayuda ya que yo sí que creo que las cosas se pueden hacer mucho mejor con el fin de beneficiar a los actores principales de estas cuestiones, los ciudadanos. Quizá, abrir la mano para que otros profesionales, con otra formación que no sea la estrictamente médica, y que al mismo tiempo aporte una “sangre” y perspectivas nuevas a este asunto sea una sugerencia que podría ayudar mucho en esa tarea a la que ustedes llaman consenso, y que a mí, me cuesta mucho encontrar en este tipo de trabajos.

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Nota: El contenido original de este artículo ha sido modificado porque la información que contenía no había sido verificada ni contrastada convenientemente. Falta íntegro el epígrafe titulado «Circunstacias kafkianas (las de siempre por otra parte)»

Lamento las molestias ocasionadas.

Nota 2: Ruego muy encarecidamente que los lectores pongan en contexto los contenidos de este artículo con la visualización de dos vídeos ambos pertenecientes a la Sesión Científica Extraordinaria “Guías Alimentarias, Equilibrio Nutricional y Balance Energético” en el marco de la Real Academia Nacional de Medicina: El primero de ellos es la intervención del Prof. Javier Aranceta Bartrina que dura poco más de media hora y sugiero prestar atención a los minutos 00:26 y 33:50. El segundo corresponde a la intervención del Dr. José María Ordovás que dura algo más de 50 minutos y también sugiero prestar especial atención a los minutos 00:26 y 1:05

Imagen: Pirámide SENC 2004.

La era de los “platillos nutrientes”

Ya comenté hace varios meses la nueva estrategia de la administración norteamericana encargada de dirigir mensajes a la población general sobre el qué, cuánto y cómo comer mejor. Realmente no es nueva, es la más reciente y es la que está en vigor. Se trata de la sustitución de la clásica pirámide por el plato (más en concreto, mypyramid por myplate) No era nueva ni tan siquiera cuando lo reflejé en el blog porque la estrategia se puso en marcha a principio de 2011.

 

En su momento alabé el cambio porque, en esencia, con él se consigue un mensaje mucho más conciso y gráfico que la complicación de la pirámide, y más tal y como la habían “aviado” en los últimos años los norteamericanos con complicadas estratificaciones verticales desde su vértice hacia la base, en vez de las clásicas divisiones paralelas a la base. No tuvo éxito, y no me extraña.

Sin embargo la estrategia del plato sí que lo está teniendo, éxito me refiero. Tanto que en la actualidad son muchas las organizaciones y sociedades científicas que han apostado por pasarse a esta nueva herramienta. Como digo, me parece mucho más práctica y comprensible.

Una de las primeras adaptaciones y también críticas al myplate de la USDA (United State Deparment of Agriculture) vino desde este mismo país, en concreto de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard que utilizando el mismo modelo hizo algunas matizaciones que en mi opinión particular no han supuesto otra cosa que mejoras. En este caso, se ha dado en llamar “Plato de la Alimentación Saludable” (Healthy Eating Plate) y la puedes consultar en este enlace.

Pues bien, la –plausible- moda de estos platillos ya ha llegado también a España. En concreto, la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) y la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) acaban de editar su particular versión a la que han denominado “El Plato Ideal”. Y lo han hecho aprovechando que el pasado 14 de diciembre se conmemoraba el Día Nacional de la Obesidad en España. Si quieres puedes consultar el documento en cuestión en este enlace.

La utilización de platos en vez de pirámides sigue siendo para mí una buena medida, con probabilidad de ser más efectiva si se quiere que es de lo que se trara… pero siempre y cuando se respete la idea, me imagino original, de conseguir lanzar un mensaje más visual, más inmediato y menos complicado. Por eso, si se me lo permite, “El Plato Ideal” ha dado un paso hacia atrás en este planteamiento y ha vuelto a enmarañar la información que debiera ser escueta y básica con detalles a mi juicio innecesarios, al menos en una herramienta elemental. Estos mensajes excesivos hacen referencia a mencionar el tamaño concreto de las distintas raciones de los diversos grupos, el detalle de los gramos, al número de raciones por día o por semana… ¡uf! para mí son cuestiones que lejos de ayudar a la población, complica el mensaje y quizá, quién sabe si llegado el caso, hace creer a la población que es necesario vivir esclavo de una báscula de cocina y de la cuantificación ultradetallista.

Otro de los aspectos que no me han gustado es la referencia al consumo de lácteos. Myplate también lo observa, pero el Healthy Eating Plate de Harvard no, esta era una de sus modificaciones. Al mismo tiempo “El Plato Ideal” patrio es el único que incluye una referencia al consumo de bebidas alcohólicas entre la población adulta, referencia que no se encuentra ni en el de la USDA ni en el de Harvard. En concreto el “plato Ideal” dice (es un documento pdf de tres páginas):

Vino y cerveza. Los adultos pueden tomar un poco de vino o cerveza en las comidas, pero recuerda que cada gramo de alcohol lleva 7 kcal, y que el consumo debe ser moderado.

En resumen, pese a ser un herramienta más válida que la pirámide y por tanto considerada como una mejora, la impresión que me da es que en el español “plato ideal” se ha reunido (mezclado si se quiere) toda la información de los platos anteriormente editados (los de la USDA y Harvard) y se le han incluido también los para mí aspectos mejorables que tenía y tiene la pirámide de la alimentación saludable de la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria) en especial con el tema del vino y cerveza… unas pleitesías nada recomendables para la credibilidad de la ciencia. Una oportunidad perdida para hacer las cosas mejor.

Mientras tanto y como ultraresumen de lo que debiera quedar claro con respecto a lo que para mí han ser unas recomendaciones adecuadas y sencillas, me sigo quedando con el Healthy Eating Plate de Harvard, y si se quiere una síntesis de este con los tres consejos en seis palabras.