El panorama más peligroso que podría imaginarse la industria del refresco norteamericana parece estar cada vez más cerca. Tras haberse librado in extremis de la aprobación de una norma que pretendía gravar con un impuesto extra a las bebidas azucaradas, ahora la ciudad de San Francisco pretende que toda aquella publicidad de bebidas azucaradas dentro de los límites municipales incluya una leyenda bastante clara que rece tal que así:
ADVERTENCIA: El consumo de bebidas con azúcares añadidos contribuye a la obesidad, la diabetes y la caries dental.
Con un par y sin dobleces.
Como lo oyes, los responsables de la sanidad municipal han aprobado por unanimidad la medida que ahora debe ser ratificada por la Junta Municipal de Supervisores. La aplicación de “esquelas” en la publicidad de refrescos al estilo de como las conocemos para el tabaco se aplicará, si es finalmente aprobada y salvo el veto del alcalde, a cualquier bebida que aporte azúcar añadido en su composición con 25 kilocalorías o más por cada 340 gramos de producto. Esta cantidad de calorías, realmente escasa, implica que habrá de aplicarse no solo a los refrescos típicos que todos tenemos en mente, sino también a bebidas energéticas o “para deportistas”, a las “aguas con vitaminas” (anda que no) y los típicos tés envasados. Quedarían exentas las bebidas light con edulcorantes acalóricos, los zumos obtenidos de fruta 100% y las bebidas lácteas.
Es lo que es y no lo que se está diciendo
En realidad no pocos medios han interpretado a su manera esta noticia y han dado a entender que la nueva normativa, de ser aprobada, se aplicaría sobre los propios refrescos… pero no es así. En realidad lo que de momento se pretende es incluir este tipo de advertencias en su publicidad, por ejemplo en la típica valla publicitaria, taxis, autobuses urbanos, etcétera. Además, hay otras normas que están pendientes de confirmación: la primera, más radical, prohibir toda publicidad de este tipo de productos (como ya sucede en San Francisco con el tabaco y el alcohol); y la segunda, prohibir su compra con fondos municipales. Más aún, los responsables de sacar adelante esta iniciativa anuncian que harán todo lo posible para extender la aplicación de la norma más allá de las fronteras de la ciudad.
En una de las declaraciones más claras que se han hecho públicas en el marco de esta noticia figuran las palabras de Scott Wiener, Supervisor municipal que afirmó:
“Estas bebidas son productos que consiguen hacer enfermar a la población y es preciso tomar medidas”
Más claro, y más saludable, agua.
Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:
- Consumir menos azúcar y refrescos reduce la obesidad y las enfermedades asociadas. Sin tonterías
- Sugerencias de la OMS para restringir la publi de alimentos dirigida a los niños
- Industria del azúcar y recomendaciones de salud: el tenso tira y afloja de siempre
- Concretar visualmente la cantidad de azúcar podría reducir la atracción por las bebidas azucaradas
- Azúcares añadidos: recomendaciones y etiquetado (deshaciendo la madeja)
- ¿Cuánto azúcar hay en….?
- ¿El problema es de los “azúcares añadidos”, del azucarero o de ambos?
- Nuevas y acertadas recomendaciones en el horizonte sobre el consumo de azúcares: ya era hora
- “Más allá del peso”, el mejor documental que he visto sobre obesidad infantil
- “Fed Up”: Brillante documental sobre obesidad, industria, administraciones y soluciones que no lo son
- Obesidad y más en dibujos animados
———————————
Imagen: Boians Cho Joo Young vía freedigitalphotos.net