¿Quién está más emparentado con un atún? ¿Un ser humano o un tiburón?

Por Hannah Bonner* y Mar Gulis

No importa que el atún y el tiburón sean peces y el ser humano un mamífero. Evolutivamente, y contra lo que el sentido común sugiere, los atunes están más próximos a nuestra especie que a los tiburones. La razón: atunes y seres humanos tenemos un antepasado común que vivió hace aproximadamente 400 millones de años, cuando su linaje ya se había separado del de los tiburones.

Imagen de Danilo Cedrone (United Nations Food and Agriculture Organization)

Abuelo pez

Para explicar nuestro parentesco, necesitamos sumergirnos en las profundidades marinas y remontarnos 500 millones de años atrás, en el periodo Cámbrico, momento en el que aparecieron los primeros peces. Vistos con los ojos de hoy, aquellos organismos eran un versión muy sencillita y algo esmirriada de lo que consideramos un pez. No tenían aletas laterales y su pequeña boca carecía de mandíbulas, pero sí tenían características típicas de los peces: una cabeza con dos ojos y dos fosas nasales, una notocorda (estructura precursora de la columna vertebral), músculos en zigzag y unas estructuras de soporte llamadas arcos branquiales.

Aunque no se nos parezcan en nada, proto-peces como el Haikouichthys de la ilustración son los antepasados de tiburones y atunes, sí, pero también de todos los vertebrados, incluidas ranas, serpientes, lagartijas, pájaros, peces y mamíferos.

Haikouichthys)

Haikouichthys, uno de los primeros peces. / Hannah Bonner (Planet Tuna)

La familia se divide: peces con y sin mandíbula

A partir de estos primeros peces evolucionaron tres grupos que han sobrevivido en los mares hasta nuestros días. Los más antiguos y menos comunes son los ciclóstomos, un pequeño grupo compuesto únicamente por las lampreas y los mixines. Al igual que los primeros peces, estos extraños seres de cuerpo alargado carecen de mandíbulas.

Lamprea

Una lamprea, un pez sin mandíbulas. / Hannah Bonner (Planet Tuna)

Más adelante aparecieron los peces que con mandíbulas. Su éxito en términos evolutivos fue tan grande que dieron lugar a muchísimas especies diferentes y que por fin comenzaban a parecerse a lo que conocemos como peces. Los peces con mandíbulas, a su vez, se dividieron en dos grupos: los peces cartilaginosos, que son los tiburones y las rayas, y los peces óseos, que incluyen a todos los demás peces. Alrededor del 96% de todos los peces que habitan hoy los mares son peces óseos: desde los caballitos de mar hasta los meros o los atunes.

Tiburón y salmón

Un tiburón (un pez cartilaginoso) y un salmón (un pez óseo). / Hannah Bonner (Planet Tuna)

Así es (el árbol de) la vida: división tras división

Por su parte, los peces óseos se dividieron en dos grupos: los peces de aletas lobuladas y los de aletas radiadas.

Aletas

Ilustración de Hannah Bonner (Planet Tuna)

Los peces de aletas lobuladas (de nombre científico ‘sarcopterígios’) tienen una serie de huesos en la base de la aleta que guardan un cierto parecido con los huesos de nuestros brazos y piernas. No es casualidad: hace 370 millones de años, esos huesos evolucionaron para convertirse en los huesos de las extremidades de los primeros anfibios. De esos primeros anfibios evolucionaron todos los demás tetrápodos o animales de cuatro patas, seres humanos incluidos.

En cambio, los peces de aletas radiadas (o ‘actinopterígios’) tienen una serie de radios paralelos en las aletas. Constituyen la inmensa mayoría de los peces existentes en la actualidad, incluidos los atunes.

En concreto, los atunes pertenecen a un subgrupo de los peces de aletas radiadas llamados teleósteos, que se distinguen por haber desarrollado una serie de mejoras en las mandíbulas y en las aletas. A su vez, dentro de los teleósteos encontramos una familia llamada Scombridae, que es la familia del atún y de sus parientes más próximos, como el bonito y la caballa. Los Scombridae son depredadores de aguas abiertas con cuerpos perfectamente adaptados para nadar más rápido que sus presas.

La búsqueda del antepasado común

Ahora que sabemos que los seres humanos descendemos de peces de aletas lobuladas y los atunes descienden de peces de aletas radiadas, la pregunta es: ¿quién fue nuestro último ancestro común? Evidentemente tuvo que ser algún pez que vivió antes de que estos dos grupos se separaran. No podemos saber con exactitud quien fue este antepasado, pero a partir del registro fósil se ha calculado que probablemente vivió hace unos 400 millones de años, al principio del período del Devónico. Eso es hace un montón de tiempo, pero aun así quiere decir que somos parientes, aunque muy lejanos, del atún. Y que el atún, a su vez, está más emparentado con un ser humano que con un tiburón, porque los peces cartilaginosos se separaron de los peces óseos en una época todavía más antigua.

Arbol de familia de los vertebrados

Ilustración de Hannah Bonner (Planet Tuna)

Para saber más, consulta el vídeo de Hannah Bonner ¿Somos parientes de los atunes?

* Este post es una adaptación de “Nuestros parientes los atunes”, texto publicado por Hannah Bonner, autora e ilustradora, en la web Planet Tuna, un proyecto de divulgación del Instituto Español de Oceanografía del CSIC que desentraña los secretos de los atunes.

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