Archivo de noviembre, 2011

Expulsado del colegio por abrazar a su mejor amiga

[Dale al play antes de leer, no seas cobarde]

Nos quejamos de los adolescentes igual que ellos se quejan de los niños. «A mí con su edad no se me ocurriría hacer eso, ni hablarle sí a los mayores, ni…», decimos. Afortunadamente las autoridades pertinentes están intentando tomar medidas con algunos comportamientos se pasan de castaño oscuro.

Sin ir más lejos, os cuento el escandaloso caso de Nick Martínez, un chaval de 14 que ha sido expulsado de su colegio (público) en Estados Unidos por dar un abrazo a su mejor amiga. No puedo estar más de acuerdo con quien haya tomado la decisión: ¿qué será lo próximo, que el muchacho confiese que tiene sentimientos? ¿Que le diga a alguien «te quiero»? No, no, no, hay que evitar a toda costa que los jóvenes se toquen, que ya hemos visto muchas películas X y sabemos cómo terminan los abrazos. ¿Cómo? ¿Que ahí no hay abrazos? Bueno, no hablemos de ese tema que me pongo nervioso.

Os cuento la historia. Nick, entre clase y clase, dio un abrazo a su amiga (que no ha sido identificada, como es lógico… bastante han mancillado ya su honor) y lo vio el director. El problema es que en su colegio están «prohibidos los abrazos» (sí, pasa en algunos sitios) y, aunque el propio director reconoció que era un abrazo inocente, castigó al chaval.

Me río yo de Flipe, Quimi y Zack Morris. Me río de El Rulas de Médico de Familia y de Malcolm. Ninguna de sus trastadas se asemejan a la locura de este chaval, por más que su madre, Nancy Crescente, no lo quiera ver. Nancy asegura que fue un abrazo mutuo y su hijo, que ignoraba esa ley, dice que muchos amigos se abrazan pero a él le pillaron. Nada ablandó el corazón del director, quien confirmó que no conocer la ley no te exime de la responsabilidad de cumplirla.

Desde el colegio dicen que no van a cambiar la política de «tolerancia cero» con los abrazos y la madre teme que en el expediente de su hijo figure que es problemático. Al niño, supongo, lo que más le preocupa a estas alturas es que cuando vuelva la normalidad los compañeros le hayan rebautizado como el abracitos o que cuando se acerque a su amiga (la abrazada) les griten eso de «que se besen, que se besen».

Ahora en serio… ¿te pueden amonestar por dar un abrazo a alguien? Y si ven a una pareja besándose… ¿les condenan a la silla eléctrica? No sé, llevo un rato pensando y no termino de ver el problema a que dos amigos se den un abrazo consentido y de mutuo acuerdo. Será que como el mundo acaba el 11/11/11 me estoy viniendo abajo.

PD: El sábado vi por la Gran Vía al que hacía de Lucas en Médico de familia. Sí, aquel que le gustaba a María (Isabel Aboy) y que se quedaba en silla de ruedas… ¿no os acordáis? Bueno, pues este post va para él, porque ha sido parte de mi inspiración hoy.

PD2: Estoy releyendo el post después de haberle dado al play y me estoy poniendo triste y todo, jajaja.

Lo más raro que ha pasado durante la semana (31 octubre-6 noviembre)

Ha sido una semana flojilla, para qué engañarnos. Sin embargo, como han pasado algunas cosas extrañas que no he compartido con vosotros y que por sí solas no merecen una entrada, las junto todas y os las suelto de golpe, así, sin anestesia. Ahí vamos:

1. Quemó la casa de una amiga porque la borró de Facebook

Las autoridades estadounidenses detuvieron hace unos días a Jennifer Christine Harris, una mujer de 30 años acusada de quemar la vivienda de una antigua amiga suya, después de que esta última borrara a Jennifer de su lista de amigos de Facebook.

Al parecer, Jennifer quemó el garaje de Jim y Nikki Rasmussen con la intención de que toda la vivienda ardiera. Sucedió a la 1.00 de la madrugada y, según cuenta la prensa local, todo comenzó organizando una fiesta.

Jen pidió a Nikki que creara un evento para que la gente se apuntara y ésta lo hizo. No obstante, según se acercaba la fecha de la fiesta, la gente empezó a pulsar el maldito «No acudiré» y lo que se antojaba como una idílica jornada se transformaba en un acontecimiento peñazo.

Después del fracaso hubo un intercambio de pareceres (parece que no muy cariñosos) y Nikki rompió una larga amistad por lo sano… y en Facebook. Borró a Jen de su lista de amigos y ella, según cuenta, no supo encajar el golpe.

2. Estrella el coche contra su casa

Una mujer de 92 años estrelló su coche el pasado viernes contra su casa (bueno, contra el remolque en el que vive), según publica la prensa estadounidense.

Los hechos, que tuvieron lugar en el 3308 de la Florida Street, en Hollywood, dejan claro que el amor no tiene edad, pero el resto de cosas… pues sí.

3. La talla de sujetador de las empleadas será visible

No sabéis la que se ha liado en Suecia (y con razón) después de que las empleadas de una tienda de ropa interior tengan que llevar una tarjetita en la que pone cuál es la talla de sostén que utilizan.

Llegado este punto, hay dos formas de verlo: el de una empleada anónima, que protesta en la prensa local porque le parece una falta de respeto, porque los hombres no tienen que llevar su talla de calzoncillos y porque considera que nadie tiene que saber cuál es su talla de sujetador (cosa que yo comparto), y la de una de las jefas, que asegura que fueron las propias empleadas quienes sugirieron llevar la talla de su sostén y que es «voluntario», aunque sobre esto último hay teorías.

No sé, pero si fuera una trabajadora de esta cadena de ropa interior, no sé si me gustaría que los hombres se quedaran mirando mis pechos para ver si mi sujetador le valdría a su novia (imaginaria o no, ahí no me meto).

4. Una tortuga ninja

No es gran cosa, pero no me podía despedir de vosotros sin enseñaros uno de esos vídeos que, sin ser gran cosa, nos hacen sonreír de forma estúpida. Lo que vais a ver a continuación sucedió en Japón y lo protagoniza una tortuga. Yo nunca he tenido tortuga y cuando he tenido alguna cerca siempre ha sido en el mar, pero… generalmente no escalan, ¿no?


PD: Pensaréis que me he vuelto vago, pero no. Simplemente estoy preparándome porque dicen que el 11/11/11 lo mismo se acaba el mundo a las 11.11 horas.

Rompe aguas, hace el examen de conducir, lo aprueba y va al hospital a dar a luz

Los hay que tienen muy claras sus prioridades: «Primero me saco el carné de coche y luego tendré un hijo». El problema llega cuando las convicciones se juntan con las contracciones. Ahí tenemos lío, pero no os preocupéis que os lo explico.

Emma French es británica tiene 20 años y un día, a las cuatro de la mañana, rompió aguas. Parece una buena noticia, de no ser porque ese mismo día tenía el examen del carné de conducir y no se lo pensaba perder. Así pues, preparó los bártulos desoyendo los consejos de su novio, Neil MacFarlane (21 años), su hermano Scott (22) y su madre, Rhonda (44), y se fue a hacer el examen.

No le dijo nada al examinador por temor a que cancelara la prueba y, pese a que las contracciones empezaban a ser un problema, completó el examen… ¡¡¡Y LO APROBÓ!!!

Cuando terminó, condujo hasta el hospital donde finalmente dio a luz, creando cierta confusión entre el personal médico: «A las enfermeras les extrañaba que recibiera felicitaciones por el nacimiento y por el carné de conducir. Cuando se lo dije no se lo podían creer», confiesa Emma a la prensa de su país.

Cuenta nuestra intrépida conductora que había suspendido en marzo y que, consciente de que tendría que esperar un tiempo hasta que su bebé creciera para poder presentarse de nuevo, decidió jugarse el todo por el todo (otra de esas expresiones que se están perdiendo) y probar suerte.

Eva MacFarlane tardó seis horas más en llegar. Al final, llegó con una anécdota bajo el brazo. «Me muero de ganas por contarle la historia a Eva cuando crezca», dice Emma, quien cree (y yo coincido con ella) que es una buena batallita para contar a los nietos.

PD: Viéndolo por el lado bueno… lo que menos nerviosa le puso ese día fue el examen. Seguro.

No estaba preparada para recibir esa noticia

Espero que aún no lo hayáis visto. El vídeo tiene unos días, pero es ahora cuando más éxito está cosechando (más de 160.000 visitas en YouTube) y también es ahora cuando ha llegado a mis manos. Os cuento:

Será que como no hay dinero a la gente le ha dado por quererse, será que ahora todos tienen una cámara a mano para grabar, será que desde que Matt nos humilló a todos con su propuesta de matrimonio todos quieren dar lo mejor de sí mismos. El caso es que a la gente le ha dado por casarse (sí, sí, creedme, que igual os pasa como a una amiga de mi madre, que estaba despistada y no se ha enterado de que la gente se casa) y muchos graban en vídeo el momento de la pedida de mano.

Llegado este punto hago un inciso. He de decir en nuestro favor (el de los muchachos europeos a quienes las parejas les recriminan «por qué tú no me haces/hiciste algo así») que lo de la pedida de mano es una costumbre de fuera, como Halloween. Aquí en España damos el paso diciendo un día: «Oye, nos podíamos casar», y salvo que cerca haya un niño pegando a otro mientras sus amigos lo graban con el móvil, el momento no queda registrado para la posteridad.

Ahora bien, no nos desviemos. Os iba a contar la historia de de Brittany Hillard, de 20 años, a quien su novio Cameron Humfleet, de 24, le vendó los ojos y la llevó a un lugar misterioso que terminó siendo un parque en el que había una fiesta sorpresa donde estaban todos sus amigos.

Allí, Cameron (el ideólogo) decidió que era el momento de dar un paso más allá en su relación y pedirle que se casara con él. Ella no sospechaba nada, porque creía que la fiesta era por su primer aniversario de noviazgo, como recoge la prensa estadounidense.

Quizás por eso, cuando ve a Cameron hincar la rodilla en el suelo y sacar un anillo, a ella le da un soponcio. Cae redonda al suelo y, obviamente, se ven obligados a paralizarlo todo (a partir del 1:20).

Por suerte la cosa no va a más y 15 minutos después hicieron una nueva toma, con gente alrededor de Brittany por si le daba otro vahído, y ahí dijo que sí. Os iba a decir que «lógicamente dijo que sí», pero lo bueno, lo realmente bueno, es que después de todo ese cirio dijera que no estaba preparada.

Ahora que sabemos que todo ha salido bien, yo me pregunto… ¿qué pasó durante esos 15 minutos en los que no grabaron nada? Seguramente ya habría alguien borracho en la fiesta gritando: «¡Joé, cómo va la novia, acaba de empezar a beber y ya está por los suelos!» o, mientras los demás ayudan, un par de gorrones alrededor de los ganchitos justificándose: «Ahí no cabemos más, lo único que vamos a hacer es molestar».

PD: Chicas, niñas, mujeres, señoras… es vuestro turno. ¿Os habría gustado una pedida de mano fastuosa?

Arrestados por pagar toda la compra… menos dos sándwiches

Preparaos, porque vais a asistir a una historia verdaderamente surrealista. Como los hechos ocurren en Hawaii, os aconsejo que os situéis mentalmente allí, porque además el tiempo allí acompaña (algo más que aquí, al menos).

La protagonista de los hechos se llama Nicole Leszczynski, una mujer embarazada de 30 semanas madre de una niña de tres años, y su marido, Marcin. Hace unos días estaban paseando por Honolulu (EE UU) cuando ella empezó a sentirse algo débil y mareada, de modo que decidieron entrar a una tienda para que se comiera unos sándwiches mientras hacían la compra, a ver si espabilaba.

Así lo hicieron. Nicole, Marcin y la pequeña Zophia entraron a la tienda y mientras mamá comía los sándwiches hicieron la compra. Llegaron a la caja y abonaron 50 dólares (poco más de 36 euros)… pero olvidaron pagar los 5 de los sándwiches (algo menos de cuatro euros).

«Fue una distracción», cuenta la afectada a la prensa local. Pues bien, cuando iban a salir de la tienda les detuvo el responsable de seguridad y les pidió el ticket, donde no figuraban los sándwiches. Nicole cuenta que se ofreció a pagar, que tenía dinero para hacerlo, pero el encargado de la tienda prefirió llamar a la policía.

Llegaron los agentes (¿dónde están los de Hawaii 5.0 cuando se les necesita?) y arrestaron a los padres por robo, mientras que a Zophia se la llevaron con los servicios sociales.

Es increíble, lo sé. Pagas 30 euros, dejas a deber 3, te ofreces a saldar la deuda… y aún así te detienen y se llevan a tu hija. Efectivamente, allí en Hawaii tienen clarísimo eso de que «todo el mundo merece una segunda oportunidad».

Después de 18 horas Zophia volvió con sus padres, pero estos todavía tendrán que comparecer ante un tribunal este mes. La empresa afectada por el imperdonable hurto, por su parte, ha publicado una declaración en la que informan de que «el incidente está bajo revisión».

PD: Cuando yo era pequeño, Dani El Pecas se comía los yogures de tres en tres en la tienda, se iba sin pagar, y ahí no pasaba nada.