Uno de los recuerdos más divertidos que tengo de la infancia es el día que perdimos 24-0 un partido de la liga de colegios con el San José del Parque. Yo, por cierto, era el portero.
Teníamos entonces 12-13 años, y cansados de jugar en el patio del colegio, decidimos apuntarnos a una liga. Como en clase éramos pocos, no creo ni que llegáramos a 15 chavales, y a alguno no le gustaba el fútbol, pues básicamente en un equipo de f-11, jugábamos todos. Vamos, que no había filtro, y había más de un paquetillo en el equipo. Era lo de menos en ese primer año repleto de ilusión.
Íbamos últimos en la clasificación, como no podía ser de otro modo, y aquella mañana tocaba visitar al San José del Parque, un enorme colegio de Conde de Orgaz que tenía dos equipos: el A (los muy buenos) y el B (algo más flojitos).
Como ha pasado algún año que otro, no recuerdo el motivo, pero la cosa es que ese día que teníamos el partido más difícil del año, no logramos juntarnos ni 11. Creo que finalmente éramos 9, y allí nos plantamos, a aguantar el chaparrón. Y yo, a recoger el balón del fondo de la red una vez tras otra, hasta 24 veces, con resignación.
Sinceramente, no tengo ni un mal recuerdo de ese día. Tuvimos otros encuentros similares, en los que encajamos no menos de 8-10 goles, y tampoco viene a mi memoria un mal momento de esa temporada. Odio perder, profundamente, pero aun así, ese año, con mi primer equipo de fútbol, fui feliz.
Y entonces leo que han echado a un entrenador de alevines porque su equipo le metió 25-0 a un equipo. Al parecer, el motivo que alega el club es que el técnico ordenó que se siguieran metiendo más goles. «Nosotros educamos valores, como el respeto al equipo contrario y esa actitud no podemos admitirla», dice el club, el CD Serranos.
Esto demuestra que no entienden nada, absolutamente nada, sobre el deporte. Lo humillante no es que te metan 25, es que sean condescendientes contigo, que no te hagan más goles porque le des lástima al rival. Siempre, siempre, en cualquier deporte, quiero que el rival de lo máximo de sí, y si me caen 24, como aquel día de mi infancia, me dará igual siempre que yo lo haya dado todo, porque eso es lo que importa. En fin, que tengo la sensación que nos estamos volviendo todos locos con esta corriente de buenismo absurdo.
Mi equipo, al año siguiente. Muchos de estos chavales vivimos el 24-0 y seguimos jugando y pasándolo bien, obviamente.
Bravo Raul! Educamos sobreprotegiendo en demasiadas ocasiones. A mi sobrino el primer año de fútbol 7 les metían una paliza cada semana, por descontado quedaron últimos y algo tristes, esta temporada han ganado la liga encadenando una vuelta entera de victorias, y en ambas situaciones le dije lo mismo, lo importante no es ganar o perder, si no el camino que recorres y el esfuerzo que vuelcas en él.
16 junio 2017 | 11:10
Mi hijo fue portero de futbol sal a infantil.
Eran más malos que la carne de pescuezo.. Y les goleaban
Pero un día tocaron con unos novatos.. Y sin querer les metieron 11 goles
Los otros desmoralizados
Recuerdo a mi hijo.. animando al portero contrario
«Tranquilo, a mi me metieron 17 goles, no pasa nada. Estamos aquí para pasarlo bien y hacer amigos»
Y es verdad que cuando ya ganaban de goleada, el entrenador les dijo que TRANQUILOS.. YA HEMOS GANADO EL PARTIDO, NO HAY QUE HUMILLARLOS
Y con un 0-11 en su casa.. Salieron del campo abrazados todos.
Y después del partido, mientras los padres tomábamos las tradicionales cervecitas, mi hijo enseño al otro portero unos truquillos, sobre todo como doblar las piernas para que no le hicieran caños, como adelantarse para el uno contra uno, como achicar espacios, como poner nervioso al delantero etc.
La experiencia de un portero malo, Juaasss
Les ofrecimos venir a nuestro cole a un partido amistoso.. Que aceptaron de buen grado.. Y mi hijo de entrenador del otro portero….
Fue precioso.
Lo de menos era el resultado
16 junio 2017 | 11:27
A mí me tocó jugar un día de portero de fútbol sala, sin haberlo hecho antes. Me puse en portería en un equipo de jugadores de conocimientos básicos, de pasar por allí, sin más. El equipo que encajara dos goles quedaba eliminado y el contrario jugaba genial. Comenzamos a jugar y las paraba todas. Muchos balones a puerta que detenía y despejaba. Tenemos portero, decían los míos, vamos que tenemos portero. Nos metieron un gol después de intentarlo muchas veces. Me entristeció un poco pero uno del público me comentó: bastante que les has parado; ¿no sabes quiénes son?. Al ver que no tenía ni idea de los que jugaban contra nosotros me dijo: son los campeones, no hay quien les gane. Aquello me volvió a dar fuerzas. Tras otra tonelada de siparos a puerta de los campeones, empatamos el partido. La gente que estaba en la grada gritaba y se reía a carcajadas viendo que unos desgraciados estaban poniendo contra la pared a los campeonísimos. Tenemos portero!!! gritaba uno de lso mío, vamos, vamos!!! Estuvimos a punto de ganar, Un tiro al poste nos evitó la gloria aquel día. el equipo de campeonísimos había perdido los nervios y chutaban desde cualquier parte, asustados. Aquel tiro al poste lso salvó de la devacle, jaja. Y aún marcando el último gol después de muchísimo sintentos, la cura de humildad les llegó. Nosdieron al mano, cabizbajos, preguntando quiénes éramos.
Pasábamos por allí, un grupito de menos qeu aficionados, sin habernos siquiera conocido antes, unidos enaquella cancha, haciendo frente sin querer a un gigante.
En el fútbol, como en la vida, nadie es por siempre superior al resto.
16 junio 2017 | 12:00
El reflejo de la sociedad…si tienes más capacidad que el de al lado, no la demuestres que lo humillas. Si podían meterles 50 hay que meterles 50, el problema no es del que tiene la capacidad de hacerlos sino del que no la tiene pare recibirlos, hay que aprender a perder.
Cosa muy diferente es que al marcar se humille al contrario, te rías de ellos, festejes como si no hubiera un mañana…aunque en ese caso habría que despedir al entrenador y a los jugadores.
16 junio 2017 | 12:13
De acuerdo, pero solo en parte.
Ahora tengo una edad en la que si que me fastidiaria que alguien no jugara al 100% contra mi y si me tienen que meter 25 o 50, pues que me los metan y haré lo imposible por meter alguno y que ademas ellos metan los menos posibles, pero no lo veo tan igual con niños. Como comenta el director deportivo, o coordinador del equipo de los 25 goles (el que ganó), no hay porque decirles a los niños que paren de meter goles, pero si que, teniendo en cuenta que estas para enseñarles y, queramos o no, educarles, se les puede decir algo asi como… dejamos de sacar de porteria e intentamos jugar el balon en corto desde la defensa; probar a los jugadores en puestos poco comunes para que aprendan, … Si luego se meten 25, pues bien, pero no debe ser el objetivo, el objetivo es enseñar y de ganar de 5 a ganar de 25 no cambia la enseñanza asi que un entrenador que cree que si, para mi gusto, no es entrenador.
16 junio 2017 | 12:28
Completamente de acuerdo con todos.
Si me permitís… por lo leído ayer ,parece ser que las formas del entrenador son las que están en entre dicho, actitud mala digamos….y digo parece ser. En ese caso si se podría entender algo más el despido.
16 junio 2017 | 12:30
es como si a los que sacan matricula les dices que no estudien tanto por que los del suspenso se sentirán humillados…
16 junio 2017 | 13:34
Uufff menos mal, después de leer la noticia ayer pensé que era la única que veía lo absurdo de semejante estupidez. Cómo si los niños estuvieran obligados a ganar o perder según la moral de un adulto. En el deporte también se crean y crían monstruos, por lo que se ve a raíz de esta noticia.
16 junio 2017 | 14:02
Vivimos la era de la sobreprotección, donde los niños viven en una burbuja donde todo es bonito y se les impide ir acostumbrándose a lo duro que es el mundo real en el que tendrán que vivir el resto de su vida.
Así salen adultos tontitos, inmaduros, narcisistas, inseguros, acomplejados y con la cabeza llena de prejuicios
16 junio 2017 | 20:23
Raul tu tienes recuerdos divertidos de cuando te goleaban porque eres simplemente tonto… y por eso eres del Real Madrid.
16 junio 2017 | 23:17
«No, no pasa nada porque a un equipo de niños le metan 25 goles», ¿esto lo dice un educador, un psicólogo deportivo, o lo dice un periodista deportivo con ánimo de generar política desde pequeños para así tener titulares de prensa?, soy abuelo de un jugador alevín que lleva jugando desde pre-benjamín, han perdido y han ganado, incluso alguno han perdido por goleada, ellos también podían haber ganado de la misma manera, pero su entrenadora y digo entrenadora, no se lo permitía, un modo de enseñar desde pequeño que no se puede avasallar al contrario.
La educación, también en el deporte, comienza desde muy pequeños, y marcar el equipo contrario si que afecta a los jugadores, lo diga quien lo diga, el respeto también existe en el deporte. Luego nos quejamos de la violencia en el fútbol.
17 junio 2017 | 09:00
No estoy de acuerdo contigo para nada, hablas de tus propios recuerdos y no hablas de la realidad de las categorias infantiles del futbol español, todos los equipos juegan al maximo siempre, pero ademas de competir al maximo hay que enseñarles valores, valores que tu desde luego no tienes, ni tu ni los que te están alabando por tus palabras, yo estoy cansado de ver a niños llorando desconsolados por un simple 8 a cero, hay que saber perder, por supuesto, pero hay que enseñar a ganar a los niños también, y que con 20 a cero continúes arengando a los niños que metan mas goles es cuanto menos irrespetuoso, hacia los contrarios, que son nada mas que niños, hacia el entrenador contrario y hacia los padres . hay que educar a los niños señor raul, hay que enseñarles a ganar y a perder, hay que enseñarles respeto y valores
17 junio 2017 | 09:38
Lo de despedir al entrenador ha sido una tontería, y desde luego, ¿que clase de valores se enseña a un chaval al que se le induce a pensar que no debe esforzarse al máximo, aunque pueda? ¿Por qué «proteger» la mediocridad? A los perdedores no se les ha hecho ningún daño, han aprendido, en un entorno «controlado», que la vida puede llegar a ser muy dura y desagradable… y que no por ello un tropiezo, aunque sea grave, tiene porqué ser el fin. Se puede aprender y mejorar, o cambiar de actividad si no se poseen las cualidades para desarrollarla. Mejor «tráumas» de este estilo, para ir formando el carácter, que luego, con más años y menos salidas, cogerse rabietas porque algo no sale como se desea.
17 junio 2017 | 10:41
Se está criando y educando a una generación de niños y adolescentes que no saben tolerar la frustración. Para todo los adultos buscan remedio. Si suspenden, la culpa es del profe, si te meten muchos goles, la culpa del entrenador, si te aburres, buscamos entretenimiento para las 24 horas del día, los deberes son muchos, etc. etc.
Estos niños/as cuando lleguen al mundo real, ese en el que no todo es perfecto, en el que hay injusticias, en que tienes que aguantarte con que tu jefe te mande aunque tú tengas más capacidad, etc. no van a saber sobrellevar esas situaciones. Van a ser adultos de cristal, sin tolerancia a la frustración, algo que tal como está el mundo es absolutamente imprescindible.
A mi pareja, cuando era niño y jugaba al fúbol le cayeron más de 20 goles en algún partido, y ni tiene trauma alguno por ello ni reniega de sus años de infancia, y sigue teniendo pasión por el fútbol.
Menos tiritas y más enseñar a sobrellevar las heridas.
17 junio 2017 | 11:24
Gestiona tu éxito https://dametresminutos.wordpress.com/2017/06/17/gestiona-tu-exito/ vía @jiribas
17 junio 2017 | 14:50
Interesante charla. Es cierte que tendemos a sobreproteger a los chavales. Otra cosa es la actitud, habría que ver la del equipo rival,
19 junio 2017 | 11:31
No sé qué pensar, la verdad. Yo también he sido humillado en una cancha de fútbol sala cuando pequeño, y ahora soy profesor. Y se me juntan cosas.
Lo primero es que los valores del deporte deben ser los valores de la vida, y eso es totalmente subjetivo. A mí me revienta que vivamos en una sociedad que iguala por abajo en muchas ocasiones, pero por otro lado también detesto que la compasión se interprete a veces como un gesto de debilidad o, incluso, de humillación por parte de quien la recibe. Es muy complejo.
No obstante, si yo hubiese sido ese entrenador, habría pedido que parasen de arrollar, o hubiese sacado al banco a los mejores. Porque he vivido lo que es estar en el otro lado, e igual que hoy me enfadaría si mi rival fuese condescendiente, en aquel entonces creo recordar que lo hubiese agradecido.
21 junio 2017 | 09:35