Los científicos locos solían armar desfigurados monstruos haciendo un collage con distintas partes de personas y, la mayoría de las veces, lo traían a la vida haciendo uso de una fuerte descarga eléctrica. Un rayo de tormenta era el método más utilizado a la hora de hacer latir el corazón y hacer funcionar el cerebro de los pobres y deformados monstruos. Estos científicos locos que trabajaban en pos de la ciencia a mediados del siglo pasado y a los que les precedía una muy mala reputación debido a los destrozos causados por sus creaciones, dejaron de ser la atracción de las turbas violentas armadas con antorchas y horquillas. Esta gran disminución de popularidad no se debió al cese de sus experimentos, sino a una muy cuidada reserva a la hora de realizarlos. Hoy día sus prácticas científicas han mejorado estéticamente pero sus más abominables creaciones, llamadas políticos, continúan causando destrozos.
Mucha ciencia ficción en esta historia…=P
Clicka sobre mi nick!! ^^
27 febrero 2011 | 10:53
Y lo malo , lo peor de todo es que a esos politicos nunca se les podrá repara el cerbro pues sabido es que las descargas electricas de intensidad alta los hace imbéciles.
27 febrero 2011 | 11:11
creo que al final ese «llamados políticos» te tira todo el micro, ¿no quedaría mejor decirlo un poco más literariamente?
Una crítica constructiva,
un abrazo.
27 febrero 2011 | 13:24
Esos politicos de los que hablas son los que han destruido España permitiendo que parasitos feos o monstruos inutiles como tu y tus compatriotas viniesen a este pais, remanso de belleza, eden de paz y de una unica raza blanca perfecta para convertirlo en la mierda que es hoy
27 febrero 2011 | 17:08
Si el político es un ser abominable,
es porque cualquier humano
que llegue por algún medio al poder,
sea por imposición a la fuerza,
o por votos en las urnas
si permanece un período largo,
se estropea, malea, se vicia.
El poder es una metamorfosis,
que hace cambiar a los hombres.
Convirtiéndolos en otros seres,
tan diferentes y tan distintos,
que aquellas que los parieron,
ni ellas mismas los reconocen.
El binomio hombre o mujer, más poder,
es mala combinación.
Ya que después de algún tiempo
degrada la percepción,
de lo que justo o injusto es,
de lo que deben hacer, o no.
Anula los sentimientos,
se vuelven como insensibles.
Dan impresión de no sentir,
ni las inclemencias del tiempo.
Debilita la memoria,
olvidan a los que cogieron,
en día de elecciones su papeleta
y en una urna la metieron.
Porque creyeron las cosas,
que en sus mítines prometieron.
El poder debiera ser,
por un período improrrogable,
de no más de cuatro años,
y pienso que es demasiado largo.
Quien lo ejerció ya una vez,
porque consumió su turno
nunca más lo vuelva a ejercer.
27 febrero 2011 | 17:31
«armadas con antorchas y orquillas». Horquilla va con hache, querido amigo.
Disculpa la corrección, pero es que hiere la vista.
Por lo demás me ha gustado el texto. Un saludo.
27 febrero 2011 | 17:45
Un saludo 😉 y clica 😉 mi nombre 😉
27 febrero 2011 | 18:01
Los científicos esos crearon a los periodistas y los medios informativos que tan «sabiamente» nos dicen que se ha inventado la vacuna contra el cáncer. Menos mal que los idiotas que se lo creen aún pueden crear un Día de la Estupidez para desarrollar y fomentar la revolución de los estúpidos cristianos que derrotarán a los «listillos» de un tal OH!-VA!-MA! que nos librará del MA!-HO!-MA! ese que administra su petroleo.
27 febrero 2011 | 18:50
Hoy entro tarde a comentar y me encuentro con esta historia de dioses y monstruos. «Dioses» son los que se creen con poder para crear a otros seres vivos a partir de retales, y «monstruos» las creaciones que salen de un laboratorio, como pueden ser algunos políticos, algunos periodistas como se ha apuntado posteriormente, e incluso se podría aplicar a algún comentarista que he visto por ahí con cierto aire nazi, que todavía quedan, y resurgen a causa de las crisis, como una mala hierba.
En realidad monstruos son todos los que son diferentes de lo que se considera normal, puede ser por fealdad, por su crueldad extrema, o por su extraordinaria capacidad para una determinada actividad, no en vano viene del latin Monstrum, que quiere decir prodigio. No creo que sea aplicable a los políticos, ya que ni son insoportablemente feos, ni tampoco se puede decir que sean extremadamente crueles, ni mucho menos prodigiosos. Las palabras aplicables que me vienen a la cabeza puede ser ineptos o ambiciosos, pero no monstruos. Aquí, ahora mismo, el único monstruo que hay ( tomando esta última opción de prodigioso) es Al Sur de Gomaranto. Buenas noches y feliz semana a tod@s.
27 febrero 2011 | 22:12
Hoy somos nosotros los que moldeamos a los políticos que queremos nos goviernen. Somos nosotros los que votamos el perfil de polñitico que más nos gusta. Ya no es necesaria la intervención de científicos chiflados. Somos nosotros los que estamos chiflados.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
27 febrero 2011 | 22:58
Es verdad, le falta sutileza al cierre. Gracias Baizabal. Voy a poner manos al asunto.
28 febrero 2011 | 14:14