—Siempre voy a estar con vos. Lo juro por dios— le dijo. Y estuvo y siguió estando con él incluso cuando el muy descarado la engañó por primera, segunda y tercera vez. El alma de la mujer estaba atada a una obligación inviolable y se quedó junto a su esposo sin importar lo mal que la tratara, las veces que la menospreciara, ni la cantidad de tristezas que le generara. Siempre estuvo y siempre estará, fiel al contrato que inconscientemente había firmado en su adolescencia. —Te prometo que voy a amarte toda la vida— fue el siguiente voto y por más que él escupa en su rostro, ella no se atreve a dejar de quererlo. Su juramento, inquebrantable, le exige tener que amar a su forzosamente amado marido hasta que la muerte la libere. Luego el velo blanco se teñirá de negro. Las rosas marchitarán sobre la lápida del cementerio.
Creo que esa señora es tonta si aguanta a ese energúmeno, digale que lo denuncie y se quedará la casa , el coche el sueldo y además podrá echarse otros novios que la maltraten menos.Clica sobre mi nombre
30 noviembre -0001 | 00:00
te leo todos los días, me gusta como escribes,sensibilidad no forzosa.Animo
15 mayo 2010 | 07:51
Hola! Pido disculpas por mi ausencia de estos días, pero he estado muy liada y ahora tengo mucho acumulados para leer.Me parece una historia preciosa, y muy triste a la vez, el amor incondicional el algo maravilloso pero que puede convertirse en un infierno si sólo es de una dirección.Un abrazo Walter!!!
15 mayo 2010 | 15:40
El miedo a la soledad es incompatible con el amor verdadero… Para amar no hay que prometer nada, ni decir cada día “te quiero”… va más allá de un guión escrito por una sociedad cada vez más interesada…El miedo a la soledad nos hace creer que por muy mala que sea la compañía, es mejor que no tener a nadie… por el qué dirán. Nos gira el rostro hacia otro lado para no asumir una realidad que provoca tantas lágrimas silenciosas…El amor es otra cosa… Quien lo ha vivido ha sido incapaz de encontrar las palabras adecuadas y plasmarlo en una hoja en blanco…Desafortunadamente, raras veces se da el caso…
15 mayo 2010 | 17:24
Con la información que poseemos hoy en dia y que haya mujeres que tengan que aguantar como dice Larrosa a semejantes energúmenos, que mala es la dependencia emocional, parece mentira que haya gente que «aguante» y tengan asumido en su vida el TODO VALE, no puedo llegar a creer que una persona que tenga la relación descrita en el post sea feliz.. y lo siento por las personas que tengan una relación semejante o parecida, pero como es posible que una persona se «enamore» de esas personas tan dañinas… y luego pasa lo que pasa..Estoy totalmente deacuerdo con el comentario de Estela…
15 mayo 2010 | 18:21
Absurdo lo de esta mujer.Aunque haya hecho esos votos delante de Dios, que muchas los hemos hecho, «Prometo amor y fidelidad hasta que la muerte nos separe», pero aunque sea ante Dios, si una parte ha roto esa promesa (en ese caso él por los cuernos reiterados), la otra no tiene que cumplirla.Mira que tener que esperar a ponerse un velo negro, vamos que el indecente se muera, para liberarse…….Sí, parece que aún hay amores que matan y no solo físicamente, sino las ilusiones puestas en el momento de unirse a ese amor tanto tiempo deseado.
15 mayo 2010 | 18:40
Marisa tienes complejo de cornuda 😉
15 mayo 2010 | 20:04
Parece increible lo que puede soportar el ser humano, por fé, por amor incondicional , por miedo, por no tener nada, absolutamente nada más en el mundo que ese » amor » que está matandote en vida.Parece una historia de otro tiempo, pero no, es actualidad.Hay muchos «velos» que deberían desaparecer de las caras de las mujeres.
15 mayo 2010 | 20:37
Es difícil afrontar el miedo a dejar una ‘mala compañía’. Creo que tiene que ver con inventarse uan ‘buena comañía’ que no existe o en el fondo esperarla, si asumir que nunca llegará, por lo menos de esa persona que lastima… Es un duelo, es dejar morir ese ideal y asumir la realidad, aforntarla y aprender de la experiencia para hacerse valer como persona. Es aprender también que la soledad puede ser hermosa, puede ayudarnos a encontrar nuestra esencia, a amarnos, para que luego otro también nos ame…
16 mayo 2010 | 01:27
Me olvidaba, me gustan mucho tus microrelatos Wal!!! Un abrazo
16 mayo 2010 | 01:28
Precioso y real como la vida misma.Una compañera de trabajo, que después de una larga y mala relación con un chico, tenía una nueva me dijo: No sabía que un hombre podía decir cosas tan bonitas a una mujer.Imaginarse como sería el anterior.Gracias por tus relatos
16 mayo 2010 | 10:36
Gracias blanquita.Antonio, hay gente para todo.Hola Lokilla, se te extrañaba en serio! Espero que la lectura no se te haga pesada :DeSTeLa, Francisca, Marisa, Xulita… entiendo lo del miedo a la soledad, pero a veces puede ser mayor el miedo a las consecuencias de dejar a una “mala compañía”. Consecuencias más complejas que la soledad, por supuesto.Saludos a todos y gracias por pasarse por acá!
16 mayo 2010 | 12:37