Eduardo Mendoza, en su novela Sin noticias de Gurb, describía las aventuras y desventuras de un extraterrestre, que toma la forma de la cantante Marta Sánchez, en la jungla barcelonesa. Otro alienígena sale en su búsqueda y es quien nos da detalles de todo. En estas elecciones catalanas, los políticos deberán tener muy en cuenta a los Gurb, esos catalanes que viven y trabajan fuera de su tierra (extra-terrestres) y que, de ejercer su voto, lo harán por correo desde el extranjero. La distancia les dará sin duda otro punto de vista sobre lo que ha ido sucediendo en Catalunya los últimos años y los últimos meses. Quizás tendrán más pautas de reflexión y votarán con más sentimiento que los que están inmersos en el día a día de la precampaña y, en unos días, en la campaña, cuando el bombardeo de mensajes será aún más intenso. Sólo un dato, muy significativo: de los 5,3 millones de votantes, los electores residentes en Catalunya sólo han aumentado un 0,3% respecto a los comicios de 2006, mientras que los que están fuera del país se han incrementado un 23%, seguramente, porque la crisis ha empujado a muchos a buscarse la vida fuera.
En total, en estas elecciones habrá 42.719 votantes más, la mayoría (poco más de 4 millones) concentrados en la provincia de Barcelona. Por eso, los partidos tendrán que volver a tener en cuenta a otro tipo de Gurb, los barceloneses, y Ganarse en las Urnas a los Residentes en Barcelona, haciendo el juego de palabras con ese nombre inventado por Eduardo Mendoza. Pero aún queda otro grupo de Gurbs que deben desempeñar un papel importante en el desenlace final de estas elecciones. Los jóvenes de 18 años, esos que, como los extraterrestres, aterrizarán por primera vez en la tierra pantanosa de unas elecciones autonómicas. Un total de 232.126 chicos y chicas podrán ejercer su voto por primera vez en unos comicios catalanes. Si votan, pueden llegar a ser muy decisivos. Ciutadans, por ejemplo, consiguió 3 escaños hace cuatro años con 89.567 votos, mientras que ICV obtuvo 12 con poco más de 281.000. Tanto es así que el electorado joven puede hacer decantar la balanza de quién entra o sale del Parlament a partir del 28N.
En el debate de precampaña que organizó 20 minutos participaron también seis jóvenes estudiantes de Bachillerato y ESO, que llamamos Minicandidatos. Aún no están en edad de votar, pero dos de esos seis expresaron sus dudas sobre si ejercerían ese derecho ante la desafección que sentían hacia los políticos. Si siguiéramos esta proporción, aunque sólo votasen cuatro de cada seis jóvenes de estos 232.126 que lo harán por primera vez, suponen una masa de electores capital. Los partidos tendrán que cuidar mucho a todos estos Gurb, no se pueden permitir el lujo de no tener noticias de ellos en esta campaña electoral.