La carrera hacia las elecciones catalanas del 25N

Archivo de diciembre, 2010

Papa Noel o los Reyes Magos

El PSC tiene un dilema. Debe escoger entre Papa Noel (centrarse en mantener sus alcaldías del cinturón rojo metropolitano en las municipales, como piden sus alcaldes) o los Reyes Magos (iniciar ya su renovación, sin esperar al Congreso de otoño, y pensar ya en recuperar la Generalitat, sin perder los ayuntamientos y las instituciones metropolitanas). Y se puede plantar en las elecciones locales sin tener aún un nuevo líder definido.

El PSC ya ha perdido el Govern, uno de los tres Reyes Magos, pero sería un golpe más duro que las principales alcaldías socialistas se empezaran a teñir de CiU, como en un efecto dominó. Si nos fijamos en el 28N, los municipios socialistas que aún tienen algo de margen son Santa Coloma de Gramenet (que ya hace meses empezó su renovación, tras el caso Pretoria, con la nueva alcaldesa, más joven y con recorrido) y Cornellà (la antigua casa del president Montilla, donde sus paisanos no le abandonaron).

Pero Badalona no se puede confiar, ni Terrassa o Sabadell. Y Barcelona entró en la UCI. Con este panorama, el PSC corre el peligro de que L’Hospitalet se convierta en su Sant Cugat –ahora, el único gran reducto metropolitano de CiU– tras las municipales, como el pueblo galo de Astérix y Obélix. Y es que los hijos de los votantes socialistas de los 80 ahora les piden algo más. En campaña, fracasó la estrategia de movilizar a Corbacho, Felipe González y compañía. Ya no da sus frutos.

Los barrios de las ciudades metropolitanas han mejorado mucho (también, gracias a la lucha vecinal) y, ahora, la nueva joven clase media urbana demanda algo más. Muchos hijos de votantes socialistas del Baix Llobregat apostaron por CiU el 28N. ¿Por qué? Quizás lo sabe Papa Noel o… ¿quizás los tres Reyes Magos?

Tridente en el banquillo

El Barça del Dream Team, con Romario, Laudrup y Stoichkov era una cosa cuando jugaban los tres juntos y, otra, cuando no lo hacían. Aún así, era innegable que todo el equipo tenía un estilo de juego que ha llegado hasta hoy, con Pep Guardiola, quien, de jugador, también saboreó las mieles del éxito del tridente. Si llevamos esta reflexión al campo de la política, observamos que la evolución del tripartito en estos últimos siete años ha sido errática en su última fase, hasta el punto que ha acabado con su hecatombe.

Una de las razones de esta debacle ha sido que no se ha mantenido fiel al espíritu fundacional de esta especie de tridente político. Estos últimos días se han alzado voces críticas con la campaña de los socialistas, porque apeló a mensajes negativos, como Artur más de lo mismo, y no positivos. Pero, quizás el gran pecado de los partidos del tripartito fue no defender juntos lo que habían hecho de bueno en la última legislatura e intentar que no se notara tanto lo malo. Es decir, dar a entender a la población catalana que no eran un tripartito más de lo mismo.

Pero sólo un elemento de este tridente, ICV, sacó realmente pecho del Govern d’Entesa y, curiosamente, fue el que consiguió los mejores resultados de los tres (bajó, sí, pero se la pegó mucho menos de lo que lo hicieron PSC y ERC). Está claro que Montilla, Carod-Rovira y Saura no son los Romario, Laudrup y Stoichkov de la política catalana, pero si sus partidos no hubiesen apostado por dejar en el banquillo la idea del tridente, quizás, ahora, no estaríamos hablando de un tortazo electoral tan espectacular. No se supieron explicar cuando gobernaban, como han reconocido ellos mismos, ni mucho menos cuando dejaron de hacerlo.