La carrera hacia las elecciones catalanas del 25N

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CIStitis

Quien haya tenido cistitis y se le haya inflamado la vejiga de la orina sabrá lo molesto que puede llegar a ser. Casi como lo que sienten los candidatos cuando sale la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas_(CIS) con la previsión de resultados para estas elecciones catalanas. Esta CIStitis electoral acostumbra a ser dolorosa para todos, porque nadie sale bien parado. Según este sondeo, Artur Mas (CiU) se quedaría a nueve escaños de la mayoría absoluta (obtendría 59, es decir, 11 más), y podría empatar o ser superado por otro hipotético tripartito (sumaría 59 o 60 escaños, con 33 para el PSC, que perdería cuatro; 15 o 16 para ERC, que perdería cinco o seis; y 11 para ICV-EUiA, que perdería uno). El PP, con 13 o 14, también podría perder uno, mientras que Ciutadans, se mantendría con tres. Y no entraría ninguna otra fuerza en el Parlament, ni Carretero, ni Laporta ni nadie más.

Con este resultado, si Mas gobernara debería hacerlo con apoyos de otros (la mayoría de encuestados prefiere la sociovergencia o bien que se alíe con ERC). Por lo tanto, la CIStitis le pasaría factura, al no poder gobernar con mayoría, pese a ser el mejor valorado y el único candidato que aprueba (5,33 sobre 10). A José Montilla (PSC) también le afectaría la CIStitis, porque, aunque sumara, no podría reeditar el tripartito si atiende a lo que ha prometido. Joan Puigcercós (ERC) caería, pero aguantaría el tipo como referente independentista, y Joan Herrera (ICV) se confirmaría como al quien más le beneficia el tripartito al ser el menos castigado de los tres partidos de gobierno.

Está claro que los votos socialistas se van a CiU, por eso, la importancia para el PSC de movilizar estos días a sus votantes del área de Barcelona.Y también destaca que el nacionalismo opta también por Mas al castigar a ERC, pero no por nuevas aventuras laportistas, pese a que el CEO (el CIS catlán) le daba alguna posibilidad de entrar en el Parlament al ex presidente del Barça en su última encuesta de intención de voto. Según el CIS, casi el 66% de los catalanes no se considera nacionalista, pero sí quieren más autonomía. Así, Alicia Sánchez-Camacho (PP) fracasaría en su intento de ser la tercera fuerza más votada en Catalunya y Ciutadans, aunque se mantendría, no tendría su ansiado grupo propio. En resumen, todos con CIStitis y, encima, aumentarían los votos en blanco.

28N: la batalla de Barcelona

Empieza la función. Con los primeros mítines y la tradicional enganchada de carteles, se alza esta noche el telón de la carrera electoral por la presidencia de la Generalitat. Estos comicios vienen marcados por la crisis económica (y la factura que le puede pasar a los tres partidos de gobierno: PSC, ERC e ICV), la lucha contra la abstención (el Govern se ha gastado más de un millón de euros en fomentar la participación), la incógnita de si CiU será capaz de volver a gobernar y con el apoyo de quién (partidos rivales, en sus porras internas, le otorgan entre 54 y 55 escaños, siete más que en 2006, pero una encuesta de hoy les daba entre 65 y 66, a punto de la mayoría absoluta), la relaciones Catalunya-España tras la sentencia del Tribunal Constitucional recortando el Estatut, así como dilucidar si Ciutadans se mantendrá en el Parlament (afirman que aspiran a duplicar sus diputados y llegar a seis) y si entrarán otras formaciones (con los dos Joan, uno Laporta y otro Carretero en primera línea).

Todas estas preguntas se responderán, sobre todo, según el comportamiento de los votantes en el área de Barcelona. No en vano, tanto el PSC como CiU han escogido la capital catalana como punto de arranque de la campaña. En estas elecciones hay 42.719 votantes más, pero la inmensa mayoría (poco más de 4 millones) están concentrados en la demarcación de Barcelona. Un dato significativo que quizás emana de la crisis es que, si bien sólo hay un 0,3% más de electores, los catalanes residentes en el extranjero con derecho a voto se han incrementado un 23% (el PP, por ejemplo, hace campaña en 25 países). Quienes sí pueden ser decisivos son los jóvenes de 18 años, que votan por primera vez en unas autonómicas. Representan una masa de 232.126 electores (C’s consiguió tres escaños en 2006 con 89.567 votos y ICV llegó a los 12 con 281.474).

Hace cuatro años, fue a la urnas el 56,77% de los votantes catalanes, con una abstención que se acercó al 50%. Es decir, los que no votaron duplicaron a los que votaron a la primera fuerza parlamentaria, CiU, que rozó el millón de apoyos. Para contrarrestar esta desafección, los partidos apelan al voto útil. Artur Mas (CiU), con el lema  Una Catalunya mejor, quiere intentar conseguir la mayoría absoluta y no depender de nadie. José Montilla, que se presenta como Garantía de progreso, ya ha roto lazos con el tripartito y se esfuerza en diferenciarse de la aventura independentista de ERC. Montilla (con sus 5 ces o compromisos, entre los cuales, no pactar con el PP) y Mas (con sus 9 ces, entre ellas capitalidad y Catalunya y donde no alude a los populares) plantean un cara a cara, con Barcelona como gran plaza por conquistar (también, con vistas a las próximas municipales). Los socialistas quieren movilizar al cinturFIFA Fair Playón metropolitano, con Celestino Corbacho de gran baza, y dan ciertas concesiones al catalanismo con Montserrat Tura de número dos. Los convergentes tienen en la lista a su gran alcalde metropolitano (Lluís Recoder) e incluso le dan un lugar simbólico a Xavier Trias, su alcaldable por Barcelona.

Por su parte, los republicanos, con Joan Puigcercós de líder, refuerzan su mensaje “independentista y de izquierdas” para movilizar a su electorado en un momento en que Solidaritat Catalana o Reagrupament fragmentan más que nunca las opciones de la autodeterminación y para evitar un posible auge del PP. De hecho, los populares, con Alicia Sánchez-Camacho, aspiran a volver a ser decisivos, como en la sexta legislatura (1999-2003), cuando Jordi Pujol debía depender de sus 12 diputados. El PP centra su discurso en la defensa del castellano y la lucha contra la inmigración irregular, lo que ya le ha ocasionado la reprimenta de entidades como SOS Racisme. Igual que los socialistas, con Zapatero o Felipe González, los populares también movilizarán a sus líderes, con Mariano Rajoy al frente. Por último, Joan Herrera (ICV-EUiA) es el único que, abiertamente, quiere repetir el tripartito y aspira a ganar al menos tres diputados. Y Albert Rivera (Ciutadans) se resiste a salir del arco parlamentario y apuesta por tener grupo propio.

Sobre estas elecciones planea una gran pregunta: si hay tanto distanciamiento entre la clase política y los ciudadanos, ¿por qué se han presentado 114 candidaturas, todo un récord, 44 más que en 2006? Alternativa de Govern, UPyD, Plataforma por Catalunya, la CORI (con Carmen de Mairena), Des de baix, Partido de los Pensionistas en Acción, Por un mundo más justo o Pirates de Catalunya son algunos ejemplos. Además, esta campaña tendrá más presencia de inmigrantes en las listas (el PSC, por ejemplo, tiene a más de un Mohamed).

Para que nada pueda interferir en estas elecciones, el clásico Barça-Madrid será el lunes 29N, un día después de conocer quién será el próximo presidente de la Generalitat. Haciendo un símil con el fútbol, los candidatos han apelado al “juego limpio”, pero, de momento, el fair play ha brillado por su ausencia en la precampaña. Todos querrán ganar, aunque sea en el descuento y de penalti.