Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

Archivo de marzo, 2014

El juez del caso Bankia investiga ahora la reformulación de cuentas: Un momento clave

El juez Fernando Andreu, que instruye el caso Bankia en la Audiencia Nacional, emitió la pasada semana un auto en el que reclamó una inmensa batería de documentos, contratos, valoraciones, etc. El grueso de estas pruebas documentales las necesitan los peritos designados por el Banco de España para valorar de forma independiente si las distintas actuaciones que se llevaron a cabo en el banco ahora nacionalizado fueron correctas o si hay indicios de delito.

Así, Andreu ha reclamado toda la documentación que obre en poder de BFA-Bankia en relación a operaciones irregulares que se hayan denunciado ante los organismos supervisores o ante la Fiscalía Anticorrupción, así como más detalles sobre los contratos de la firma de asesoría Lazard, y archivos excel con todas las provisiones por insolvencias que hubiera tenido que aprobar el banco. Toneladas de información.

Rato y Goiri

Rato y Goiri

Pero a mi me ha llamado especialmente la atención que los peritos del Banco de España hayan pedido toda clase de documentos (inventarios de riesgos refinanciados, circulares internas, riesgos en el sector promotor, etc) y una amplia gama de «explicaciones detalladas» relacionados con la reformulación de cuentas aprobada por BFA-Bankia en mayo de 2012. Y es que uno de los momentos clave de la historia financiera reciente de España está aún sin aclarar en gran parte.

Recapitulemos: En abril de 2012, salta el escándalo porque Bankia no presenta sus cuentas con el correspondiente informe de auditoría (que debía haber presentado Deloitte). Este incidente desencadena tanto un pánico en las bolsas como la crisis de Bankia, que acabaría con la renuncia de Rodrigo Rato y la llegada de José Ignacio Goirigolzarri. A los pocos días de su llegada, Goiri lleva a cabo una operación sin precedentes: Reformula las cuentas de BFA-Bankia correspondientes a 31 de diciembre de 2011. Es decir, las vuelve a calcular, y pasan de dar unos beneficios de 309 millones a unas pérdidas de más de 2.900 millones.

Estas pérdidas sobrevenidas, que desataron el pánico en las acciones de Bankia, no eran fruto de ningún agujero, o de malversación de fondos de los antiguos gestores. Se trataba simplemente de una aplicación retroactiva de los decretos de saneamiento bancario del ministro De Guindos. Dicho a lo bruto, todo el ladrillo en poder de los bancos debería llevar aparejado una reserva de dinero, en previsión de futuras pérdidas. El resto de entidades los empezaron a aplicar a lo largo del año (de ahí las pérdidas del sector en 2012), pero Goiri y su equipo, en unión con el Ministerio de Economía (asesorado por Goldman Sachs), los aplicaron de forma retroactiva. Un hecho sin precedentes en la historia del sistema financiero español.

La afloración de pérdidas generó, como ya dije, un pánico bancario y la huida de inversores en Bankia, así como la desaparición, casi inmediata, de las antiguas cajas en BFA-Bankia. Otra de sus consecuencias fue que anuló la retribución de las preferentes de BFA-Bankia, lo que a su vez agudizó la crisis respecto a este producto financiero. Varios antiguos consejeros del banco han venido denunciando que la reformulación de cuentas llevada a cabo por los nuevos gestores fue irregular, y que no se ajustaba a la normativa. Su argumento: No se pueden aplicar normas contables de forma retroactiva si no se prueba la existencia de unos hechos sobrevenidos ceñidos al periodo sobre el que se van a revisar las cuentas.

En cambio, tanto el auditor Deloitte como desde BFA-Bankia se ha defendido la reformulación como una operación plénamente legal. En su momento, ya enviaron a la CNMV un amplio informe argumentando por qué habían revisado las cuentas: Se remitían a hechos y estimaciones «sobrevenidas». Sea como sea, me parece una estupenda noticia que el juez Andreu (y sus peritos) se interesen por aclarar uno de los hechos más trascendentales de la reciente historia financiera española. Esperemos acontecimientos.

Una mayor redistribución de la renta no lastra el crecimiento de los países; al contrario

«Desigualdad y crecimiento insostenible podrían ser dos caras de la misma moneda«. El que escribe esto no es un partido de izquierda, ni una organización altermundista del gusto de los lectores de Le Monde Diplomatique. No. Se trata de una investigación llevada a cabo por tres economistas del Fondo Monetario Internacional —Andrew Berg, Jonathan D Ostry y Charambolos Tsangarides—, y la cual se ha hecho pública a través de la web Voxeu.

Dinero

Dinero

Los autores de este estudio han concluido que un país con rentas más «igualitarias» tiene un crecimiento más «protegido», más robusto. Al mismo tiempo, dejan claro que no existe prácticamente ninguna evidencia científica que demuestre que las transferencias masivas de renta tengan ningún tipo de efecto negativo sobre el crecimiento. «Concluimos que la desigualdad es un robusto y poderoso determinante tanto de la senda de crecimiento a medio y largo plazo como de la duración de los periodos de bajo crecimiento», señalan los autores, que a su vez remarcan la falta de datos históricos que muestren efectos negativos de la redistribución en el potencial de una economía.

Lo que viene a hacer esta investigación es impactar la base de flotación de un cierto pensamiento liberal (en lo económico) muy popular entre los partidos conservadores y que clama contra cualquier tipo de intervención del Estado en la redistribución de la riqueza, bien a través de impuestos progresivos, bien a través de un mayor gasto público. Con la publicación de este informe, estos economistas ponen el dedo en la llaga: La redistribución es LA forma de garantizar un crecimiento más sólido en los países.

Lo cierto es que los resultados de este informe están lejos de ser rompedores, ya que, a pesar de las resistencias de las élites, cada vez son más las evidencias que apuntan a que no puede haber un crecimiento económico estable si no se combate a la vez la desigualdad. Lo sostiene así la OCDE en su paper Reducing income inequality while boosting economic growth: Can it be done? donde propone políticas directas con las que abordar tanto el crecimiento económico como la lucha contra la inequidad.

Los técnicos de la OCDE apuestan, entre otras políticas redistributivas, por incrementar las tasas de educación secundaria y terciaria, por la instauración de salarios mínimos y la integración de inmigrantes, por ejemplo, como métodos para fortalecer el crecimiento económico de los países.

En esta misma línea se muestran los economistas Barry Z. Cynamon y Steven M. Fazzari, que en un estudio de junio de 2014 han estudiado los efectos de la desigualdad en la recuperación económica de Estados Unidos. «Los resultados de este informe sugieren que la mejor manera de reparar el problema de generación de demanda de EE UU sería revertir, o al menos estabilizar, la tendencia a una mayor desigualdad salarial«, señalan, con la puesta en marcha de una política fiscal centrada en reducir la distancia entre el 5% más rico y el resto.

Despidos, cambios y nombramientos en la nueva Dirección de Riesgos de Bankia

Aires de cambio en la Dirección de Riesgos de Bankia. En la banca, y tal como señala su propio nombre, estos departamentos son los encargados de evaluar los posibles riesgos asociados a cada operación de crédito, inversión, etc. La importancia de un buen (e independiente) departamento de riesgos es máxima, ya que sus técnicos son los designados para determinar la conveniencia de una u otra operación. Sin el visto bueno de Riesgos, no se da ni un crédito. La labor de estos departamentos se ha puesto especialmente en duda durante la crisis, toda vez que las entidades incrementaron de forma exponencial sus inversiones en ladrillo, promotoras, etc.

Bankia

Bankia

La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ya inició cambios radicales en julio de 2013, cuando pasó a unificar las unidades de Riesgos y Recuperaciones en una sola dirección, que dependería directamente de Juan Carlos Estepa, quien reportaría al director general, Pepe Sevilla.

El nuevo modelo, durante los últimos meses, ha sufrido profundos cambios, personificados en sus principales responsables, tal como han señalado a este periodista fuentes sindicales, y han sido confirmados por la propia entidad. Así, la que fuera directora del Área de Riesgos en Caja Madrid y de Admisión de Riesgos en Bankia, María Jesús de Jaén, ha decidido acogerse «voluntariamente» al expediente de regulación de empleo que el banco está llevando a cabo en servicios centrales (y que supondrá una reducción de plantilla de 400 personas) y dejará la entidad en la que entró en 2007.

Otro alto cargo, Ángel Luis Saiz de Moratilla, que hasta hace poco se encargaba de la división de Riesgos Mayoristas, pasa a ser el responsable de la nueva unidad de Recuperaciones (la que gestiona la morosidad de grandes empresas). Su puesto lo pasará a ocupar Manuel Galarza, «que viene de Participadas, una sección que progresivamente se estaba quedando sin trabajo, debido a los procesos de venta del banco (Indra, Inversis…)», señalan fuentes de Bankia.

‘¿Hacienda somos todos?’, de Francisco de la Torre: Un gran libro en el momento preciso

«En los años de la burbuja nos sumergimos en un sueño fiscal de recaudación fácil. Posteriormente, en los años de la crisis, al no querer reconocerla y afrontarla, se fueron aplazando los sacrificios, que luego se han ido pagando con intereses, finalmente, muy elevados. El sueño se ha ido convirtiendo en pesadilla. La noche no ha terminado, quedan muchos sacrificios por delante. El primero de ellos es equilibrar las cuentas del Estado, lo que es una condición indispensable a medio plazo para no tener un Estado fallido y, en consecuencia, alejar la selva y seguir en la civilización. Hay que ser realistas; será duro porque implicará menores servicios y prestaciones, y más recaudación, es decir, más impuestos, que pagarán, de una forma u otra, los ciudadanos. Ha llegado la hora de despertar y de volver  a la racionalidad; en otras palabras, de volver a la realidad. No ha amanecido todavía, pero el fin de la noche más oscura no es el amanecer, sino el despertar, porque solo entonces las pesadillas quedan atrás…».

¿Hacienda somos todos?

¿Hacienda somos todos?

En una época en la que la Economía ha emergido como un tema de actualidad diaria y cada semana se publican numerosos libros sobre esta disciplina, es especialmente gratificante encontrarte con un libro que a la vez sea didáctico, riguroso, informativo, valiente y necesario. Y este es, en mi opinión, el caso de ¿Hacienda somos todos?, la obra escrita por el inspector de Hacienda y bloguero Francisco de la Torre, quien fuera durante años el portavoz de la asociación IHE. El libro, que os recomiendo a todos, se presenta este jueves 6 de marzo, a las 19.30 horas, en el Espacio Bertelsmann de Madrid.

  • Una obra didáctica porque consigue (con mucho éxito) explicar con sencillez asuntos complejos como los activos fiscales diferidos (DTA) o la fiscalidad de las grandes empresas. Como el propio autor reconoce, tras muchos años de experiencia tratando con periodistas y escribiendo, ha logrado hacer entendibles conceptos realmente ajenos (aunque importantes) para el hombre de la calle.
  • ¿Hacienda somos todos? es además un libro especialmente riguroso, en el que no hay opinión que no se vea acompañada de datos y justificaciones razonadas. Frente a la tentación de un ensayo basado solo en ideas e ideología —muy comunes últimamente— De la Torre desarrolla un trabajo exhaustivo con gráficas, cuadros y un amplio acompañamiento estadístico. ¿Cuántos inspectores hay en Hacienda? ¿Son muchos en comparación al ámbito europeo? ¿Cuánto han caído las bases imponibles en España?
  • El autor logra escribir además un libro en buena parte informativo, gracias a su privilegiada posición como inspector de la Agencia Tributaria. No voy a desvelar detalles (si los queréis conocer tendréis que comprar el libro), pero gracias a él conocemos más profundamente el desarrollo y culminación de la burbuja del fútbol español, o cómo operan los paraísos fiscales, entre otros asuntos.
  • El libro es además valiente porque De la Torre no esquiva prácticamente ningún charco y no evita mojarse a la hora de dar su opinión. «A nivel macroeconómico no estamos siendo austeros», reconoce, al tiempo que no duda en apuntar a la amnistía fiscal del Gobierno como un «mal negocio» para España, mientras critica la excesiva politización y arbitrariedad en la designación de cargos en la Agencia Tributaria. No queda un juanete sin pisar, pero es de agradecer este atrevimiento.
  • Por último, ¿Hacienda somos todos? me parece un ensayo necesario. Necesario porque son muchas las voces que hoy denuncian, por uno y otro lado, expolios fiscales, tipos impositivos confiscatorios, etc, mientras no faltan los que, amparados en ellos, eluden sus responsabilidades con la Hacienda Pública. Como bien recuerda el autor, sin impuestos se acaba la civilización y comienza la selva. Esta provocadora sentencia encierra una gran verdad: La tributación es el precio que tenemos que pagar todos para que existan infraestructuras, servicios, leyes, policías, jueces, etc. En definitiva: civilización.