Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

Archivo de noviembre, 2013

El BCE impone con la inminente unión bancaria la vuelta de la ‘banca aburrida’

Uno de los objetivos de la inminente unión bancaria europea que este mes empieza a gestarse (el primer paso es someter a una inmensa revisión a las 130 principales entidades financieras del continente) es la conversión progresiva de los bancos en negocios más seguros, controlables, predecibles y menos inestables. ¿Y a qué se dedica un banco? Básicamente, a todo lo que le dejan; al ser un sector tan fuertemente regulado, su campo de actuación siempre viene delimitado por un entramado de normativas autonómicas, nacionales, sectoriales e internacionales. banco españa

Hasta ahora, si a un banco o caja le dejaban entrar en el capital de una empresa promotora, lo hacía si veía en ello una posibilidad de negocio. Si las autoridades permiten que las entidades emitan todo tipo de productos financieros complejos y estructurados que lo mismo pueden venderse a un cliente institucional que a un cliente de a pie, lo harán. Los banqueros han sido durante décadas tipos audaces, capaces de meter a países o al mundo entero en crisis financieras. El negocio bancario del siglo XX y XXI se resume en «haz lo que puedas».

El tema es que el futuro para las entidades financieras europeas parece antojarse mucho más restringido. Regulaciones de nuevo cuño como las normas de solvencia de Basilea III y el marco regulatorio resultante de la futura unión bancaria tratarán de dibujar básicamente un sector más aburrido. Es un objetivo que en España han tratado frecuentemente entre otros los analistas de Politikon. El objetivo de conseguir unos bancos más controlables y predecibles parece loable, pero no está exento de problemas: falta de liquidez en los mercados, un posible freno al crecimiento… Nada es gratis.

La inminente unión bancaria condicionará la forma de los venideros negocios bancarios, tal como explica excelentemente el profesor José García Montalvo, de la Universidad Pompe Fabra, en el último monográfico de Funcas. La normativa paneuropea impondrá desde ya unos niveles de capitalización muy altos (en comparación al resto) para las entidades. Un 8% de capital de primera calidad será el mínimo regulatorio. Para conseguir este capital mínimo (de no alcanzarlo, las entidades serían recapitalizadas con dinero público, es decir, pasarían a control público) pueden llevarse a cabo ampliaciones de capital, retenciones de beneficios, pueden vender participaciones accionariales no estratégicas

Con los tipos de interés en mínimos históricos, las entidades financieras lo tienen especialmente difícil para obtener suficientes márgenes de intereses, lo que las empujará a cobrar (aún) más por comisiones de servicio y a reducir sus costes operativos. La forma de aumentar solvencia en esta situación -sostiene García Montalvo- es reducir los activos ponderados por riesgo (aquellos que, por su especial riesgo, requieren algún tipo de provisión). Es decir: que reducir el tamaño y abandonar actividades arriesgadas (aunque con mayor potencial de beneficios) es ahora una forma de ser más solvente. Qué distinto este enfoque frente al mantenido por el Gobierno de ZP y el Banco de España en 2010 y 2011.

«En el futuro es previsible observar (…) la marcha hacia la banca aburrida que vuelve a centrarse fundamentalmente en el negocio minorista. No obstante será importante que la preocupación por la estabilidad financiera no sacrifique en exceso la necesidad de un sistema financiero que potencie el crecimiento económico y distribuya el riesgo de la manera más eficiente posible», concluye García Montalvo.

El Gobierno modifica la ley ‘ad hoc’ en su enfrentamiento con la patronal bancaria

Hace solo un día publicábamos en este blog que el Ministerio de Economía había manifestado abiertamente su oposición a que la Asociación Española de Banca (AEB) nombrara como su nuevo presidente a José María Roldán, que hasta hace unas semanas era el director general de Regulación en el Banco de España. También decíamos que, a pesar de las contradicciones en las que entraba el propio ministro De Guindos (él mismo ha entrado y salido de la Administración previo paso de bancos de todo tipo), estaba resuelto a boicotear ese fichaje como fueraroldan

Dicho y hecho: La presión ejercida durante menos una semana ha terminado por ‘convencer’ a Roldán de que es mejor renunciar al nombramiento, tal como publica este miércoles El País. Por si fuera poco, el Gobierno ha anunciado que modificará el régimen de incompatibilidades de los altos cargos del Banco de España, para homologarlos a la regulación (más restrictiva) que ya sufren los responsables de la Administración. Es decir, ha hecho una normativa a la medida para mandar un mensaje a la patronal bancaria, mientras ayer De Guindos exigía «ética» a los banqueros.

No sé qué es peor: que el sector financiero español vea con total normalidad que fichen como su representante a quien apenas una semanas antes era el encargado de controlarles, o que nuestro Gobierno sea capaz de mover Roma con Santiago y utilizar las leyes para mandar mensajes y ganar batallas a aquellos que osan llevarle la contraria. Quizás Olli Rehn tiene razón y hacen falta aún muchas nuevas reformas.

El gobierno se hace ahora el indignado por las puertas giratorias de la banca española

La semana pasada conocíamos la intención de la Asociación Española de Banca (AEB) de nombrar a José María Roldán como nuevo presidente de la patronal bancaria española, en sustitución del actual máximo representante, Miguel Martín. «Su experiencia internacional será clave para garantizar el éxito en un entorno de profundos cambios regulatorios», decía la nota oficial. Y tanto: uno de los mayores conocedores de los entresijos del sector, sería la voz de la banca en España. roldan

La polémica surgió inmediatamente en las redes sociales y en algunos medios de comunicación: El que hasta hace un par de meses era el máximo responsable de regular a las entidades dentro del Banco de España (Roldán) pasaba a representar casi inmediatamente los intereses de esos mismos regulados. Un caso de libro de esas famosas puertas giratorias del sistema financiero: profesionales que pasan del sector público al privado y luego al público, y luego… en un bucle casi infinito.

El Ministerio de Economía (así lo han publicado medios como El País) se ha mostrado contrario a este fichaje por parte de la AEB, y si bien no tiene capacidad legal para impedirlo, sí que puede presionar a los bancos para que propongan otro candidato. Guindos, así, se ha erigido como un bastión en defensa de un sistema financiero libre de puertas giratorias, y de paso ha desautorizado una vez más al Banco de España, como ya hiciera durante la crisis de Bankia.

El problema, a mi modo de ver, es que Guindos resulta poco creíble mostrándose tan contrario al fichaje de Roldán por la AEB. Primero porque él mismo es un ejemplo viviente de revolving door man. Tras abandonar la Secretaría de Estado de Economía en la segunda legislatura de Aznar, fichó tiempo después por el banco Lehman Brothers y Banco Mare Nostrum. En 2011, sin embargo, volvió al Gobierno, esta vez como titular de la cartera de Economía, y aprobó el mayor paquete de reformas del bancario desde la época de Miguel Boyer.

No parece pues el ministro De Guindos un paladín de la pureza del sistema bancario. Compañeros periodistas como Íñigo De Barrón (El País) y Eduardo Segovia (El Confidencial) apuntan a que debajo de esta operación de descrédito late una batalla interna entre el Banco de España y el Ministerio de Economía, que habría virado su criterio respecto a Roldán debido a presiones de la Troika.

Esta versión, difícil de demostrar, tiene sin embargo más visos de verosimilitud que un ministro de Economía ex banquero tratando de obligar a la patronal bancaria a no nombrar a uno de los suyos porque no resulta estético.