Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

El gobierno se hace ahora el indignado por las puertas giratorias de la banca española

La semana pasada conocíamos la intención de la Asociación Española de Banca (AEB) de nombrar a José María Roldán como nuevo presidente de la patronal bancaria española, en sustitución del actual máximo representante, Miguel Martín. «Su experiencia internacional será clave para garantizar el éxito en un entorno de profundos cambios regulatorios», decía la nota oficial. Y tanto: uno de los mayores conocedores de los entresijos del sector, sería la voz de la banca en España. roldan

La polémica surgió inmediatamente en las redes sociales y en algunos medios de comunicación: El que hasta hace un par de meses era el máximo responsable de regular a las entidades dentro del Banco de España (Roldán) pasaba a representar casi inmediatamente los intereses de esos mismos regulados. Un caso de libro de esas famosas puertas giratorias del sistema financiero: profesionales que pasan del sector público al privado y luego al público, y luego… en un bucle casi infinito.

El Ministerio de Economía (así lo han publicado medios como El País) se ha mostrado contrario a este fichaje por parte de la AEB, y si bien no tiene capacidad legal para impedirlo, sí que puede presionar a los bancos para que propongan otro candidato. Guindos, así, se ha erigido como un bastión en defensa de un sistema financiero libre de puertas giratorias, y de paso ha desautorizado una vez más al Banco de España, como ya hiciera durante la crisis de Bankia.

El problema, a mi modo de ver, es que Guindos resulta poco creíble mostrándose tan contrario al fichaje de Roldán por la AEB. Primero porque él mismo es un ejemplo viviente de revolving door man. Tras abandonar la Secretaría de Estado de Economía en la segunda legislatura de Aznar, fichó tiempo después por el banco Lehman Brothers y Banco Mare Nostrum. En 2011, sin embargo, volvió al Gobierno, esta vez como titular de la cartera de Economía, y aprobó el mayor paquete de reformas del bancario desde la época de Miguel Boyer.

No parece pues el ministro De Guindos un paladín de la pureza del sistema bancario. Compañeros periodistas como Íñigo De Barrón (El País) y Eduardo Segovia (El Confidencial) apuntan a que debajo de esta operación de descrédito late una batalla interna entre el Banco de España y el Ministerio de Economía, que habría virado su criterio respecto a Roldán debido a presiones de la Troika.

Esta versión, difícil de demostrar, tiene sin embargo más visos de verosimilitud que un ministro de Economía ex banquero tratando de obligar a la patronal bancaria a no nombrar a uno de los suyos porque no resulta estético.

5 comentarios

  1. Hicimos muchas bromas en su día cuando supimos que iban a crear un ‘banco malo’. Nos parecía una redundancia, un pleonasmo (como decir “capitalismo salvaje”), y nos preguntábamos: si los bancos “buenos” son lo que ya sabemos, ¿cómo será un banco que presume de malo?

    Nos reíamos, sí, pero el banco malo cada vez tiene menos gracia. Ahora ya sabemos que no es malo: es peor. En poco tiempo, la Sociedad de Gestión de Activos Inmobiliarios Procedentes de la Reestructuración Bancaria, (conocida por sus siglas de SAREB, y en los bajos fondos por su apodo de banco malo) se ha convertido en el mayor granuja financiero de España. ¿Queríais banco malo? Pues ahí tenéis, un villano de película.

    En pocas palabras, el papel que cumple la SAREB es salvar el culo de la banca sin que ésta se despeine. Y para variar, lo hace cumpliendo las dos condiciones propias del mundo financiero, especialmente en España: que la banca siempre gana; y que cuando pierde lo pagamos nosotros.

    Se suponía que el banco malo iba a cumplir la función que instrumentos similares han tenido en otros países: comprar activos tóxicos a precio de mercado, y a cambio los bancos se ven obligados a dar crédito por el mismo importe de aquellos activos de que se desprenden.

    Pero esto es España, y si llamamos malo a un banco es porque es malo malísimo. Hasta ahora, la SAREB ha permitido a los bancos “buenos” sacar de sus bodegas toda la mierda que no tenían donde colocar y que contaminaba sus cuentas. Miles de viviendas, acabadas y a medio construir, enormes cantidades de suelo, y también préstamos irrecuperables, han salido de las carteras maltrechas de la banca para acabar en el banco malo. Más del 40% de los activos tóxicos de la banca ya son suyos.

    Sobre el papel, la SAREB lo compra todo a precios más bajos de lo que decían valer en los balances de los bancos. Pero hay dudas de que el descuento esté realmente al nivel del desplome que se ha producido en los precios desde la hinchazón de la burbuja en que fueron valorados esos activos. Sobra decir con qué dinero están comprando todo ese ladrillo ruinoso: con nuestro dinero, con los más de 2.000 millones aportados por el Estado al constituir la SAREB, pero sobre todo con más de 50.000 millones garantizado por deuda con garantía del Estado. Es decir, garantizados por todos nosotros.

    La segundad maldad del banco malo llega con el uso de todas esas viviendas. En un país con un problema grave de vivienda como España, la enorme cartera inmobiliaria de la SAREB podría ser la base de una política de vivienda social. Pero nada de eso: lo que hace el banco malo es deshacerse de ellas, vendiéndolas a quien quiera comprar. O más bien malvendiéndolas.

    El banco malo empaqueta pisos, oficinas y suelo, y el paquete se lo coloca a quien tiene dinero para comprarlo, que no somos ni ustedes ni yo: los fondos de capital riesgo, los conocidos ‘buitres’ del mundo financiero, que están haciendo su agosto en España comprando todo lo que está de saldo: empresas en apuros, acciones devaluadas, servicios privatizados, patrimonio liquidado, préstamos pendientes de pago, y viviendas. Muchas viviendas. Toda esa vivienda que hoy necesitamos y que marcará el futuro inmediato del mercado inmobiliario, está quedando en manos de quienes buscan el lucro rápido.

    Pero es que además tampoco es cierto que los buitres tengan dinero para comprar esos paquetes: son listos, no arriesgan, porque la propia SAREB, el banco malo (que con nosotros es despiadado, pero para los buitres tiene su corazoncito), les da todo tipo de facilidades: les aplica buenos descuentos, les busca financiación, les avala o incluso les cubre las pérdidas posibles en caso de que los precios sigan cayendo después de comprar, participando directamente en las operaciones para dar garantía. Con nuestro dinero, claro.

    El banco malo es hoy el mayor vendedor de pisos en España. Incluidos pisos de desahuciados, o de quienes están a punto de serlo. Incluidos pisos vacíos que la PAH ha convertido en su “obra social”, dando ejemplo de lo que podrían hacer tantas administraciones. El banco malo, por supuesto, está dispuesto a echar a quienes convierten esos pisos vacíos en vivienda digna, y a la hora de negociar con los desahuciables actúa como el poli malo de la banca, implacable.

    En las grandes ferias inmobiliarias la SAREB tiene stand propio, un mercadillo donde salda nuestro derecho a la vivienda de hoy y de mañana. Y para que todo el negocio quede en las mismas manos, la misma banca que ha traspasado sus pisos, es la que después ofrece líneas de financiación para las hipotecas de quienes compren esos mismos pisos.

    Como buen malo malísimo, apenas sabemos del banco malo. Se mueve en las sombras, en la clandestinidad. No da ruedas de prensa ni entrevistas, no comparece en el Congreso, apenas sabemos de su presidenta más que el nombre, Belén Romana, y su sueldo, 33.000 euros al mes. Para más recochineo, aunque la casi totalidad del dinero con que cuenta la SAREB es dinero público, le han dado forma de sociedad privada, para no computar como deuda, hinchando la participación del capital privado de forma desproporcionada a su aportación. Así puede moverse a sus anchas, sin rendir cuentas ante nadie, en la opacidad más absoluta. Gastando nuestro dinero sin que sepamos cómo.

    El banco malo vino con el rescate europeo. Ahora nos anuncian que el rescate se cerrará pronto, pero sin embargo el banco malo se queda. Y cada día es más malo. Por ahora, el único superhéroe que le opone resistencia es la PAH, con ayuda de algunos tribunales. Ayudémosles en este combate desigual.

    Isaac Rosa
    17/10/2013
    eldiario.es

    05 noviembre 2013 | 10:55

  2. Dice ser Oleg

    Los antis sois patéticos.

    05 noviembre 2013 | 15:53

  3. Dice ser ANTONIO

    Lo que tienen que hacer de una vez es poner orden en los Bancos, comenzar a dar crédito de una forma racional (no como en la época «buena») de tal forma que se pueda crear empleo y la economía se vuelva a poner en marcha.
    http://www.inverealestate.com

    05 noviembre 2013 | 19:43

  4. Dice ser CRISTINA

    Y al final quién pierde con tanta batalla política? Pues el de siempre, el ciudadano de a pie que no tiene dinero para gastar con nosotras http://www.lafoliemadrid.com

    05 noviembre 2013 | 19:44

  5. Dice ser MANUEL

    Al final todos estos políticos dan vueltas y vueltas, van y vienen, pero sólo se preocupan de ellos mismos, a ver cuándo miran un poco hacia abajo y se dan cuenta que hay gente esperando a que esta crisis se acabe de una vez http://xurl.es/k2wij

    05 noviembre 2013 | 19:46

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