Son varias las razones. Primero porque me gusta; el hecho mismo de escribir es un acto placentero: hilvanar ideas, encontrar la palabra adecuada, tallar las frases y los párrafos hasta dejar un texto que refleja tu pensamiento (bueno o malo).
Segundo, por atender a una pulsión que anda a medio camino entre la necesidad y la vanidad. Tengo algo que decir y creo que, quizás, le puede interesar a alguien ahí fuera. Si encima gusta y me pagan por ello, soy un tipo afortunado…
La tercera razón no es individual, sino colectiva. Soy un convencido del debate como una herramienta que nos hace mejores. Aunque a veces sucumbo y acabo por creer que nadie convence nunca a otros de nada, tampoco es cierto. Abrir y colaborar en el debate público es una responsabilidad y otra forma de fomentar una mejor y más duradera democracia.
Enhorabuena por su claridad y honradez.
Me identifico totalmente con su argumento.
Y no escribo, pero joder si me gustaría saber!.
19 noviembre 2013 | 17:21