Por fin. Tras haber estado trabajando más un año en el proyecto, se hizo la convocatoria definitiva en la iglesia de las Trinitarias.
Fue el último acto oficial de Ana Botella como alcaldesa. Orgullosa estaba de que así fuera, tal y como ella misma manifestó.
Para tal magnánimo acontecimiento –recordemos, mostrar una placa (con errata incluida) que asevera que allí descansan los huesos de Cervantes–, la aun alcaldesa se rodeó de lo mejor de las fuerzas vivas del momento, como en otrora ‘mejores’ tiempos… Iglesia y Ejército flanqueando a los próceres políticos y culturales para hacerse la foto.
Si Cervantes levantara la cabeza alucinaría. Digo yo que a la nueva alcaldesa no le dará por este tipo de convocatorias, a no ser que recurra al también en mejor vida Luis García Berlanga para organizar estos esperpentos. Al menos nos reiríamos un poco.