
Restos hallados en la cripta del convento de las Trinitarias entre los que los expertos creen que hay algún hueso de Cervantes. FOTO: GTRES
Hace más de un año llegó a mis oídos que el Ayuntamiento de Madrid iba a preparar una potente campaña para atraer y diversificar el turismo en el centro de la capital. ¿En qué consiste?, pregunté. «En crear un lugar de peregrinación a la tumba de Cervantes«.
Tal cual se quedó la cosa, cuando a los pocos meses el Ayuntamiento anunció las labores de búsqueda de los restos del escritor… en la misma iglesia donde una placa reza desde hace años que está allí enterrado.
Todo ha estado perfectamente pautado, paso a paso, para culminar antes de las elecciones de mayo esta bonita campaña de entretenimiento de masas.
Para al final quedarnos con lo que ya sabíamos. Nada nuevo, nada rotundo. Más estudios arqueológicos, antropológicos e históricos que deducen que efectivamente hay huesos entremezclados que «probablemente» sean los del escritor.
Si de verdad hubiera existido otra intención que no fuera la del autobombo político, las cosas se hubieran hecho de otra manera, con más seriedad, con más tiempo para dejar trabajar a estos y otros expertos.
Que no nos cuenten ahora novelas de caballerías, que sabemos que el vino derramado no estaba en cueros sino en una Botella a punto de quebrarse.
BONUS: El Circo de Cervantes… o la acertada visión científica de todo este tinglado, por Javier Yanes
Hay que enterrar a los muertos
y sus restos (RIP) en paz dejarlos.
Los del insigne escritor,
no estaban en una cuneta,
y que para poder enterrarlos
humana y cristianamente
deberíamos encontrarlos.
Estaban en tierra santa
en la cripta de un convento
y custodiados por las monjas
donde gozaban de paz
desde hacía varios siglos.
¿A qué viene el removerlos?
Homenajeen a Cervantes
promoviendo y divulgando
la lectura de su obra
y no en sus huesos hurgando
Que Dios lo tenga en su gloria
y que por siempre en paz descanse.
ASdG.23.03.2015/ 182
23 marzo 2015 | 16:19