Ayer celebramos el 20-N. Mis hijos no sabían a qué me refería hasta que les mostré la portada del semanario Doblón que yo dirigía aquel día 20 de noviembre de 1975 en que murió el tirano Francisco Franco. Solo entonces se unieron a la celebración.
Hace 46 años que se fue el caimán. Recordé que me temblaba la mano (mezcla de emoción y miedo) al escribir «ha muerto» en la portada del semanario Doblón. Sí. Por fin, «se fue el caimán». Y, en febrero del 76, pude publicar, por primera vez en la prensa española, la palabra Dictadura.
Conquistamos la libertad palabra a palabra… No fue ningún regalo. Algunos jóvenes ignoran el pasado y piensan que disfrutan de la libertad ya que se la merecen por su cara bonita. Pero la libertad es como el oxígeno. La valoras mucho más cuando te falta. A los de mi generación nos faltó y ¡vaya si lo notamos!. Algunos jóvenes de izquierdas y de derechas tratan hoy de devaluar la conquista de la libertad que conseguimos gracias a la Transición: la reforma venció a la ruptura y la concordia a la violencia. Despectivamente, se refieren a la Constitución del 78 (la más duradera de la historia de España) como «el Régimen del 78». La palabra «régimen» definía antes a la Dictadura. Estos jóvenes impacientes e ignorantes del pasado juegan con fuego. Machado diría que «desprecian cuánto ignoran». Claro que este choque inter generacional ha ocurrido siempre en la historia. No vamos a ser una excepción. Paciencia y pedagogía.
A mis hijos les insisto en que la Democracia no nos tocó en una tómbola. La conquistamos palabra a palabra. Y valió la pena. Ojalá ellos la conserven y la mejoren.