Juan Carlos Escudier

Rajoy se hace ‘marxista’

De las escaramuzas y otros avatares que están salpimentando la crisis interna del PP, el abandono por parte de María San Gil de la ponencia política por discrepancias fundamentales con el texto es el primer contencioso ideológico verdadero al que se enfrenta Rajoy. ¿Deben los populares buscar el acercamiento y el acuerdo con el llamado nacionalismo moderado como, al parecer, se pretende ahora o, por el contrario, han de continuar demonizando a quienes podrían en un futuro tener la llave de la Moncloa?

La ponencia se inclinaba por la primera opción y San Gil, con bastante coherencia personal, ha puesto punto y final a su colaboración con el texto y se ha ido dando un portazo. Rajoy sale del trance bastante mal parado porque a la dirigente vasca, que ha puesto la cara cuando otros como Mayor Oreja ponían tierra de por medio, que se juega la vida a diario y que ha llegado a la conclusión de que el verdadero problema de Euskadi es el PNV, no se le puede pedir un día que defienda el tarro de las esencias y al siguiente que lo haga añicos contra el suelo.

Los partidos suelen ser muy marxistas en lo que a los principios se refiere –“estos son mis principios, si no le gustan tengo más” (Groucho)- y al PP la cruzada antinacionalista le ha costado muy cara electoralmente hablando en Cataluña y en el País Vasco. La nueva estrategia de Rajoy pasa por reconducir la relación con el PNV y CiU, dos fuerzas con las que comparte visiones muy parecidas en todo lo que no sea el modelo territorial y que, de hecho, hicieron posible que Aznar llegase al poder en 1996. A finales de la pasada legislatura, el presidente del PP hizo algún intento de salvar, al menos, la relación personal con algunos líderes nacionalistas, con los que mantuvo encuentros discretos que no tuvieron traducción política.

Un cambio de actitud como el que se pretende no puede sino chirriar porque en los últimos años se llegó demasiado lejos en una criminalización insensata que tuvo el efecto contrario: reforzó a fundamentalistas como Ibarretxe y presentó al PP como el Torquemada del nacionalismo, con Acebes en el papel de antorcha purificadora.

De todo lo anterior no debe deducirse que Urkullu, Más y Rajoy yacerán juntos, pero tendría que hacer posible construir una nueva relación, que permita, por ejemplo, formar frentes comunes contra el PSOE en el Congreso y evitar a los populares una soledad parlamentaria que en los últimos tiempos se convirtió en proverbial.

Lo ocurrido con María San Gil erosiona gravemente a Rajoy, que en el pecado llevará la penitencia. Si con la ponencia política se quería acometer este giro copernicano por encima de cualquier otra consideración fue un error designarla como redactora; y si lo que se buscaba era hacerla partícipe de un proceder diferente el presidente del PP hubiera debido atraerla hacia la causa en vez de ningunearla y buscar su asentimiento acrítico. Con San Gil se podrá estar o no de acuerdo pero se merece un respeto.

4 comentarios

  1. Dice ser Esteban Rosador

    Una ojeada a los resultados electorales del PP en las últimas elecciones generales basta para convencerse de que los resultados en el País Vasco y en Cataluña sólo pueden considerarse como una debacle. Sobre todo si se comparan con los resultados de hace 8 años. La línea dura preconizada por San Gil y el aznarismo de la segunda legislatura (la de la mayoría absoluta, cuando ya no se hablaba catalán en la intimidad), y curiosamente abanderada ahora por Esperanza Aguirre y no por Rajoy, el sucesor digital da Aznar, sólo puede llevar al PP a nuevas derrotas electorales, como ha quedado demostrado fehacientemente el pasado 9 de marzo.Claro que el continuo agitar de las masas militantes del PP por parte de los voceros mediáticos del aznarismo, encabezados por Losantos y Pedro J, y los sonados abandonos de insignes aznaristas, como el legionario de Cristo Acebes y el oportunista Zaplana, y ahora San Gil, cortan las alas a los que preconizan un ñ-ésimo viaje al centro para volver al poder. Todo lo que se permitió en su dia a Aznar es visto ahora como una traición. Así las cosas, el riesgo de rotura en el PP se incrementa día a día.Hay quien reza a (su) dios para que esto ocurra: UPyD, Ciudadanos, Alternativa Española, PADE, etc. ¿Quién se quedará con los trozos más suculentos?¡Salud y República!

    12 mayo 2008 | 17:08

  2. Dice ser cilindro crítico

    La oposición de la oposición no estábamos preparados para tanto dislate en ese bando y a veces no sabemos ni qué opinar, me asombran muchos contertulios político-televisivos habituales, críticos siempre con el PP, como ahora defienden al Sr. Rajoy, como modelo de «tenerlos bien puestos» además de ser moderado. Yo con respecto a la Sra. San Gil, aprecio su coherencia, aunque su contenido me pareció siempre inflexible. El que me confunde más es el ¿lider? Rajoy. Después de 4 años diciendo «no» a todo y tan radical como sus compañeros, ahora qué pasa que se ha vuelto más moderado y conciliador? y cuándo habla con énfasis de SU EQUIPO, qué el de antes no era su equipo, pues para el gran público parecía que si. Uy, qué camaleónico es este Sr.

    12 mayo 2008 | 21:29

  3. Dice ser elena diaz

    Nunca se sabe como funciona el nacionalismo hasta que se sufre y Mª San Gil lo sabe muy bien, Rajoy solo le hace el juego a rodriguez zapatero

    13 mayo 2008 | 21:13

  4. Dice ser Esteban Rosador

    En el país vasco los políticos del PP llevan escolta. Los del PSE-PSOE también.Nunca les fue tan bien a los nacionalismos periféricos como en la época de Aznar. Crecían como la espuma.¡Salud y República!

    13 mayo 2008 | 23:36

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