Juan Carlos Escudier

El tridente del PP: renovados, renovantes y renovables

A efectos meramente prácticos, y tal y como están las cosas en el PP, alguien debería ordenar adecuadamente a sus dirigentes en los actos públicos a los que asisten. Lo razonable sería distribuirles en tres grupos -renovados, renovables y renovantes-, de manera que uno sepa de antemano si eran del viejo equipo de Rajoy, si lo son del nuevo o si están a punto de caer en desgracia y han de buscar un curro en Telefónica.

Esta división evitaría graves confusiones porque en el totum revolutum no se sabe bien si Pujalte es uno de los renovados aunque hable con Jorge Moragas, quien al parecer es uno de los renovantes, o si el hecho de que Ana Torme, la diputada díscola, trate de situarse a menos de un metro de Rajoy implica que quiera dejar de ser renovable.

Esto es lo que ha ocurrido hace unas horas en el bautismo del libro Vascos y navarros en la historia de España, coordinado por el ex diputado Jaime Ignacio del Burgo, escrito por unos señores a quienes el anterior ha dado las gracias, y presentado por la singular pareja de baile compuesta por Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. Por la Puerta del Sol de Madrid han desfilado, además de los mencionados, Soraya Sáenz de Santamaría (claramente renovante), Juan Costa (renovado a su pesar), Jorge Fernández, Ana Pastor y Federico Trillo, estos tres últimos un poco renovados, un poco renovantes y bastante renovables.

La cita se las traía ya que por la mañana Ángel Acebes había hecho público que se renovaba a sí mismo y sugería que después del congreso de junio dejaría su escaño de diputado a imagen y semejanza de su colega Zaplana. Salvo Esperanza Aguirre, que ha explicado en un aparte que transmitía desde allí su cariño y gratitud al secretario general cesante, nada se ha dicho de Acebes, aunque el tema le era singularmente propicio: las grandes mentiras de la historia.

Ha empezado hablando la presidenta de Madrid, que últimamente se adorna con alguna frase en inglés para lucirse. En esta ocasión ha citado a Kipling, en concreto el epitafio que dedicó a su hijo, muerto en la Primera Guerra Mundial a los 18 años, para ilustrar cómo “políticos oportunistas, historiadores de campanario e intelectuales en nómina” estaban contribuyendo a falsificar la historia de España para alimentar los falsos mitos en los que se asientan los nacionalismos. Frente a ellos -en su opinión- se alzaba Jaime Ignacio del Burgo, del que ha alabado su “pasión por la verdad, algo de lo que ya éramos conscientes tras sus impagables contribuciones al esclarecimiento de lo acontecido el 11-M.

Ha hablado después Del Burgo, en lo que ha sido una lección magistral de navarrismo. Por él hemos sabido que los antepasados de Aguirre eran vascos y se las tuvieron con los moros en la batalla de Clavijo y que Sancho el Fuerte era en realidad Sancho el Alto porque medía más de dos metros y puso en fuga a Miramamolín en las Navas de Tolosa (1212), y gracias a ello evitó que toda España-que entonces no existía salvo para Del Burgo, volviera a caer bajo el yugo musulmán.

Se trataba, en definitiva, de remarcar que los nacionalistas se inventan la historia. “Desconectada de España no hay historia vasca ni Navarra y sin la contribución de vascos y navarros España se queda también sin historia”, ha dicho. Y sobre ese mismo tema ha abundado Rajoy, al que se le ve relajado pese a la que está cayendo. Al concluir hasta se ha tomado una coca-cola con Esperanza Aguirre en amigable charla.

Previamente, el presidente del PP ha podido hablar de algunos de sus temas clásicos como la nación, “un proyecto colectivo que se ha ido formando con los siglos”, de la “utópica Euskal Hería”, que “sólo existe en la mente enajenada de unos pocos”, de Navarra, “que será lo que quieran los navarros” –confusa frase- y de Zapatero, del que ha remarcado que ha ido rectificando con el tiempo y que, si de verdad cumple con su promesa de impedir que Ibarretxe celebre su consulta autodeterminante, tendrá todo su apoyo.

A Rajoy, del que antes se decía que era un diletante y ahora un tipo retorcido, debían de pitarle los oídos porque en la intimidad del refrigerio posterior algunos altos cargos de Esperanza Aguirre aprovecharon para cortarle un traje a medida. La presidenta, en cambio, dio ejemplo. Cuando terminó la disquisición de Rajoy sobre el libro se la pudo ver mover los labios y dirigirle un expresivo “muy bien”. ¡Qué bonito es el amor!

3 comentarios

  1. Dice ser Soledad

    A estos del PP se les ha despertado el complejo de Edipo, quieren más a mamá-Espe que a papá-Mariano.Haría bien en aclarar si se le van o les echa, porque las cosas varían mucho.Personalmente creo que es el primer castigo de la lideresa a la afrenta. Ese guante que lanzó Mariano «quien quiera irse que se vaya» y que ella supo recoger.Ahora le está toreando muy bien hasta el Congreso de Junio donde se batirán con florete.Ganará y Mariano volverá a Galicia para que Espe aspire libremente a las elecciones. De ganarlas, Anita macedonias sería candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Lo único que no tienen claro, es qué harán con Albertito.¡Qué partido madreeeeee!

    06 mayo 2008 | 1:50

  2. Dice ser Eulogio Perplejo

    Enhorabuena por la áfilada crónica socio-político-literaria. Lo malo es que si sigues así no te dejarán entrar a los cócteles.Si tienes la osadía de leerte el libro, ya nos dirás qué tal.Saludos

    06 mayo 2008 | 11:55

  3. Dice ser Roru

    Hola amigo! Paso por aquí porque he descubierto que tu blog se llama como el mío. Qué casualidad este amanuense. Un abrazo y suerte.

    07 mayo 2008 | 2:53

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