Existe la creencia de que los ídolos de masas pierden su encanto al conocerlos personalmente. Pero para un gran número de tuiteros que la admiraban por ser la creadora de la saga Harry Potter, J.K. Rowling no cumple con esa premisa. Los mensajes feministas que la británica escribe en su cuenta de Twitter no han hecho más que aumentar todavía más su legión de fans, aunque al mismo tiempo nunca había tenido tantos detractores como ahora. Al menos no en el mundo digital.
Rowling fue noticia en la última semana por defender a Theresa May ante los insultos vertidos hacia la primera ministra del Reino Unido por el escritor John Niven, simpatizante del laborista Jeremy Corbyn, al que la autora tenía en buen lugar. «Acabo de dejar de seguir a un hombre a quien consideraba inteligente y divertido porque llamó puta a Theresa May. Si no puedes discrepar de una mujer sin usar esos sucios y viejos insultos, que te den a ti y a tus políticas», escribió.