No es ningún secreto que las primeras damas de Estados Unidos han estado siempre en el punto de mira de los medios de comunicación. Ocurrió, entre muchas otras, con Eleanor Roosevelt, Jackie Kennedy, Hillary Clinton, Michelle Obama, y ahora también con Melania Trump. Aunque, para infortunio de esta última, existe la particularidad de que su marido no es amigo de los principales medios de comunicación de todo el mundo. Y eso tiene repercusiones (también) para ella.
Cuando parecía que con Michelle, laureada por los medios por su inteligencia, su carisma y su saber estar -además de por su gusto en el vestir-, casi se había superado la superficialidad y el sexismo con las primeras damas de EE.UU., la llegada de Melania a la Casa Blanca ha evidenciado todo lo contrario. Desde el momento que Donald Trump puso un pie en la carrera presidencial, la exmodelo empezó a ser juzgada masivamente por ser la esposa de un hombre 24 años mayor que ella. Pero eso fue sólo el principio.