Por Cláudia Morán
Cuentan que una vez la ONU envió una misión al Sáhara Occidental con la intención de preparar elecciones democráticas de cara a la autodeterminación del territorio colonizado. De eso hace ya 23 años, más de dos décadas en las que esa misión, la MINURSO, se ha ido renovando sin grandes logros para los saharauis, hasta convertirse en nuestros días en una mera herramienta de control del alto el fuego en el territorio. Y también en una marioneta que parece contentarse con las promesas vacías del monarca marroquí.