Fidel Castro frente a la Embajada de Intereses de EEUU en Cuba / Juvenal Balán, Granma
«Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia; no pueden matar la justa rebeldía de los pueblos.» Fidel Castro
Si pensábamos que tras la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses, podíamos dar por empezado el siglo XXI, la muerte de Fidel Castro alarga ese inicio hasta el 25 de noviembre a las 22:29 (y que no pase nada más). El comandante histórico y contradictorio, ha fallecido a los 90 años. Así lo ha anunciado su hermano Raúl Castro, general de ejército:
Quien haya pisado Cuba sabe que poner un pie en la isla supone viajar en el tiempo. Sea por el bloqueo o por un régimen que no avanza si deja a alguien atrás, los segundos pasan más despacio. Tanto que los dos diarios oficiales de Cuba han tardado horas en dar la noticia, en la era de la histeria inmediata. Se adelantaba Juventud Rebelde, que a las 2:47 publicaba la transcripción del mensaje televisivo de Raúl Castro. Granma salía con el mismo texto más tarde, a las 4:11.
Juventud Rebelde se hacía eco de los primeros mensajes de condolencia de mandatarios de América Latina. Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, Venezuela, Nicolás Maduro, El Salvador, Salvador Sánchez o México, Enrique Peña Nieto, expresaban en Twitter su dolor. Todos elogiaban la figura del Comandante.
Se fue un grande. Murió Fidel.
¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!— Rafael Correa (@MashiRafael) 26 de noviembre de 2016
El diario también recogía otros mensajes de pésame de personalidades y líderes mundiales, como el escritor argentino Miguel Bonasso, el presidente de Sudáfrica Jacob Zuma, la fundación Nelson Mandela o el presidente español, Mariano Rajoy. Declaraciones que elogian siempre su figura, por histórica o apasionante. No reproducían, en cambio, críticas de quienes consideran al líder un dictador. Con cuidada selección, el periódico reproducía los titulares y tuits que reaccionaban a la muerte de Castro alrededor del mundo. El mismo que resistió a once presidentes de Estados Unidos y al menos ocho intentos de atentado de la CIA reconocidos por el Senado de Estados Unidos.
Ambos periódicos anunciaban las decisiones del Consejo de Estado de la República de Cuba, que decreta nueve días de duelo nacional, hasta el 4 de diciembre, en el que «cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares». Los medios de comunicación tendrán una programación «informativa, patriótica e histórica». Tal y como ocurriera con otros líderes como Lenin, los cubanos podrán acudir a rendir homenaje a Castro los días 28 y 29 en el Memorial José Martí de La Habana.
Además, la Comisión Organizadora informa de que los ciudadanos podrán «firmar el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución», que el mismo Fidel expresó el 1 de mayo del año 2000 con la intención de que sus ideas y el socialismo cubano tuvieran continuidad. El seguramente multitudinario funeral se celebrará el día 29 a las 19h en la Plaza de la Revolución de la capital. Al día siguiente, su cuerpo se trasladará a Santiago de Cuba, recorriendo el itinerario que conmemora la Caravana de la Libertad de enero de 1959, tras el triunfo de la Revolución contra el dictador Batista. Allí será incinerado el 4 de diciembre, lo que supone el retraso de la marcha por el 60 aniversario del desembarco del Granma hasta el 2 de enero.
Incluso su muerte sigue reflejando contradicciones. La imagen de calma en las calles de La Habana contrasta con el júbilo de las de Miami, capital del anticastrismo, donde cientos de ciudadanos cubanos celebraban la muerte de Castro. Esa noticia no aparece en ninguno de los dos periódicos oficiales. Las denuncias contra la violación de los derechos humanos, especialmente el de la libertad de movimiento, contrastan con la inversión en Educación, la más alta del mundo según un estudio de la UNESCO de 2010 (12,84% del PIB), que convierte al país en el décimo en alfabetización mundial, según la misma fuente, en 2015.
Se cierra el capítulo Fidel. Se abre aquel en el que sabremos si la Historia le absolverá.
Cuba esta cambiando para bien y me alegro
26 noviembre 2016 | 14:27
No, la historia No lo absolverá, frase copiada de su amado Hitler.
Cuba era un país con aunque con una gran corrupción administrativa, tenía un nivel de vida en 1959 de los mayores de América Latina y aún de algunos países europeos. La oleada de inmigrantes que aún recibía en la década de los 50 era bastante grande. Es cierto que había diferencias sociales, pero nada que no pudiera arreglarse con buena voluntad por parte del gobierno de turno.
Fidel bajó de la sierra cargado de rosarios, y por la edad que tenía, 33 años, algunos lo compararon con Jesucristo.
Al poco tiempo se le comenzó a ver su verdadero rostro, los fusilamientos en masa, sin apenas juicios que pudieran considerarse justos, hicieron ver a la población lo que se les venía encima, algunos se alzaron en su contra en El Escambray pero siguiendo la misma táctica del General Weyler durante la guerra de independencia cubana, dejó sin ayuda a esos hombres que terminaron o muertos o prisioneros.
Su ego que no le permitía que nadie más que él opinara en asuntos de los que no era conocedor llevó a la ruina a la agricultura y ganadería cubanas.
Los americanos hicieron un embargo como respuesta al robo de las empresas que mantenían en la isla, pero Cuba siguió comerciando con muchos países, entre ellos la España de Franco.
El único bloqueo que ha existido en Cuba es el propio gobierno que no permite otra forma de pensar a la oficial y ni siquiera da oportunidad a que los ciudadanos puedan montar pequeños negocios, saben que mientras ellos mantengan el control económico todo seguirá igual.
26 noviembre 2016 | 14:34
Si cambio y se desmembró la URSS, ALEMANIA se re-unificó, la CHINA POPULAR torció su economía al libre mercado, porque no puede CUBA buscar un mejor destino, al igual que mi país VENEZUELA. Pero los pueblos deben dejar de ser majaderos y pendejos; y eligir mejores líderes políticos. La UTOPÍA es un buen sueño de juventud, pero muy mal chiste de adulto.
27 noviembre 2016 | 03:26
Fidel no fue un dictador, Porque al revés hizo todo por su pueblo. El ser humano quiere siempre más y mejor. Si no se hace nada la propaganda de estas personas conseguirían ponerse en el poder. La democracia lo demuestra que siempre se cambia. Pero donde en este mundo ay igualdad en la educación en la niñez o en la sanidad. Estados unidos nunca fue humano ayudando con su riqueza. El embargo solo hizo daño al el pueblo cubano. Solo con decir que en América si no tienes dinero te mueres con la libertad de decir que tengo libertad pero no tengo derecho de ser un humano más.
27 noviembre 2016 | 11:04