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No es diamante todo lo que reluce

La recursos diamantíferos son abundantes en algunas partes de África. Pero, ¿esta abundancia de recursos realmente beneficia positivamente al país y a su población?

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diamtes BBC

Sierra Leona,desierto de los diamantes de sangre.

SIERRA LEONA-BBC

Justo en la zona donde surgió el conflicto  en 1991, una compañía de origen israelí empezó a operar una nueva planta en una mina de diamantes en Koidu, al este del país. Esta planta contrasta con la minería artesanal de la que dependen miles de personas, pues extraer piedras preciosas es el único trabajo disponible. La nueva planta funciona 24 horas al día y sólo da empleo a un pequeño porcentaje de las personas que allí residen. Por ahora, buena parte de las inversiones extranjeras son en áreas mineras, pero la pregunta  es: ¿cuánto dinero proveniente de este nuevo comienzo llegará finalmente a las personas comunes y corrientes? La mayoría de los habitantes del país todavía son extremadamente pobres y la esperanza puesta en estas piedras preciosas es peligrosa y aún más en un país donde la locura  por los diamantes -llamados diamantes de sangre porque se usaban para comprar armas a los rebeldes- era tan intensa que las personas  cavaban hasta los cimientos de sus propias casas.

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 Botswana, diamante en bruto 

El viejo protectorado de Bechuanalandia (actual Botswana) era uno de los países más pobres del mundo cuando se independizó del Reino Unido en 1966, con unos 70 dólares de renta per cápita.  Pero la mayor mina de diamantes del planeta se escondía debajo de su tranquilo desierto. Gracias a ello la economía creció un 9% anual de 1966 a 1999.

Botswana funciona razonablemente bien para el contexto africano. Existe un crecimiento económico, una política fiscal prudente, inversión en educación, sanidad y estabilidad política, una excepción en el continente africano. Pero no es diamante todo lo que reluce: muchos nativos sufren la presión del Estado, que intenta sacarlos fuera de sus tierras para extraer diamantes de sus cálidas dunas.Imagen

Algunos hablan de los diamantes como la salvación de esta región. Lo cierto es que el dinero que ha aportado al Estado ha servido para que Botswana tenga una de las tasas de alfabetización más altas de África, del 83%, entre otros indicadores favorables. Pero no es realmente beneficioso para Botswana si el Estado empeora sus condiciones de vida para conseguir ese dinero. Además, la explotación de diamantes plantea problemas medioambientales, pues las grandes extraciones a cielo abierto ocupan grandes superficies de terreno. A su gobierno aún le falta decidir qué es más importante, si la explotación de diamantes o su población,  y debe decirlo antes de que Gaborone, la capital de Botswana, se convierta en sede mundial de los diamantes.

Botswana es, por tanto, uno de los países africanos que saca un mayor beneficio de sus recursos mineros, pero hay otros que no tienen tanta suerte. Mientras en Botswana la esperanza de vida se acerca a los 70 años, en la República Centroafricana es de 45 . La mortalidad infantil es alarmante, la mitad de los niños no están escolarizados, hay un 20% de la población en riesgo de hambruna y las carreteras brillan por su ausencia.

República Centroafricana, rica en diamantes, rica en hambruna

Un país como Centroáfrica, donde desde hace décadas el Estado es prácticamente inexistente, actúa como un imán de mafias, oportunistas y delincuentes que esperan ganar dinero de forma fácil con los diamantes de sus tierras. Los primeros que se han aprovechado de esta situación han sido los dirigentes del país, quienes han modificado las leyes comerciales de las piedras preciosas para fomentar sus intereses privados. Así pues, los recursos diamantíferos, que podrían haber proporcionado un nivel de vida más digno para los centroafricanos, no han servido nunca para asegurar servicios básicos como educación, salud y transportes. En mayo de este año, la República Centroafricana fue suspendida oficialmente del llamado “Proceso de Kimberley”, el protocolo internacional que intenta asegurar que los diamantes que circulan en el mercado mundial no proceden de lugares donde su comercio sirve para financiar a grupos armados. Desde entonces, en Centroáfrica existe un embargo que impide comerciar con estas joyas. Y de esta manera este país se convierte en el segundo más pobre del mundo.

Extraer, cortar, pulir y vender. Ese es el lema tras décadas de explotar diamantes en bruto en el continente africano.

Maria Gobern

@mariagobern

maria.gobern@gmail.com

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