Cuatro candidatos, una competencia difícil y un solo lugar en el podio: el juego ya empezó. No, no estamos hablando de la final Master Chef, Gran Hermano o cualquier otro producto derivado de las encuestas de marketing televisivo, se trata del espacio que se disputa hoy la izquierda latinoamericana para ocupar el liderazgo que Hugo Chávez dejó vacante, manifestado expresamente en los días posteriores al incidente diplomático entre Estados Unidos, España y Bolivia por la retención del presidente Evo Morales en Austria.
“Definitivamente están todos locos. Jefe de Estado y su avión tiene inmunidad total. No puede ser este grado de impunidad”, tuiteaba la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner el 3 de julio, a sólo horas de enterarse que el avión presidencial boliviano había sido retenido en Austria tras la negativa de Francia, Italia y Portugal de dejarlo atravesar su espacio aéreo.
Al parecer Kirchner obtuvo esta información de Rafael Correa, presidente de Ecuador, quien descargó su indignación en Twitter. “Si lo que pasó con Evo no amerita una Cumbre de Unasur, no sé qué lo amerite. Se ha destrozado el derecho internacional. América Latina exige reacciones y explicaciones. Lo ocurrido es demasiado grave”, declaraba el mandatario de Ecuador en la red social del pajarito.
Y si se trata de pajaritos, por supuesto no podía faltar Nicolás Maduro. El candidato natural a la sucesión de Chávez, habló de “obsesión imperial” y de “violación de las inmunidades internacionales que protegen a los jefes de Estado”, haciendo un mix entre el discurso correísta y kirchnerista.
Evo Morales, presidente boliviano, también quiere participar del juego retórico. El protagonista del conflicto se encuentra en el ojo de la tormenta, ya habla de cerrar la embajada estadounidense en Bolivia y dar asilo a Edward Snowden.
La carrera empezó. El reloj corre y en UNASUR se midieron las fuerzas. Las declaraciones fueron tan grandilocuentes como los dichos expresados en las redes sociales. En primer punto de la Declaración de Cochabamba recita:
“Declaramos que la inaceptable restricción a la libertad del Presidente Evo Morales Ayma, convirtiéndolo virtualmente en un rehén, constituye una violación de derechos no sólo al pueblo boliviano, sino a todos los países y pueblos de Latinoamérica y sienta un peligroso precedente en materia del derecho internacional vigente”
Y llama a España, Francia, Italia y Portugal a dar «respuestas y disculpas públicas» sobre el caso. El primer país ya respondió, a través del ministro de Asuntos Exteriores Jose Manuel Garcia-Margallo, quien expresó que “España no tiene que pedir ninguna disculpa, porque el espacio aéreo nunca ha estado cerrado y la escala inicial no se anuló nunca”.
Mientras tanto, el bando de los países de la Alianza del Pacífico, menos radicales y de tendencia hacia la derecha, espera que la tormenta termine intentando no romper sus pactos con Estados Unidos. Los presidentes de Colombia, Perú y Chile no asistieron a la reunión de UNASUR pero sus cancillerías expresaron una tibia solidaridad con Evo Morales.
Cuadro CEPAL comercio EEUU Bolivia
Más allá del conflicto con Europa y de la retórica confrontadora de UNASUR, el país que otorgue asilo efectivo a Edward Snowden habrá ganado unos cuantos puntos en el Serpientes y escaleras de la política latinoamericana. Sin dudas Bolivia es el país de la Región Andina que se encuentra mejor posicionado debido a su decreciente dependencia del comercio con Estados Unidos (ver cuadro de CEPAL) y su situación de agravio frente al caso.
Sin embargo, el sucesor elegido a dedo por Chávez, la mandataria argentina y el representante ecuatoriano no dejarán de dar batalla, aunque sea desde las redes sociales.
La pregunta ahora es: ¿Quién ganará?
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Verónica Furlan @veronicafurlan
veronicafurlan@hotmail.com
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10 julio 2013 | 15:10