Se disputa la final del torneo de ajedrez “Máquina contra Hombre”. Asiste al evento un estadio completo que observa a los representantes de cada equipo sobre el cuadrilátero. La figura antropomórfica de un androide representa los miles de gigas de memoria que van a competir contra los entrenados músculos de la brillante mente humana. Millones de televidentes siguen el evento. Avanzado el partido, el hombre, jugando con las piezas blancas, hace su movimiento, saca un cuchillo desde su cinturón y se lo coloca en la garganta a su oponente. El jugador de las piezas negras, frío como el acero, se anticipa a la clásica ansiedad de su adversario y con la tranquilidad que sólo puede manejar una máquina, mueve la torre, desenfunda un revolver y apunta a la cabeza del ser humano. Dispara sin dudar. Un pequeño corte se marca sobre la piel artificial que cubre el cuello del vencedor.
O sea, que eran dos máquinas ¿No? Un ordenador contra un androida . eso ya esta muy visto , y creo que estamos gobernados por andriodes que nada entienden del sufrimiento y los sentimientos humanos, sobre todo de los obreros los que observando las palabra de Dios se ganan el pan con el sudor de su frente.
Clica sobre mi nombre
04 julio 2011 | 14:51
Yo ya me rendí hace tiempo,
cuando al llamar a mi operadora,
me atendieron en reclamaciones
con una voz de señora,
que mecánicamente hablaba.
No atendía ni escuchaba,
solo sabía decir:
-Marque el uno, el dos o el tres,
para poder proseguir.
En ese momento colgué
y con un irritado buro fax,
de baja, de esa operadora me di
cambiándome, de inmediato a otra.
Al poco tiempo constaté,
que ya no eran señoras,
con ese acento peculiar,
la que me solían atender,
(aunque en honor a la verdad
casi siempre sin saber
dar respuesta ni resolver
lo que yo les demandaba)
Era también una máquina
con la que me tenía entender.
Que repetía sin cesar:
-No le he entendido bien,
repita claro y despacio,
después de haber oído el bip.
Cada vez que al llamar,
una máquina me atiende,
le digo despacio y claro:
-Pida que alguien la engrase,
que le pongan, un poco de aceite,
que le chirrían los engranajes
o le patina el embrague.
Buenas días o, buenas tardes,
desconéctese y descanse.
04 julio 2011 | 16:09
te pagan por esto? pregunto… es que si te pagan algo madre de dios… yo me he quedado como estaba, aunque la culpa ya es mia por meterme aqui, lo siento pero creo que voy a pasar de entrar a este blog porque de un tiempo a esta parte es decepcionante
04 julio 2011 | 18:46
Todo el estadio comienza a abuchear al supuesto contendiente humano. La máquina comienza a procesar los datos para decidir si denuncia el tongo. Mientras tanto, un anciano de aspecto frágil sale de los vestuarios del estadio. Tiene un complejo mando a distancia en la mano. Sus ojos, agrandados hasta el ridículo por sus lentes de aumento, miran fijamente a la máquina con la que se había enfrentado hasta hacía un instante.
– Denunciame si quieres, pero te reto a no usar armas ni trucos sucios. Yo te ganaría de calle si jugáramos a la antigua. Hace muchos años que no puedo jugar con mi propio cuerpo, no duraría ni tres segundos sobre el cuadrilátero…- Le reta el anciano, con un gesto obstinado.
– Jugaremos a la antigua, y te ganaré igualmente…- Acepta el reto la máquina.
Durante horas, un estadio lleno de estupefactos espectadores, contempla el juego metódico de máquina y hombre. La televisión interrumpe continuamente la emisión para los anuncios, ya que da tiempo para todo. Los patrocinadores están como locos. La audiencia ha subido hasta el infinito al contemplar un juego que no se ve desde hace décadas. Las apuestas on line llegarán pronto a los miles de millones por la máquina, pues un hombre no puede tener tanto cerebro como para ganarle.
Horas después, el anciano y su nieto, que contemplaba la partida desde la primera fila del estadio, se parten las ganancias. Debían ganar esta millonada al menos por una vez, porque nunca más la máquina aceptará el reto, ahora que sabe hasta que punto el cerebro humano puede con el ajedrez a la antigua usanza….
04 julio 2011 | 18:48
No habéis entendido el final:
se anticipa a la clásica ansiedad de su adversario y con la tranquilidad que sólo puede manejar una máquina, mueve la torre, desenfunda un revolver y apunta a la cabeza del ser humano. Dispara sin dudar. Un pequeño corte se marca sobre la piel artificial que cubre el cuello del vencedor.
Eso significa que la máquina dispara al hombre, el hombre muere, y mientras muere desliza el cuchillo por el cuello de la máquina dejándole una marca. Suele ser buena idea entender lo que se comenta
04 julio 2011 | 20:40
@ Etnoentomologo:
Si me conocieras un poco, sabrías que me gusta dar la vuelta a las historias, sobre todo cuando no me gusta el final. Gracias por tu preclara aclaración.
04 julio 2011 | 21:17
Me sumo al comentario de Al sut de Gomaranto , yo he tranformado el final a mi gusto.De todas formas como bien dices no entendí el asunto debidamente. Gracias por todo.
04 julio 2011 | 23:02