Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Club de lectura

En el espacio muerto que se genera después de cenar y antes de acostarse a dormir, aprovecha para disfrutar del final del día. Prepara una buena taza de café, se coloca las gafas para leer, apaga la luz que se desprende del ventilador de techo y la sala de estar queda iluminada por una tenue lámpara de pie que tiñe de amarillo la tela color crema del sillón. Toma unos sorbos de café para poder despertarse un poco, y luego abre cuatro o cinco libros a la mitad y los apoya sobre la mesita. Había aprendido meses atrás, leyendo y opinando en un club de lectura, que leer es una actividad ideal para compartir. Se le ocurrió entonces la posibilidad de dejar de compartir con personas, y empezar a hacerlo con sus libros. Desde ese día, le narra las historias de sus libros a un atento grupo de tapas dudas.

5 comentarios

  1. Dice ser ana...

    Hola Walter. Ayer crucé el “charco” como decimos por aquí y me fue imposible comentar, pero hoy ya pasé por allá.
    Definitivamente los libros son mis mejores amigos desde toda la vida. Desde que tengo uso de la razón me he visto rodeado de y por ellos (aun que por mis errores parezca que jamás toqué un libro en toda mi vida jeje) Aprendí a leer desde muy pequeña, mi padre leía todo lo que le cayera en las manos y así crecí entre los muchos libros de la casa A los 9 años cuando leí La Cabaña del tío Tom y las lagrimas me corrían por el rostro mi madre puso el grito en el cielo y casi había divorcio entre mis padres 🙂 (Según ella, mi padre era culpado por tener la casa “forrada” en libros)
    Me encanta asistir a los debates, conferencias, discursos sobre algún libro pero siempre y cuando ya lo tenga terminado de leer. No me gusta hablar sobre el tema de un libro para que nadie me influencie sobre mi visión del mismo, ni tampoco puedo leer un libro que ya esté rayado y subrayado por otro lector pues eso es su visión y no la mía.
    Sin querer mi juicio sobre el libro muda de acuerdo a lo que la persona subrayó, y eso me deja siempre dudas – ¿habría pensado lo mismo si fulanito no lo hubiera subrayado?- ¡en fin, maniática que soy!
    Tengo libros para todo…igual que la música jejeje – música para cuando estoy alegre para los momentos tristes -etc. con los libros me pasa lo mismo. Tengo libros casi como amuletos, van comigo a todas partes…es que sin ellos me siento rara, sola, desnuda, no sé, me falta como algo si no los tengo. Aun no me ha dado por narrar las historias de «mis libros» a un atento grupo de tapas dudas/duras, pero para allá camino seguramente jajaja

    08 junio 2011 | 16:31

  2. Dice ser clica aqui

    Creo que tengo milles y miles de libros y de ellos solo he podido leer unos pocos , apenas un dos por ciento .Ahora en mis postrimerias solo leo pequeñas narraciones, pues no soy capaz de enfrascarme en un volumen enorme que al final , aunque sea escrito magistralmente al final dice lo mismo que un pequeño relato, llegando a la conclusión de que los que escriben pequeños relatos de una página son los más inteligentes, pues como ya he dicho son capaces de explicarnos lo mismo sin hacernos perder unas vacaciones.

    08 junio 2011 | 17:07

  3. Dice ser Enmascarado

    Si Don Quijote hubiera sido en lugar de personaje, persona real, probablemente hubiera hecho amistades por aquí, él que luchaba con molinos de viento, o defendía por el honor de su amada Dulcinea.
    Por aquí Walter ha tomado las noches para que antes de dormir, contar historias y leyendas a las tapas de sus elegidos inanimados receptores.
    En cambio el caso de Ana es más particular, ya que le viene desde niña esa fraternidad, devora libros vírgenes cuan monstruo de cuento infantil devoraba a niños a lo Baba Yaga si no se iban a dormir.
    Mientras tanto, yo las noches las prefiero compartir con el dios Apolo que también lo es de la música, tratando de retener a Eros que unas veces sí, otras no, mientras espero a que Morfeo derrame en mi boca unas gotas de ambrosía que me eleven hasta el séptimo cielo.

    08 junio 2011 | 17:17

  4. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    Hay muchos espacios muertos en un día
    y muchos miles de millones en una vida.
    Esos tantos micros espacios no se pierden
    generalmente se emplean y se utilizan,
    en estar a solas uno, consigo mismo.
    En los que se reflexiona y se medita,
    para tratar de poner un poco de orden
    en nuestra mente, convivencia y nuestra vida.
    Si alguno, que esos momentos compartía
    con otros, en comentar lecturas habidas,
    en clubes que ellos crearon a tal efecto,
    y un buen día se le ocurrió cortar con eso.
    Para narrar lo anteriormente leído,
    no a las personas, sino a unos libros abiertos,
    esos libros que editaron con tapas duras.

    08 junio 2011 | 17:27

  5. Dice ser Metamorfosis

    Siempre hay un momento para compartir con un libro amigo, pero por motivos de cansancio, la hora que sigue a la cena y que engancha directamente con el inevitable sueño agotado en el sofá, lo comparto con una película, otra de mis pasiones. El momento que se le otorga a un libro debe ser consciente, reposado y bien iluminado, lúcido en una palabra.
    Los libros guardados en cajas enterradas en armarios piden a gritos compartir un poco de mi tiempo y un espacio entre los libros que aún lucen brillantes en mis estanterías. Son como amigos olvidados en el tiempo que telefonean para quedar un día y te dan una alegria inesperada.
    Existe una tercera clase de amgos de papel,conviviendo brevemente con los titulares, una clase que vino provocada por la falta de espacio y de dinero para adquirir nuevos ejemplares… son los que llegan y regresan al poco tiempo a la biblioteca o a la casa de mis compañeras lectoras. Apenas les da tiempo de echar raices en mi casa, pero no por ello son menos importantes.
    A todos ellos, amigos de papel, da igual que esté envuelto en nobles tapas duras o sencillas tapas blandas, les he dedicado un espacio de mi vida. Entrando a valorar, quizá les dediqué un poco más de tiempo que a los amigos de carne y hueso, y a cambio, muy pocos de ellos me decepcionaron.

    08 junio 2011 | 19:55

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