Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Esperando el castigo divino

Apretó demasiado la soga y acabó con la vida de su víctima. La verdadera intención era asustarlo, enseñarle que no le convenía meterse con él, demostrarle lo que podría pasar la próxima vez. La muerte por asfixia fue algo que no estaba planeado. Pero si bien fue un error, fue uno de los que no se perdonan. Limpió meticulosamente los posibles detalles que podían llegar a incriminarlo, ordenó los muebles que se habían corrido en el forcejeo y se fue de la casa. Los investigadores no descubrieron ninguna pista y la justicia ni siguiera llegó a interrogarlo, pero él no pudo con las insistentes preguntas de su conciencia. Estaba arrepentido y sabía que tenía que ser castigado, pero no se atrevía a entregarse. A cambio, decidió esperar el merecido castigo divino y al ver que nunca llegaba, optó por adelantarse al juicio. Se quitó la vida para acelerar los trámites.

8 comentarios

  1. Dice ser Michan

    Dios, el crimen perfecto! Lástima que se suicidase, fue muy buena la manera de matarlo, aunque sin querer xD

    Clicka sobre mi nick!! ^^

    06 marzo 2011 | 10:36

  2. Dice ser Metamorfosis

    El castigo divino le llegó. Se llama conciencia y es esa vocecita que escuchamos habitualmente tan lejana, tan ajena a nuestras intenciones. Es esa vocecita que en ocasiones se sirve de un amplificador y unos bafles gigantescos, y nos grita desde el fondo de nuestro ser, provocándonos un sentimiento amargo que se llama remordimiento. Algunos no pueden resistirlo y ponen fin a su sufrimiento. otros viven toda su vida con él a rastras, como las cadenas que arrastran los fantasmas de los condenados. Hay un tercer grupo, quizá el más numeroso hoy en día, que necesitarían que su afónica conciencia emitiera un rugido con los decibelios de una bomba atómica para poder escucharla, y aún así, la acallarían con cualquier buena excusa…

    06 marzo 2011 | 10:47

  3. Dice ser Clica aquí

    Tambien hapersonas que hagan lo que hagan , nunca se inmutan. son personas sin conciencia y se dedican a la politica o a las finanzas , como los banqueros.

    06 marzo 2011 | 11:01

  4. Dice ser Clica aquí

    Esta es una prueba de los que antes he insinuado subrpticiamente

    Para mi esto de bajar la velocida en autopista a 110 poniendo una pegatina con un uno sobre el dos y que en los chinos vale 60 centimos y por ponerla en dos segundos nos cobran cuarenta euros, es un fabulosos negocio, tal vez algun cuñado o compadre de alguien, por otro lado, si bajamos la velocidad un diez por ciento , tardaremos un diez por ciento más de tiempo en llegar y el coche estara´gastando un diez por ciento más , y otra es que pondrán multas a miles y será otro estupendo negocio para el recaudador de impuestos , o sea que la cosa esta muy clara . nos toman por gilipollas.

    06 marzo 2011 | 11:02

  5. Dice ser Carla

    Que manía tiene la gente con asustar, amenazar, maltratar y por fin matar. ¿No es mejor salir de ese entorno y buscar otro en lugar de vivir con ese odio enfermizo?

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    06 marzo 2011 | 11:04

  6. Dice ser Ruperta

    uffffffff, que mal rollo. Que no nos pase nunca. Somos capaces de perder los nervios hasta límites insospechados para nosotros mismos. Y toda la vida pagando por ello.

    06 marzo 2011 | 15:23

  7. No fue un crimen, fueron errores,
    que posiblemente fueron cuatro,
    los que llegó a cometer.
    Primero.-El intentar amenazarlo,
    El segundo.- Que no estaba planeado
    fue, calcular mal el apretón,
    y lo mandó al otro barrio.
    El tercero.- Era el miedo,
    que le hizo borrar los detalles,
    que pudieran incriminarlo.
    Lo hizo tan bien, tan perfecto
    que, ni investigadores ni justicia,
    al no encontrar ninguna prueba,
    no llegaron a interrogarlo.
    El cuarto.-Fue imperdonable,
    el no tener el valor
    de llegar a delatarse,
    delatarse y entregarse,
    para purgar el castigo.
    Ya que se había juzgado
    y sentenciado a sí mismo.
    Porque se sentía culpable,
    esperaba el castigo divino,
    que en el subconsciente creía,
    que sería más benigno
    y ese castigo no llegaba.
    No pudiendo más soportar,
    el peso de su conciencia,
    optó el ir por su cuenta,
    para que le enjuiciaran,
    en audiencia celestial.

    06 marzo 2011 | 16:47

  8. Increible relato

    06 marzo 2011 | 17:51

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