Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Demanda de tormentas

Cazar tormentas es un arte. Años de práctica son necesarios para dominar un oficio tan riesgoso. Pero Omar siempre fue un apasionado y en su casa pueden verse docenas de frascos de vidrio que albergan todo tipo de fenómenos meteorológicos. Sus mayores orgullos son un tornado que aún se encuentra en plena actividad dentro del recipiente, y una tormenta eléctrica que suele iluminar la casa con sus rayos. Armado con una cámara fotográfica, una filmadora, un frasco de vidrio y un mediomundo gigante, sale en busca de sus presas para atraparlas y luego venderlas. Pero no todos son logros y muchas veces la cámara, la filmadora y el mediomundo, sólo consiguen capturar un día como cualquier otro. Omar regresa decepcionado a su casa, destapa el frasco y vierte el azul del cielo sobre el fregadero de la cocina. Los cielos despejados carecen de sensacionalismo. ¿Quién va a querer comprar uno?

12 comentarios

  1. pues yo preferiria comprar un frasco con un cielo despejado que uno con una tormenta.

    23 noviembre 2010 | 13:04

  2. Dice ser Marisa G. S.

    http://www.eltiempo.es/fotos/en-provincia-salamanca/no-coment.html

    Mira, en mi zona, tambiçen hay tormentas eléctricas , y este rayo impresiona, siempre que no nos destroxce algún aparato o la antena, cvomo suele ocurrir en muchos pueblos salmantinos.
    Con lo que no estoy de acuerdo es con que los cielos despejados no tengan interés, como dice Omar.

    http://www.eltiempo.es/fotos/en-provincia-salamanca/los-primeros-rayos-del-dia-iluminan-como-no-la-catedral.html

    23 noviembre 2010 | 13:11

  3. Dice ser Marisa G. S.

    No sabçia, Walter, que aquí existía eso de «pendiente de moderación».
    Supongo porque he puesto dos enlaces. Oero no son de publicidad. Son en referencía a la foto del rayo que has puesto. Una es de otro rayo y las otras de mi ciudad con cielo despejado, dçonde se perciben las Catedrales

    23 noviembre 2010 | 13:16

  4. Dice ser antonio larrosa

    Luego vuelvo que me han llamado del seguro del piso

    clica sobre mi nombre

    23 noviembre 2010 | 13:35

  5. Dice ser Metamorfosis

    Me encantan las tormentas. Suelo hacer fotos desde el coche o desde la ventana de mi casa. Tienen algo mágico y excitante, una sensación de peligro que pone todo el cuerpo en tensión.
    También he atravesado un par de tormentas en la montaña, mientras descendían hacia el valle, y no solo ví, sino que también olí los rayos de muy cerca. Una sensación inigualable.

    23 noviembre 2010 | 15:05

  6. Dice ser xulita

    Recuerdo una tormenta que viví en Menorca.
    Llovía como se suele decir a cantaros y los rayos y relámpagos hacían temblar la carretera.
    Paramos el coche en un camino y los tres ocupantes dirigimos la vista a un poste eléctrico, en ese momento cayó un rayo sobre el poste y lo fulminó.
    Los tres nos preguntamos por qué habíamos dirigido allí la mirada.
    Como dice Metamorfosis, una sensación inigualable.

    23 noviembre 2010 | 16:28

  7. Dice ser Al S.de Gomaranto

    Vender, tormentas, rayos y centellas,
    era vender lo que nunca, a diario se veía,
    el vender un día soleado de cielo azul claro,
    era lo que teníamos la mayoría de los días,
    eso no era un acontecimiento que vendiera.
    Ya que con solo salir a la calle y mirar al cielo
    en gran parte del planeta gratis lo teníamos.
    Algo está cambiando en este mundo,
    cada vez llueve muchísimo más de prisa.
    Lloviendo la misma agua en pocas horas,
    de la que antes en muchos meses nos caía.
    Dentro de poco serán ya tan escasos
    los días soleados con los cielos azulados,
    que serán entonces mucho más vendibles.
    Más el cazador de tormenta, rayos y centellas,
    debería comenzar a reconvertirse.
    Todo en el planeta está cambiando,
    no solo en los fenómenos atmosféricos.
    También los humanos estamos cambiando tanto,
    y a ritmo tan vertiginoso y rápido,
    que ya ni los más allegados nos reconocemos.
    Antes se decía, la noticia que vendía,
    es la de que un hombre a un perro mordiera,
    ya que lo contrario lo corriente era.
    Ahora la noticia más vendible,
    es la de que el perro muerda al hombre.
    Ya que lo corriente es que el hombre muerda
    no al pero, sino a sus congéneres, que es lo triste.

    23 noviembre 2010 | 18:44

  8. Dice ser Uno mas...

    Pues yo adoro las tormentas y la lluvia… la lluvia me ralaja mucho… y las tormentas me encanta admirarlas… siempre saco imagenes.. no tengo camara buena de fotos… pero bueno…

    Un video y un pc valen de mucho.. del video se sacan las imagenes e incluso la secuencia de un rayo en imagenes y es increible….

    Me encanta =) no se porque la gente les tiene miedo… no tienen nada de malo

    23 noviembre 2010 | 18:57

  9. Dice ser buscandovengo

    » Los cielos despejados carecen de sensacionalismo. ¿Quién va a querer comprar uno? »

    Si los pudiera comprar, compraría uno, que digo!!! no uno, varios!!! los destaparía y los llenaría en frasquitos pequeños para poder llevarlos conmigo a donde vaya, destaparlos y vertirlos cada vez que las tormentas me acechen.

    Omar debería guardar los frascos de los cielos despejados porque no sabe cuando los va a necesitar, puede que un día un frasco lleno de tormentas se le caiga, se rompa y no pueda cazarla nuevamente, entonces echara de menos todos aquellos frascos con cielos despejados que tiró en el fregadero y que un día le causaron tanta decepción.

    23 noviembre 2010 | 20:10

  10. Dice ser antonio larrosa

    LA CAJA DE PANDORA

    Nunca vi a nadie cazando tempestades ni claros días para embotellarlos y ponerlos en venta, lo más que he visto es fotografiar esas manifestaciones de la naturaleza en bonitas fotos y películas con más o menos arte.
    llamada “La caja de Pandora” que es así; si mal no recuerdo.Sin embargo hace algún tiempo leí la leyenda de “La caja de los truenos”, también
    Prometeo quiso robar el fuego del dios Sol que este portaba en su carro, pero Zeus entró en cólera y ordenó a los demás dioses menores que crearan a una mujer tan hermosa que pudiera seducir a cualquier hombre que eligiese. Efeso la moldeó de barro, Atenea la vistió con finas prendas, Hermes le confirió el don de la seducción y Zeus cuando la vio tan hermosa y tan elegantemente vestida, le dio vida y se la envió a Prometeo para que se casase con ella, con la condición de que la caja que ella portaba jamás fuera abierta. Advirtiéndoles que la caja contenía todas las desgracias, males y enfermedades, además de algunas cosas buenas para el mundo.
    Pandora , como todas las mujeres era muy curiosa y no se pudo contener esa curiosidad por mucho tiempo , así que un día abrió la caja, de la que salió un viento furioso acompañado de luces , rayos y truenos en ensordecedora tempestad multicolor que la asustó tanto que la cerró inmediatamente, pero no tanto, como para evitar que todas las cosas malas , como enfermedades, desgracias, guerras, miserias, etc, escapasen invadiendo toda la tierra de uno a otro confín, mientras que las cosas buenas ascendieron al olimpo de los dioses morando allí en su compañía. Solo la esperanza quedó encerrada en aquella caja y Pandora muy afligida puso en conocimiento de los hombres de la tierra que ella tenia a la esperanza a disposición del que la necesitase.
    Y desde aquel día todos confiamos en la esperanza, una manifestación natural cuya confianza a veces también perdemos ante las desgracias y demás cosas malas que nos acosan despiadadamente en esta vida.

    Clica sobre mi nombre

    23 noviembre 2010 | 23:40

  11. Dice ser antonio larrosa

    Repito el comentario porque no habia quedado bien el principio y si empezamos así , mal asunto.

    Nunca vi a nadie cazando tempestades ni claros días para embotellarlos y ponerlos en venta, lo más que he visto es fotografiar esas manifestaciones de la naturaleza en bonitas fotos y películas con más o menos arte.
    Sin embargo hace algún tiempo leí la leyenda de “La caja de los truenos”, también llamada “La caja de Pandora
    Prometeo quiso robar el fuego del dios Sol que este portaba en su carro, pero Zeus entró en cólera y ordenó a los demás dioses menores que crearan a una mujer tan hermosa que pudiera seducir a cualquier hombre que eligiese. Efeso la moldeó de barro, Atenea la vistió con finas prendas, Hermes le confirió el don de la seducción y Zeus cuando la vio tan hermosa y tan elegantemente vestida, le dio vida y se la envió a Prometeo para que se casase con ella, con la condición de que la caja que ella portaba jamás fuera abierta. Advirtiéndoles que la caja contenía todas las desgracias, males y enfermedades, además de algunas cosas buenas para el mundo.
    Pandora , como todas las mujeres era muy curiosa y no se pudo contener esa curiosidad por mucho tiempo , así que un día abrió la caja, de la que salió un viento furioso acompañado de luces , rayos y truenos en ensordecedora tempestad multicolor que la asustó tanto que la cerró inmediatamente, pero no tanto, como para evitar que todas las cosas malas , como enfermedades, desgracias, guerras, miserias, etc, escapasen invadiendo toda la tierra de uno a otro confín, mientras que las cosas buenas ascendieron al olimpo de los dioses morando allí en su compañía. Solo la esperanza quedó encerrada en aquella caja y Pandora muy afligida puso en conocimiento de los hombres de la tierra que ella tenia a la esperanza a disposición del que la necesitase.
    Y desde aquel día todos confiamos en la esperanza, una manifestación natural cuya confianza a veces también perdemos ante las desgracias y demás cosas malas que nos acosan despiadadamente en esta vida.

    Clica sobre mi nombre

    23 noviembre 2010 | 23:45

  12. Dice ser buscandovengo

    @ antonio larrosa:

    🙂 🙂 el copy/paste a veces nos juega una mala pasada.. me ha pasado alguna vez también.

    y el «clica sobre mi nombre» se entiende perfectamente pero? decir «clica» esta bien dicho? digoo… no seria correcto decir: «haz clic sobre mi nombre»

    Y sí, si he hecho clic sobre su nombre y me he leído alguna de sus narraciones.

    Saludos

    24 noviembre 2010 | 00:34

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