El director se desmaya en medio del rodaje. Nadie se encarga de gritar «¡Córten!» para cerrar la escena y Jonatan, uno de los actores, continúa interpretando el papel de Víctor: un detective que jura vengar la muerte de su compañero y terminar con la vida de todo aquel que se interponga en su camino. Al suspenderse la jornada, Jonatan, todavía mimetizado en su papel, aprovecha para ir al banco y mientras retira su dinero, unos asaltantes toman el lugar a punta de pistola. Hay amenazas, forcejeos, se escuchan los disparos de un revolver, los gritos de las personas y el fogonazo de una escopeta. Víctor cae desparramado al suelo con el estómago lleno de perdigones. A unos metros de su cuerpo humea el arma de utilería con la que intentó evitar el robo. Los rehenes se encuentran boca abajo y temen levantarse. No hay ningún director que corte la escena.
Jonatan se había metido tanto en el papel, que únicamente una orden del mago que lo hipnotizó podía haberle sacado de la piel del heroe justiciero. Para diversión de todos los espectadores, le había hecho creer que él era un heróico detective en busca de venganza. Jonatan cambió de aspecto ante la vista del público. Parecía realmente Victor, con la espalda erguida, la mirada de hombre duro curtido por la vida, y una pistola de juguete. Cuando el hipnotizador perdió el conocimiento y se apresuraron a atenderle, el que se creía Victor salió de la sala convencido del papel que representaba, en busca de acción.
En el hospital, el hipnotizador recibió la visita de la policía, que le detuvo por homicidio involuntario. Era casi tan culpable de la muerte de Jonatan como los atracadores. «Otra vez- Le advirtió el policía – consiga que los hipnotizados hagan la gallina. No es tan peligroso…».
04 noviembre 2010 | 12:56
Me daría vergüenza escribir algo como lo que has escrito tú. Y más todavía, pensar que alguien pudiera llegar a leerlo. Perdida de tiempo, joder…
04 noviembre 2010 | 14:45
¿Perdida?
¿Pérdida?
04 noviembre 2010 | 15:14
Venimos a este teatro del mundo,
cada uno con un papel ya predeterminado,
adjudicado por no sé quien ni porqué,
dejándote para alterarlo pocas opciones,
de rehusarlo, cambiarlo o modificarlo.
Hay varias cosas que radical
y forzosamente lo alteran o cambian,
aunque no esté dentro de tus pretensiones.
Son esas a la que llaman drogas duras,
tal vez eso, no lo hagan las blandas,
pero es posible que las blandas a ti te lleven,
a las más peligrosa de todas, a las duras.
Aparte de estos cambios radicales,
del papel que el destino te asignó.
Por mucho que lo intentes y te esfuerces,
el porcentaje para poder cambiarlo,
será por desgracia tan insignificante,
Que es de lo mínimo, lo mínimo.
04 noviembre 2010 | 17:03
Algunas veces en nuestra vida nos gustaría que alguien gritara «¡Corten!»
04 noviembre 2010 | 18:03
Es lo que pasa por precipitarnos a veces… Nos emocionamos, y hacemos cosas que después nos arrepentimos. Es lo que le ha pasado a Jonatan, se emocionó con su papel de Víctor, que creyó ser él, y PUM!!
04 noviembre 2010 | 18:47
Hoy no he podido concentrarme en este blog donde siempre me esmero , pero no quiero irme a dormir sin haber comentado algo aunque no sea muy original. Es imposible no encontrar en cada escena de una pelicula u obra teatral algo que no nos recuerde cosas de la vida real, afortunadamente en las peliculas siempre o casi siempre ganan los buenos , los guapos y los malos si no terminan muertos acaban entre rejas. Lamentablemente este arte se apoya en fantasias y casi nunca en hechos reales por que seria muy aburrido. La historia que nos cuenta el autor del blog en este post no tiene desperdicio , menos mal que la pelicula era de gansters que si llega a ser pornográfica los actores terminarian agotados esperando el… ¡Corten!
¡Lo siento, me he puesto a escribir sin saber que iba a salir y me ha slido esa tonteria. Hasta mañana. ¡¡Buenas noches a todos!!!
Clica sobre mi nombre
04 noviembre 2010 | 23:44
Toda nuestra vida es una enorme producción cinematográfica, clasificada como (ARTE Y ENSAYO). Con la enorme diferencia que simple mente con pensar, que podemos encontrar en cualquier momento, al director cansado. Y escuchar la fatídica frase de ¡CORTEN! Nos echamos a temblar por considerar lo que ello lleva consigo….. Un saludo
05 noviembre 2010 | 02:07
En una antigua cultura del futuro dirán que alguien con los ojos cerrados es un ignorante de algún tema…..»y…sus ojos cerrados viste?…», dirán antiguamente cuando alguien falle o se equivoque…igual a alguien que no aprende de sus ojos cerrados le dirán que es un cegado o un cegarruto ….creo que lo leí en un batisiño del futuro, valga la redundancia: «..cegarruto de mierda..», asi de ofensivos serán en un pasado próximo…si, si. Veo tanta gente andando con los ojos cerrados, en argentina desarrollamos muchos otros sentidos, o sea tantos como se puede…que al final no son tantos y menos si son sentidos metafóricos como la vista, por ejemplo. Y no les hablé de los tuertos en la antigua cultura futurista??, hace poco murió uno, un grande dirán antes alzando sus bastones y sus perros….me gustan los perros.
.
05 noviembre 2010 | 08:49