El gigante dominaba el poblado a través del miedo. Su promedio de vida había resultado ser muchísimo mayor del esperado y ya se habían cumplido incontables años de esclavitud. Tres generaciones de personitas habían sucumbido bajo el pesado e intolerante dedo del gigante y revelarse ante el monstruo era extremadamente difícil, ya que cualquier actitud sospechosa era severamente castigada. Temerosos y sufridos vivieron los habitantes del pueblito dominado, hasta que se las ingeniaron para vencerlo. «Vamos a fabricarte un juego de cubiertos para que comas nuestro ganado con comodidad», le dijeron los hombrecitos y bajo sus narices forjaron el cuchillo más largo y filoso jamás visto. El gigante se alegró por el utensilio y después de haberlo utilizado en la cena, se acostó a dormir. El arma todavía estaba lubricada con la grasa de las tres vacas asadas cuando penetró el pecho del gigante. El ataque al corazón fue certero.
pues mira que tener que esperar tres generaciones para que se les ocurra algo tan sencillo…. que desperdicio de generaciones.
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14 junio 2010 | 07:29
Todos los gigantes terminan confiados en su poder hasta el punto de que se consideran por encima de los demás en cualquier circunstancia. Pero siempre terminan asomando sus puntos débiles.
Carla
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14 junio 2010 | 08:39
¿Su promedio de vida?… jaja
14 junio 2010 | 09:22
Me recuerda al relato del Caballo de Troya. Creo que esta «técnica de marketing» es muy utilizada hoy en día: algo que aparece como una utilidad se acaba convirtiendo en nuestro verdugo. Se me ocurren algunos casos: el coche, el teléfono móvil, el tabaco, …
14 junio 2010 | 10:12
Hola Walter, me hizo recordar ciertos regímenes dictatoriales y no tan dictatoriales, donde tras falsas democracias esconden poderes facticos y represores. Consentidos por los befeaters de turno.
La historia de cualquier pueblo está plagada de ellos. En ocasiones derrocados por «salvadores» que lo que consiguen es ser los salvados de la ruina y subir el promedio de riqueza en su vida.
14 junio 2010 | 18:13
Pues a mí me hace pensar que las dictaduras hay que atajarlas y liquidarlas desde su comienzo.
Actualmente tenemos a los Castro en Cuba desde creo más de medio siglo.
Pero también las hay camufladas de democracias, con esa máxima que solo se creen tos tarugos :»quitamos a los ricos y se lo damos a los pobres»,absurdo creerse esas patrañas.
14 junio 2010 | 19:45
Por algún motivo me molestan los diminutivos. No es capricho; realmente me sacan del texto.
Lo de promedio de vida me suena periodístico.
«el pesado e intolerante dedo del gigante y revelarse ante el monstruo», que llames al mismo personaje de distintas maneras, por un instante me hizo pensar que había dos personajes, es decir, un gigante y un monstruo.
Espero que mis observaciones te hayan resultado útiles.
Saludos
15 junio 2010 | 01:08
«Depósito», es que vivían muy poco. 😀
Claro Carla, y mientras más grande son…
Schenel, para seguir con los dichos, todo en exceso es malo.
Enmascarado y Marisa, interesante el punto de vista.
Szarlotka, gracias por la crítica que por cierto es muy acertada. Voy a trabajar esos detalles.
15 junio 2010 | 03:49
Muy polifémico este micro, Walter. Obviando losdetalles que te apuntan más arriba, me gustó.
Saludos.
15 junio 2010 | 08:57