Por Cláudia Morán
Las mujeres egipcias se han llevado la peor parte de la revolución. Una revolución robada, sí, pero que para ellas se ha convertido en algo más que un robo: han visto su derecho a manifestarse aplacado por una ola de violencia sexual. Mediante agresiones, abusos y violaciones, decenas de hombres las acorralan en las manifestaciones para barrerlas de las calles y perpetuar una sociedad profundamente machista. AMAL ELMOHANDES es el director del Programa de Defensores de los Derechos Humanos de las Mujeres que lleva a cabo la asociación feminista Nazra. Ha formado parte de la Operación Anti-Sexual Harassment (OpAntiSH) desde el comienzo de la revolución en Egipto, que lucha para proteger a las mujeres de los acosadores y conseguir que las autoridades dejen de dar la espalda a la lacra de la violencia sexual.