"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

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Martes, ni te cases ni te embarques

El martes, día 16 del mes, a la mañana, en el palacio llamado de la Moncloa, Zapatero e Ibarretxe se van a oír uno a otro. ¿Habrá voces? No parece, sus discursos son previsibles, llamados a no entenderse, pero sin perder modos. Zapatero no aceptará la propuesta del de Llodio y éste no cambiará un discurso con el que lleva seis años y al que consagra su futuro político.

Ambos quieren ganar las elecciones próximas, Zapatero las generales, y el otro, las vascas, que se celebrarán cuando las convoque, una vez que su partido le confirme como candidato. De la reunión del martes lo importante no es tanto lo que desacuerden como lo que escenifiquen; quién y cómo explica y con que argumento. Política gestual, interpretativa, que luego servirá para que los demás reiteren su discurso ya conocido.

También el martes el Tribunal Constitucional libra otra batalla interna político-partidista, con descalificaciones de algunos de sus componentes, que pondrán otro clavo en el ataúd de su desprestigio. En vez de interpretar y defender la Constitución, el llamado alto tribunal se ha convertido en espacio en el que derrotar al adversario político.

Los responsables principales de semejante desafuero son los propios magistrados, alineados en vez de independientes, tácticos en vez de justos. Probablemente el desgarro interno del Tribunal es lo más grave que está pasando en la vida política, más desde luego, que unos pocos energúmenos quemen retratos por las calles.

Miguel Delibes, desde la altura de su experiencia y fatiga, dice que le aburren los insultos cruzados de los líderes políticos, “no me gusta la política, ni los políticos… me temo que ninguno tiene otros recursos”

La mala cara de los batasunos

El desfile de los dirigentes batasunos por las escaleras de la Audiencia Nacional no les debe resultar novedoso, casi todos ellos han pasado varias veces por ese edificio y no pocos han salido de allí camino de prisión. En los juzgados la suerte de los batasunos ha sido desigual, los magistrados necesitan pruebas contundentes y en no pocos casos estos rebeldes se han ido de rositas; por eso su temor al Estado español constitucional, que odian, es relativo, utilizan sus garantías para burlarse de él, y de su clemencia. Y además conocen los casos de terroristas condenados y en prisión que, hasta ahora, han redimido penas y mitigado las condiciones penitenciarias merced a la benignidad del sistema penal.

Pero las recientes decisiones de la Audiencia contra Otegui, las últimas condenas de etarras con el Código Penal reformado (que alargará su tiempo en prisión) y el acoso a la cúpula batasuna y sus ramificaciones, marcan una nueva estrategia contra el entramado terrorista.

Las habituales movilizaciones de protesta (el principio acción reacción) han tenido bajo seguimiento, cientos donde antes había miles. Y las caras de los que comparecen ante los medios son menos altivas, menos confiadas, más desgastadas. A los batasunos se les pone cada vez peor facha, monaguillos de terroristas que no dan la cara, con decreciente apoyo externo (a pesar de los esfuerzos de los Azcárraga y los Ibarretxe para dar aire a los primos batasunos(. Van a menos, poco a poco, pero a menos.

De un terco y torpe

Al actual presidente vasco, el lendakari Ibarretxe, un paisano que le conocía bien, cuyo nombre no viene al caso ahora, decía años atrás que era “torpe y terco”. Una apreciación descriptiva y pesarosa, que el tiempo ha acreditado como bien echada. Un “terco y torpe” que se siente llamado a héroe, patriota, pero que puede quedar en anécdota con ribetes de extravagante a villano.

En septiembre del 2002 (etapa Aznar con mayoría absoluta, el Aznar duro de todos los duros) Ibarretxe puso en valor un Plan, con su nombre, y con un guión de reforma del Estatuto, un referéndum y la meta del estado libre asociado o lo que sea. Lo puso en danza con Zapatero en el gobierno y el Congreso se lo devolvió con tanta educación como firmeza, con la ley y la Constitución en la mano, marcando los tiempos sin espacio al victimismo procesal, al ese recurso de “no nos escuchan”.

Vuelve el tal Ibarretxe con lo mismo y le ocurrirá otro tanto, pero no repara en lo que rompe por el camino. Imaz, que está de salida, le advierte que cuando no hay cimientos los edificios se caen, pero el “terco y torpe” no entiende matices, se siente llamado y el ruido que provoca le alienta. Zapatero le dice que su plan no corresponde a esta sociedad, ni a este continente, ni a este siglo. Mientras los del ruido piden destitución, código penal, que es lo que espera el “terco y torpe” para decir que no hay manera, que con estos no hay manera.

Al fondo están las elecciones, varias elecciones, las del PNV abocado a respaldar a su lendakari; las generales en las que los nacionalistas temen perder posiciones, y finalmente las vascas donde los nacionalistas podrían perder el gobierno si los constitucionales supieran ofrecer salidas y no sólo confrontación. A eso si teme el “terco torpe”.

La “gran cloaca” política

El ABC publicó ayer una entrevista enterrada, la que Josefina Martínez del Álamo hizo a Adolfo Suárez en julio de 1980, pero que no llegó a publicarse por inconclusa (necesitaba otra sesión) y poco pertinente (los servicios de La Moncloa consideraron que la sinceridad del presidente convertía la entrevista en no publicable). Leída ahora resulta plenamente pertinente, muy actual. Sospecho que al que más ha gratificado es al inquilino temporal del palacio presidencial.

A Suárez le salen admiradores por años, algunos sin recato ni rubor ya que cuando gobernaba le pusieron a caldo, de traidor para arriba. Se quejaba entonces el presidente Suárez de la cloaca madrileña en la “que nadie intenta hacer una crítica objetiva de las actuaciones políticas, con independencia del partido que realiza la acción… los periodistas se han convertido en correas de transmisión de los intereses de grupos determinados… está ocurriendo un fenómeno muy grave, las cosas entran por el oído, salen por la boca y no pasan por el cerebro, por la reflexión previa… el 80% de lo que se escribe sobre mi no responde a la realidad… mi mayor preocupación es la convivencia… hay que crear las condiciones necesarias para que los españoles convivan por encima de sus ideas políticas, que las ideologías no dañen las relaciones de amistad, de vecindad… que no traslademos al país nuestro rencor personal, que no ahondemos con diferencias políticas las diferencias regionales y económicas que ya existen”

¿Les suena actual? No estaría de más que muchos de los glosadores de la figura e Suárez, de los que se dicen deudos y seguidores, se aplicaran en cuento y cuidaran la circulación entre oído y lengua. La cloaca madrileña a la que alude Suárez dura, apesta.

Compiten en ofrecer más

Más de cinco meses quedan hasta las generales, pero no faltará semana sin oferta, ni domingo sin declaración bizarra de estos líderes que se juegan su carrera política en la cita de marzo. El que pierda a casa, como en los torneos a muerte súbita. Tras mucho ruido a cuenta de que se rompe España, o de que el socialismo se rinde al terrorismo, la campaña se centra ahora en «los cuartos», en prometer y ofrecer hasta llegar lo más lejos en la puja social.

Los socialistas sorprendieron con el cheque-bebe de 2.500 euros (pendiente de implantar, con una ley que anda en el telar legislativo) y los populares se unieron al carro: “nosotros tres mil”. Siguió el gobierno con viviendas para los jóvenes como reclamo, y los populares se pusieron inmediatamente a formular una oferta más sugestiva. Llegó el nuevo ministro de Sanidad con dentistas gratis para los adolescentes y los populares se suman con una oferta de dentistas para los pensionistas. Y se acuitan de populistas, electoralistas, ocurrentes, demagogos…

Por supuesto que los números quedan para el final, sin recordar que nada es gratis, que todo tiene precio y que conviene sumar todas las partidas. Quienes estiman que la economía está al borde de la recesión, que se acabaron las herencias… deberían ser prudentes a la hora de disponer de la caja, de no dejarse ir por la emoción ganar a cualquier precio.

El superávit presupuestario no significa dinero disponible para gastar; está gastado, aunque sea en reducir la deuda o dotar ese fondo de reserva de las pensiones indisponible sin causa ni explicación. Ofrecen lo que no tienen, desmedidos. Y, quizá, no les vamos a creer.

¿Oasis o recesión?

Zaplana dice que vamos a la recesión, mientras que su contraparte socialista ve un próspero horizonte, un oasis. Nada nuevo, ni fuera de guión, ninguno dice lo que piensa, si piensan. No merecen el menor caso, aunque entran de oficio (como el NODO en otros tiempos) en los telediarios, que les ceden un minuto para que se luzcan y no den lata. Minuto Zaplana, minuto López Garrido; minuto Blanco, minuto Astarloa……minutos basura, que animan a darle al mando a distancia.

Pero la cuestión de cómo va la economía es de fuste y familias y empresarios hacen su compasión de lugar, con la información disponible. Todos los que se dedican a pronosticar en materia económica coinciden en que durante este semestre y el año 2008 la economía española (y al europea) crecerán menos, la española del 4% de los últimos 18 meses caerá al 3% en los próximos. No sería una recesión, no supondría pérdida de los niveles de empleo, ni debería tener un efecto negativo en las cuentas públicas, salvo que los del gobierno pierdan los nervios y gasten como si fuera la última juerga.

El mensaje que trasmite Solbes va por cauces de cautela, tanta que saca de quicio a los suyos y a los contrarios. Estos últimos sueñan con una recesión como demostración de la perversidad de Zapatero, a un tipo tan malo la economía se le tiene que derrumbar. Mientras, la corte de Zapatero, cada día más corte, está decidida a vender optimismo y esperanza, que aquí no pasa nada… y si pasa, no importa; que basta con la estrella de ZP.

La gente responsable abomina de cenizos y crédulos para prestar atención a los que se toman en serio la situación y andan atentos a las pantallas y a sus deberes.

Rajoy dice que va de economía

Mientras Rajoy se mece en la cuna de la sucesión o la continuidad con tendencia a dejarse llevar, a que no pasa nada y se pasa no importa, su adversario Zapatero reedita aquello de que puede prometer y promete que elevó Suárez a categoría, treinta años atrás. El presidente del Gobierno despidió julio prometiendo que los jóvenes tendrían pronto buenas noticias acerca de sus futuras viviendas y regresa en septiembre prometiendo que las pensiones mínimas subirán en doble que las demás. Y entre medias obras en Cataluña para que no se repita un agosto como el pasado.

De lo que los dos líderes van diciendo estos días, en su retorno a la lona, lo más malvado corresponde al amable ZP, al que sorprende la competencia entre los populares para ir de número 2 en la lista principal, a la zaga del candidato designado por Aznar hace ahora cuatro años, que ha decidido no celebrar una convención otoñal de su partido para (re)lanzar su oferta y figura.

Rajoy anda estos días preocupado por el ciclismo, que es su pasión, por la Vuelta a España que ha empezado corta de entusiasmo. Pero su ocupación debe ser poner orden en un partido que ha pasado un verano alborotado. Pío García Escudero y Juan Costa trabajan en la estrategia de campaña y en el programa electoral en la trastienda de Génova, sin dar tres cuartos al pregonero, mientras otros ocupan el escenario con declaraciones y ocurrencias.

Rajoy ha dicho este fin de semana que le preocupa la economía, que ese será el eje de la campaña (para eso ha llamado a Costa) y de las propuestas con las que espera ganar. Todo un giro en la estrategia popular que lleva tres años anunciando un anticipo electoral y una emergencia nacional por esos nuevos Estatutos que van a romper España y por la inminencia de la rendición del gobierno ante los terroristas etarras. Pero ahora el asunto de fondo es la economía, justamente la materia con la que los socialistas esperan ganar las próximas elecciones.

Quo vadis Rajoy

A Zapatero se le nota contento, confiado incluso, con expectativas políticas mejoradas durante las últimas tres semanas por demérito del adversario más que por mérito propio. Tan confiado que se entrega al optimismo de la voluntad y vuelve a prometer. Prometió bendecir el Estatuto de Cataluña que aprobara el Parlament de Barcelona, pero tuvo que cepillarlo, en terminología de Alfonso Guerra, hasta resentir su prestigio y fiabilidad entre potenciales socios y compañeros de partido.

Ayer, rodeado de jóvenes socialistas el presidente prometió buenas noticias para los jóvenes sin vivienda, sin entrar en más detalles. Le faltó decir “pisos para todos”, aunque lo traslució. Quizá es el “efecto Chacón” la nueva ministra de viviendas que ha emplazado a los 400 funcionarios del ministerio a un agosto emocionante, sin vacaciones, con la ilusionante misión de proveer las soluciones habitacionales que le legó su predecesora y amiga.

En el otro lado, en el de Rajoy, el panorama es ligeramente diferente. A Acebes, tras su acierto en Barcelona al colocar a los populares en su sitio y a Piqué en su casa, le parece que nada bueno puede salir de la actual fiscalía y por ello se coloca al lado de “El jueves” y su dichosa viñeta contra el “cheque bebé” de Zapatero con los príncipes de Asturias como artistas invitados. Este señor de Ávila, Ángel Acebes, actúa como autómata, oye fiscal general y se pone en contra sin atender de que va.

¿Adonde va Rajoy? Quienes le secundan y aplauden dicen que a ganar, con un banquillo sobrado de figuras capaces, tanto que puede prescindir de varias sin inmutase, le vale con reclamar entrega e ilusión, como los entrenadores que no están acostumbrados a ganar y fían los resultados al entusiasmo.

Rajoy, partitura e interpretación

Un ex ministro de Aznar, veterano en la política aunque ya retirado, me decía esta semana que ganará por poco, Rajoy. Y luego los socialistas despedirán a Zapatero y volverán a la transición, y con los populares recortarán el estado de las autonomías…. (y colorín colorado…). A renglón seguido un conocido economista me advertía que las cosas se ponen feas, que los bancos ya no refinancian en Europa células hipotecarias por que no hay crédito para España. Pero la encuesta que para «La Vanguardia» elaboró Noxa tras el reciente debate parlamentario sobre el estado de la Nación otorga a los socialistas una mayoría suficiente para gobernar.

Ocho meses antes de las elecciones del 2004 los populares tenían una ventaja semejante a la actual de los socialistas. En ese contexto Aznar eligió a Rajoy, quizá a su pesar, porque quienes le conocen bien dicen que prefería un cambio generacional, alguien como Acebes. Optó por una continuidad dúctil, de bajo perfil y luego vino lo que todos sabemos.

Rajoy no sale bien parado como líder en ninguna encuesta, empieza a mejorar unas décimas, pero sigue por debajo de su adversario y de algunos de sus colegas en el PP. De manera que si los populares pierden las generales podrán responsabilizar al intérprete, despedirlo y buscar otro. Lo que le pasó a Almunia en el PSOE.

Pero asignar al intérprete la responsabilidad del éxito o el fracaso puede ser insuficiente. Porque la música que ejecuta el intérprete también cuenta. La música de Rajoy es “esencialista”: (se rompe España, hay que publicar las actas….) y puede que sea tan poco adecuada como la interpretación, no suficiente para ganar, aunque sea compartida por la mayoría del partido, y especialmente por el aparato y la militancia. Así que se explica que ni pueden ni quieren cambiar la partitura.

Las urnas serán las que pongan cada uno ante su propio destino.

Rajoy, fidelidad al guión

Dicen que el discurso de Rajoy el martes pasado fue bueno, pero salió trasquilado, frente a un adversario que volvió a madrugarle, tal y como viene haciéndo toda la legislatura. No me pareció tan bueno el discurso, ni escuchado, ni leído con atención. Parecía más un desahogo que un discurso político de líder en puertas de ganar. Salió mal y salvo alguna pluma extravagante y pretenciosa, lo reconocen los del PP e incluso el propio Rajoy.

“Tendré que ser más simpático…”, ha comentado el jefe de la oposición a un grupo de periodistas. ¿Habrá tras esa confesión propósito de enmienda y cambio de guión y de ritmo? No es probable, Rajoy es continuidad, nunca ha renovado, no ascendió para eso, le designaron para continuar, no para cambiar.

Lo que queda hasta las elecciones son ocho meses durante los cuales pueden ocurrir acontecimientos inimaginables, pero no hay margen para cambios de estrategia. Rajoy seguirá fiel al guión trazado el 15 de marzo del 2004 y ganará o perderá con ese guión y ese equipo. Es un tipo leal y no va a despedir a los que le han acompañado estos años. Y en el PP saben que ahora no hay otra alternativa, que no se improvisa otra estrategia que sería rechazada por las bases más notorias y especialmente por quienes ocupan los espacios públicos.

No faltan en el PP dirigentes que se plantean cómo socorrer a Rajoy, reforzar su posición en el centro para mejorar expectativas y lograr margen de maniobra para salir del discurso del martes. Pero calculan que puede ser más rentable prepararse para un relevo en el congreso de otoño del 2008, que puede ser el de la re-renovación.