"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Archivo de agosto, 2007

Describir u opinar


>»En vez de escribir vocifera, grita, lanza anatemas. Es más cómodo. Para gritar no se necesita hacer ningún esfuerzo. Gritar no es nada.

Quizá hubiéramos ido mucho mejor si en vez de opinar hubiese descrito. Si hubiese aprovechado su Dietario para describir su tiempo, ahora tendríamos un documento de primer orden. Pero quiso opinar sin tener presente que sus opiniones no significaban nada. Para opinar como él, ya teníamos bastante con el señor obispo y el gobernador de la época. Esto hace que sus opiniones sean una repetición inútil y sobrante.

El drama literario es siempre el mismo: es mucho más difícil describir que opinar. Infinitamente más. En vista de lo cual todo el mundo opina».

Josep Pla, “El cuaderno gris” pag. 143

Es ocioso recomendar el célebre cuaderno de Pla, lectura recomendable en cualquier estación y circunstancia, por su sobriedad, pero también por su sentido común, por el detalle y la profundidad a la hora describir. DESCRIBIR con mayúscula, como género y objetivo del trabajo del periodista. ¡Cuánta razón tiene el joven Pla! Estos cuadernos están escritos entre 1918 y 1919, cuando cumplía 22 años y andaba por la facultad de derecho de Barcelona.

Gritar no es nada. Si aplicamos esa vara de medir nuestra vida política se queda en menos, sobrante. ¡Y que decir del discurso periodístico! Describir en vez de opinar, bastante opinión lleva una buena descripción.

¿Elogios o críticas?

El elogio al muerto dicen que forma parte de lo políticamente correcto. Pero los elogios en vida,cuando se pueden disfrutar ¿para qué? Los comentarios sobre Paco Umbral han desatado una interesante polémica en 20minutos.es, especialmente el post del jefe, el de JAMS.

¿No podríamos intentar una metodología menos maniquea? ¿No es posible escapar del a favor o en contra? Las posiciones rotundas, “apocalípticos o integrados” por recordar un viejo título de Umberto Eco, parecen más bizarras, despiertan más pasiones, ¿pero mejoran la aproximación a los hechos y el valor de las opiniones?

En el caso de Umbral tenemos la ventaja de su obra, que es lo que queda, mucho más que sus comportamientos o su propia vida y trayectoria. Y su obra es ingente, una columna al día y un centenar de libros desnuda a cualquier ser humano mucho más allá de lo imaginable, ni la ficción llega tan lejos.

Sostengo como deseable intentar despegar el periodismo de las preferencias o de los intereses de cada periodista, intentar contar lo que hay con reserva de los sesgos personales. No se trata de escribir siempre en amable o destilar solo azúcar y comprensión, sino de tener en cuenta el principio de tolerancia y un prudente escepticismo.

A José Antonio Martínez Soler le molestó el artículo de Umbral sobre Pedro J cuando éste recibió el premio Montaigne. Y me sorprende su sorpresa. Pedro J dice en su columna de esta mañana que era el “señorito” de Umbral, su director. Un dato evidente. Umbral podía haberse callado, haber escrito de otra cosa ese día, pero ¿es insólito que habla bien del jefe en semejante circunstancia? ¿hay algún medio donde no ocurra lo mismoi?

De Umbral nos queda su obra literaria y periodística, que es monumental y así lo reconocen estos días todos los críticos con elementos de juicio. JAMS tiene todo el derecho del mundo a decir que en Umbral había mucho que le decepcionó, pero sólo es una opinión exigente de alguien que esperaba otra cosa. Pero hay más, mucho más escrito por Umbral que será lo que quede.

Apocalípticos e integrados; o algo de cada o todo junto. Porque en todas las vidas hay grandezas y miserias, incluso vienen juntas, mezcladas y todas ellas suelen ser más sugestivas que la indiferencia o la mediocridad.

Umbral, columnista de a diario

Me decían hace un rato en el velatorio de Paco Umbral que anoche quería dictar una crónica, quería reanudar su cita diaria con su periódico. Es el destino natural del columnista de a diario, dictar su crónica, entregarla al cuartillero, al motorista o, ahora, al correo electrónico para llegar a la hora, antes del cierre y de que la rotativa empiece a manchar papel. Una columna a diario es lo más a que puede aspirar un periodista, la mejor oportunidad, la más exigente, un compromiso agobiante que pone a prueba la inteligencia y la disciplina del autor cada 24 horas, de forma inmisericorde, como el paso de los horas.

Hay una larga tradición en el periodismo mayor de columna a diario, también en el periodismo español. El decano de los columnistas en España es Manolo Alcántara, creo que va por las 15.000 crónicas, cuarenta años escribiendo cada día sobre algo interesante, y escribiendo bien. Umbral pertenecía a ese exclusivo club de la “columna a diario”, una columna que ha viajado por distintas cabeceras sin perder nunca su carácter.

Umbral empezó a escribir en los periódicos hace cincuenta años en Valladolid, en “El Norte de Castilla” de Miguel Delibes, que le animó a dedicarse a la literatura como profesión y vocación. Luego le guió Manu Leguineche que dirigía la agencia que distribuyó los artículos de Umbral los años sesenta y setenta. Juan Luís Cebrián le contrató para “El País” como el único columnista a diario, en un periódico resistente a las estrellas, que primaba el trabajo colectivo de la redacción Umbral era la excepción, rara avis, escribía desde casa y casi nunca pisó la redacción, pero sus crónicas daban carácter al periódico (para irritación de algunos) y contaban entre lo más seguido por los lectores. Luego le captó Pedro J. Ramírez para “Diario 16”, ha sido el director que mejor comprendió al articulista, el que acertó a mimarle, mandarle, aguantarle y dirigirle sin que lo notara.

Anson le sedujo unos meses para escribir en el ABC, una operación de coleccionista, pero una operación sin futuro, el carácter de ABC no proporcionaba el oxígeno que necesitaba Umbral. No funcionó y luego Umbral volvió a Pedro J. su director natural. De manera que Umbral formó parte de la aventura fundacional de “El Mundo” para dar carácter a ese periódico como quince años antes se lo dio a “El País”.

Umbral pertenece a su propio universo, caracterizó a los medios donde escribió más que estos a él, porque era un artesano de la pluma, de la columna y de la literatura. Si hubiera primado la carrera, el ejercicio de novelista, se hubiera perdido el gran articulista que ha sido. Y su dedicación al periodismo ha limitado su vocación narrativa, porque es muy difícil ejercer dos profesiones artísticas con excelencia al mismo tiempo. Umbral enlaza con Cesar González Ruano, con Larra, ¿Quién continuará a Umbral? Pedro J va a dedicar la columna de Paco de los próximas cien días a glosar su figura, y, seguramente, a buscar quien continúe su trabajo. Hay columnistas de a diario en la prensa española, les hay brillantes, quizá ninguno como Umbral, rompió el molde. Quizá quien más puede acercarse sea Raúl del Pozo, otro estilo, otra trayectoria, otros intereses, pero no le falta carácter para definir, para retratar, para crear.

Irresistible titular: Pánico en las bolsas

Los dos mayores periódicos españoles por difusión e influencia, que tienen atemorizados a gobierno y oposición, El País y El Mundo, se despacharon esta mañana con dos contundentes titulares de portada referidos a las Bolsas. “Se desploman presas del pánico”, concluye uno, “Crack mundial en las bolsas” remata el otro. Un poco más abajo recuerdan que la Bolsa de Nueva York, la mayor del mundo, la que ejerce el papel director de todas las demás, perdió el 0,12% en su índice más popular, el Dow Jones y subió el 0,32% en su índice más elocuente, el Standar&Poor 500.

Con las palabras “pánico” y “crack” en los titulares de primera página, de medios a los que se atribuye juicio y fuste, lo lógico sería que los inversores ordenaran la venta inmediata de sus valores. No ha sido así, ni pánico ni crack, a los “tituladores” de primera se les fue la mano o la cabeza, se dejaron llevar por amarillismo facilón e indocumentado.

A primera hora de la mañana en alguna de las tertulias al uso los convocados se ocupaban de la cuestión de las bolsas con una declaración inicial común: “yo de esto no entiendo… pero (puestos en faena) … evidentemente lo que ocurre…” Si no entienden ¿por qué no preguntan a alguien que entienda? Funesta manía esta de explicar lo que no se comprende y hablar de los que se ignora. Más funesta cuando no faltan quienes pueden explicar lo que ocurre con argumentos razonables e información suficiente.

Los fenómenos económicos generales son complejos, especialmente los financieros, en ellos influyen múltiples factores, son de muy difícil previsión, pero no es tan complicado explicarlos una vez que han sucedió. Además hay buena doctrina económica disponible. Por lo visto hasta ahora no estamos ante un crack, ni ante una situaciòn de pànico. La palabras más precisa, por ahora, sería “ajuste en las bolsas” y los ajustes conviene que sean rápidos.

A «El Pais» y a «El Mundo» se les fue la mano y el título.

La defensa del atracador Solitario

Eugenio Suárez, el fundador y director de “El Caso”, cuyas memorias publicadas hace un par de años les recomiendo (“Caso cerrado” 2005), debe estar pensando que estos podrían ser buenos tiempos para resucitar su revista. Desde luego que lo son, sobre todo si emergen esos periodistas de sucesos expertos en seguir rastros, acumular confidencias, separar paja y grano y relatar con talento y emoción, sin dejarse intoxicar por policías, ladrones, fiscales, encubridores y demás gentes que revolotean en torno al delito. A Suárez la censura no le dejaba tartar más de un crimen a la semana, no fuera a ser que pareciera que España era un país de sobresaltos y delincuentes. Aplicaba aquello de que tranquilidad viene de tranca y censura.

Los casos de estos tiempos son también apasionantes, aunque los relatos no sean todo lo sugerentes y precisos que el público merece. Por ejemplo con el secuestro (o lo que sea) de la niña Madeleine en el vecino Algarve portugués las versiones que se suceden dan un vuelco tras otro al caso, pero merecen más filtros, un poco de consistencia y algo más de investigación y verificación. Las televisones no pueden ser el buzón de recogida de cualquier versión, las más de las veces interesada y muy poco fundada. El rigor de “El Caso” vendría bien al caso.

Y otro tanto con el atracador “solitario” enemigo público declarado, al que ahora su abogado quiere convertir en Curro Jiménez justiciero. ¿Se imaginan que haría un juez británico o norteamericano ante un abogado como el que le ha salido a este sujeto? Probablemente a la primera de cambio de advertiría de una retirada de licencia y a la segunda le empapelaba.

La multitudinaria conferencia de prensa del abogado Trillo Figueroa fue un espectáculo de ópera bufa. El letrado se recreó en su suerte y puso de vuelta y media a policías y funcionarios de prisiones para ensalzar a su cliente, propuesto como amigo del pueblo. Otra demostración lamentable de que para merecer focos y cámaras hay que apostar por la extravagancia, por lo raro y lo abyecto, por decir que lo blanco es negro y lo negro blanco. No cuesta y rinde en notoriedad.

Fotos de princesas

Despejada la incógnita política navarra el telón del verano ha caído sobre el escenario nacional con el cartel de vacaciones en la playa. La magia de las fotos de la princesa ocupa el plano y agota las tertulias veraniegas con argumentos que exprimen hasta la última gota de imaginación. Que si las fotos son robadas o no, que si debían estar en portada, que si van dentro es por algún misterioso acuerdo, que si han alcanzado la cotización más alta del año…

Las vacaciones de agosto mandan la política al desván, adelgazan los periódicos y calientan el mercado de los futbolistas que deshojan la margarita del siguiente contrato. Estos días el Madrid ha llenado portadas con fichajes verosímiles pero fallidos, que no han pasado de la intención de un cuadro técnico que no acierta a cerrar la plantilla y cumplir las promesas que le hicieron al nuevo técnico.

Nos esperan unas semanas con fotos prometedoras y con fichajes verosímiles de futbolistas trotamundos. Materias que acreditan que el verano es ligero, verano aunque con temperatura otoñal. Verano de familia real que no sale del primer plano y tiene que dejar hacer desouñes de la que cayó en julio.

El extravío de Puras

Fernando Puras ha dado estas últimas semanas pasos en falso, adelante y atrás, hasta este último que le lleva a la reserva política. De todos ellos el más coherente ha sido el último, que podía haberse ahorrado si hubiera acertado en los primeros. Cuando los electores le colocaron tercero, muy por detrás de UPN, pero también de Nafarroa Bai, debería haber reconocido esa realidad electoral inapelable para renunciar a cualquier opción de encabezar el gobierno navarro. No lo hizo, acarició la posibilidad de gobernar mediante encajes muy ajustados, pero finalmente la apuesta ha sido imposible por imperativo de su propio partido.

Puras ha sido coherente en la decisión final, pero no lo fue en las anteriores y por ello tiene que abandonar la política, pero de paso mete a su partido en un berenjenal de difícil salida. Los socialistas navarros han demostrado habilidad para crear más problemas que soluciones y los electores les pasarán factura por ser poco fiables.

Puras dijo que si no obtenía más votos que los demás no pediria la presidencia, pero luego lo olvidó. E$se ha sido el mayor error. Zapatero hizo una promesa semejante en la campaña del 2004 y le salió bien, ¿qué hubiera hecho con menos votos que el PP pero con posibilidades de gobernar mediante alianzas con otros grupos parlamentarios?

Ni Puras ni los socuialistas navarros tuvieron la visión de que gobernar con menos del 25% de los votos podía ser pan para hoy y hambre para mañana. Finalmente ha sido hambre para mañana, pero quedándose sin pan hoy.

El caso navarro supone un buen aviso a navegantes y una lección para el futuro. En política la falta de oportunidad, no acertar en temas esenciales, conduce a extravíos irreparables. Puras es un buen ejemplo.

La fuerza de los maquinistas, la debilidad de la ley

La estadística demuestra que no es posible ni probable que la mayor parte de los maquinistas del AVE se pongan enfermos al mismo tiempo y sanen simultáneamente, tras acreditar que pueden dejar los trenes en los andenes, y a centenares de clientes frustrados. Armar la gorda y salir en los telediarios. Ha ocurrido, unos pocos han impuesto su voluntad a muchos, más allá de la ley y de las buenas maneras.

El tema de fondo es viejo, se refiere al acceso a la profesión de “maquinista de AVE”. La compañía organiza cursos de preparación y capacitación, especialmente dirigidos a maquinistas de trenes de largo recorrido, por tanto familiarizados con la circulación de trenes. Los maquinistas (como los pilotos, los controladores…) son cuerpo de elite que quiere barreras de entrada a la profesión, cupos y obstáculos que valoricen su posición, que propicien las mejores condiciones.

Nada que objetar a esa pretensión, forma parte de juego de presión y lobby que tiene sus límites fijados en las leyes. Y cuando se traspasa el límite debe pasar algo, tiene precio. Porque si no pasa, si no hay precio, las leyes encogen, se convierten inútiles y los derechos de los clientes (ciudadanos sin capacidad de respuesta) se resienten.

El problema está superado, la demostración de fuerza está hecha y la amenaza de más de lo mismo en fechas próximas y sensibles, está sobre la mesa. Si todo queda así los maquinistas estarán animados a otra vuelta de tuerca, a ampliar la presión y llegar más lejos. La fuerza de los maquinistas es evidente (paran los trenes con un certificado médico ad hoc, ¿qué médicos firman esos certificados? ¿se corresponden con una buena praxis?), no le es tanto la fuerza de la ley. Pero sospecho que se dejará pasar. Problemas … los mínimos e imprescindibles.