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Con Sandra Krysiak pensamos con las manos

Ayer estuvimos de Exposición de fin de curso en el taller de tallasmadera.com (Tupatio, Eduardo Marquina, 7). Para quienes no hagan cosas con sus manos, esta entrada en mi blog les parecerá una tontería, una insignificancia. Sin embargo, para los alumnos de la maestra Sandra Krysiak (licenciada en Bellas Artes y maestra de La Escuela de Arte La Palma) el encuentro de los artistas con su obra y la de sus compañeros fue algo muy especial digno de ser compartido por quienes tengan el gusanillo de hacer algo con sus manos. «Pensar con las manos», dice Pedro Sanz Labajos, director de La Palma. Eso, y grandes dosis de humildad, es lo que aprendemos con Sandra. Al jubilarme en el diario 20 minutos, cambie la pluma por la gubia. Y  he disfrutado mucho con el cambio.

Alumnos de Sandra Krysiak en Tupatio. La flecha señala al pobre Pablo Guerreiro, con obras seleccionadas para el Premio Reina Sofía. El mejor bailaor sin castañuelas.

Con Raúl y Angel, tres abuelos a la sombra.

Mi Cervantes teme al dragón de Ismael Mesa, un número 1 de la talla.

Con Sandra Krysiak, Adelaida Gordillo y Miguel Aranguren. Miguel es escultor, pintor, escritor y casi torero.

En el Epílogo de mi ultimo libro La prensa libre no fue un regalo») no pude evitar presumir un poco de mi nueva afición artística. Aunque me siento un becario entre tan buenos tallistas me tratan como si fuera uno de ellos. Copio y pego aquí los tres párrafos dedicados a la talla en mi libro:

«En las clases de talla en madera, progreso adecuadamente. Nunca me creí capaz de crear esculturas con un pedazo de madera. Darle vida a un tronco. Quitar lo que sobra para que emerja la imagen que hay escondida dentro de un cacho de madera o de piedra. El mazo, la gubia y el formón son medicinales. Y la convivencia con mis compañeros de taller, cada uno ideológicamente de su padre y de su madre, me ha sorprendido muy agradablemente. Comparto las clases de la maestra Sandra Krysiak con personas de muy distintas edades y convicciones. Me llevo bien con ellos. Nos reímos. Sin la talla nunca los hubiera conocido, y me habría perdido una parte importante de la humanidad que ellos encierran.

El periodismo me hizo vivir en un gremio con información privilegiada, en el buen sentido de la palabra, y no fiarme de todas las fuentes de información que, interesadamente, pretendían colarme su versión de los hechos. Como vemos diariamente, muchas noticias no son tales, sino bulos alimentados por charcos putrefactos y no por fuentes limpias y contrastables. Por eso, pasé media vida profesional en posición de alerta. En ocasiones, esta desconfianza, casi crónica, resultaba agotadora.

En cambio, hablar con mis compañeros de talla y, sobre todo, escucharlos, con naturalidad, en confianza, es mi terapia actual. Tenemos momentos de tensión y concentración máxima, con los ojos fijos en la punta afilada de la gubia cuando atacamos un nudo o una veta traicionera del duramen o de la albura del tronco. La madera te habla. El nudo te grita. Cuando pasa el peligro de astillar la madera por donde no queremos, oímos suspiros de alivio y aplausos de la maestra. Respiramos.»

Tres párrafos sobre la talla en mi Epílogo.

Con Lurdes, Sandra, Rafa, Sergio y Pablo, con nota alta. Toño, al fondo, chupando cámara.

Con Pablo Redondo (Odnoder), Adelaida y la dedicatoria de mi troll para mi nieto Leo. Odnoder es un compañero que ya vuela solo por las alturas de la fama.

Una tarde espléndida con grandes obras de arte solo superadas por la grandeza de mis compañeros de mucha talla.

 

 

Los amantes de Burdeos, en madera de fresno

Aunque solo soy un aficionado, reconozco que, por muy malas que sean, me gusta presumir de mis tallas en madera. La primera vez que asistí al taller de tallasmadera.com en Bellas Artes Coronado fue al día siguiente de mi jubilación en el diario 20 minutos. Tenía ganas de hacer algo con mis manos. «Pensar con las manos», dice Pedro Sanz Labajos, director de la Escuela de Arte La Palma. Mis clases con la maestra Sandra Krysiak han resultado ser una buena terapia, una cura de autocontrol, paciencia… y humildad (que tanta falta me hacía, después del éxito de 20minutos).  Una terapia más barata que cualquier siquiatra. Lo recomiendo.

El taller de tallasmadera.com, en la prensa.

Si creas algo con tus manos, desde la nada, te sientes como dios. Mi última obra (inspirada en Los amantes de Burdeos, siglo III DC), que tallé en durísima madera de fresno, ya está en manos de sus destinatarios (El y Erik).

«Los amantes de Burdeos» ya están en manos de sus destinatarios.

Ayer celebraron su aniversario de boda. Ambos se habían comprometido bajo la sombra de un fresno gigantesco de El Escorial.

¡Ojalá mi hijo Erik le hubiera pedido matrimonio a mi nuera a la sombra de un tilo o un cedro, maderas semi nobles no tan duras como el fresno! Claro que hubiera sido más difícil tallar «Los amantes de Burdeos» en madera de encina que tanto abunda por estas dehesas de Villanueva de la Cañada. Ahí van algunas fotos del proceso de talla:

Primeros golpes de maza y gubia sobre madera de fresno.

Los amantes, en bruto

Los amantes… a medio tallar.

«Los amantes…» junto al óleo «Pandemia»

mmm

 

 

Ante el primer corsé de madera…del mundo

No soy crítico de arte. Desde que me jubilé como director general de 20 minutos, apenas soy un aficionado a la talla y escultura en madera. En tiempos de pandemia, y especialmente para salir con éxito de este largo confinamiento, os recomiendo que realicéis algo con las manos. Conmigo ha funcionado. Crear algo desde la nada (un cacho de madera, por ejemplo) os hará sentir como si fuerais dioses. O, por lo menos, os relajará bastante la tensión acumulada desde que nos atacó el coronavirus. O sea, contra pandemia, arteterapia. Y eso es lo que hacemos en tallasmadera.com o en la Escuela de Arte La Palma (Madrid) donde mi maestra, Sandra Krysiak, es profesora. Ayer celebramos públicamente con ella uno de sus éxitos que, sin que parezca autobombo, me gustaría compartir con vosotros.

La diseñadora Maya Hansen tuvo la idea de exhibir un corsé de madera en la pasarela de moda más importante de Madrid, la antigua Cibeles. Un sueño imposible (una locura) hasta que descubrió la web de mi maestra.  Como Napoleón, Sandra piensa que «lo difícil se hace, lo imposible se intenta».  Aceptó el reto a partir de un boceto de la gran diseñadora y talló el primer corsé de madera… del mundo.  Fue un éxito en España y en pasarelas de medio mundo. Ayer pudimos verlo de nuevo en la Galería Primavera, 9 (Lavapies, Madrid) y allí estará hasta el 17 de junio.

Mi maestra, Sandra Krysiak, ante el corsé que talló en madera para la diseñadora Maya Hansen.

La madera presenta muchas dificultades, casi nunca insalvables. En clase decimos que las vetas te hablan y el nudo te grita. Pero hay pocas cosas comparables a la satisfacción de la obra bien hecha. La felicidad suele ser proporcional a la dificultad del reto asumido.  Eso dice la maestra.

La modelo luce el corsé de madera en la pasarela de Madrid

Lo que parecía imposible, se hizo.

El desbaste a golpe de gubia y formón.

 

Y aquí estoy yo presumiendo ayer de mi maestra, por si me sube la nota.

Y, para presumir mas aún, aquí estoy con la gran diseñadora Maya Hansen en persona.