Año nuevo, look nuevo. Rafa Nadal ha entrado en el año nuevo estrenando estilo. El campeón se hace mayor y los de Nike han tuneado su indumentaria para adaptarla a los nuevos tiempos. Luce más clásico, más de chico mayor.
Lo acabamos de ver en Abu Dhabi, en su regreso a las pistas. Después de dos meses y dos días, el oro olímpico ha vuelto. Y ha vuelto con victoria ante Davydenko. Mañana jugará contra Murray, que se deshizo de Federer, en este torneo de exhibición y nos birló el morbo de empezar el 2009 con un enfrentamiento entre el número 1 y el 2 del mundo.
Pero, a lo que iba. Rafa ha cambiado. Ha abandonado sus pantalones piratas y su camiseta sin mangas. La habíamos visto de todos los colores, rojas, azules, verdes, amarillas… Ahora va más de serio. Un polo con cuello, de color amarillo con franja azul y blanco. Pantalones, más cortos, de color blanco, al igual que los calcetines. Y zapatillas azules celeste y blancas, con la inscripción de su nombre, Rafa, en mayúsculas y en azul marino. Las muñequeras y la cinta del pelo, también azul oscuro.
Para compensar tanto clasicismo se ha dejado una barba de días que luce más poblada por los laterales, justo debajo de los carrillos.
Más que el traje (yo lo prefería como antes, más bárbaro, más trasgresor), me quedo con las sensaciones. Se le ha visto muy contento, sonriente, feliz. Y así es como lo queremos, guapo por dentro y en forma.
¿Qué opinas tú del cambio de look?
Rafa Nadal acumula premios y elogios. El tenista de Manacor ha logrado casi todo esta temporada y durante su carrera como tenista. Pero hay un título que se le escapa. Se le resiste. Por lo menos para los internautas que han participado en una encuesta en la página web 
Rafa Nadal es el primer deportista español en ganar esta encuesta, que realizan 17 agencias de noticias europeas desde 1958 y está coordinada por PAP, de Polonia.
Y quien le conoce desde chiquitín le tienen como un ser muy próximo y le apelan como un diminutivo cariñoso.
Quizá ahí arrancó su fuerza y su motivación para ganar este año sobre la hierba londinense. «Tuve que decir: tengo tantas ganas de vencer este partido y este torneo, que no me va a ganar. Debía estar seguro que daría no el cien por cien sino el 200 por ciento» cuenta. Y añade: «Tuve un sorteo duro, no era el favorito, jugué más con instinto que con técnica, pero llegué a la final y vencí un partido increíble. Cumplí un sueño», rememora Nadal. Piensa que es más duro vencer cuatro veces seguidas en la tierra de Roland Garros y por eso le gustaría ser recordado.