Maysaa Al-Amodi está en la cárcel por conducir. La detuvieron sin darle una explicación el pasado diciembre en la frontera, cuando intentaba entrar en Arabia Saudí desde los Emiratos Árabes Unidos. Desde entonces, se encuentra en la prisión central de Al Ahsa. Lujain Al-Hathol, la joven a la que le llevaba material escolar, está en una especie de centro de menores para mujeres en esa misma ciudad. Lo irónico, que tiene carné de conducir de Arabia Saudí. Lo injusto, que a pesar de ello muchas autoridades no reconocen su validez.
Tal vez la ironía es europea. Cuando las protestas de las mujeres saudíes sobre su derecho a conducir se popularizaron, en octubre de 2013, la Unión Europea quiso, como marcan sus valores, debatir sobre sus relaciones con el país. En marzo de 2014, aprobó una resolución en la que adopta diversas recomendaciones.
A la hora de dictarlas, la UE tiene en cuenta varias consideraciones, entre ellas: que Arabia Saudí es un «un influyente actor a nivel político, económico y religioso en Oriente Próximo y el mundo islámico» y que «las importaciones de bienes de Arabia Saudí a la UE y las exportaciones de bienes de la UE a este país han aumentado considerablemente entre 2010 y 2012″. Lee el resto de la entrada »