Goldman Sachs is not an after shave Goldman Sachs is not an after shave

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La patada de Trump al cambio climático

Estados Unidos entró el pasado jueves, gracias a Trump, a un minúsculo grupo de países, integrado solo por Siria y Nicaragua, que ha decidido ir en dirección contraria del orden mundial en lo que se refiere a cambio climático.

La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París supone que el que es hoy el segundo mayor emisor de gases de CO 2 en el mundo (el primero es China) y el mayor emisor histórico desde la Revolución Industrial abandona los otros países a luchar contra el cambio climático y dificulta que el aumento de la temperatura media del planeta no suba más de 2 °C (3.7°F).

La suma de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de todos los países de la Unión Europea no alcanza ni de lejos las de Estados Unidos. En el 2015, EEUU liberó a la atmósfera 5,1 millones de kilotones de monóxido de carbono, más de lo que produjeron en conjuntos los 28 países de la Unión Europea y que representan casi el 20 por ciento de la totalidad de emisiones a nivel mundial.

Los científicos apuntan que las consecuencias de no reducir las emisiones tóxicas son: temperaturas medias elevadas, mayores niveles de calentamiento, aceleración el deshielo en los polos y aumento del nivel del mar. Si EEUU recorta menos de lo prometido, como segundo país más contaminante, el riesgo es aún mayor. Investigadores y expertos consultados por Associated Press afirman que cada año podría haber hasta 3.000 millones de toneladas más de dióxido de carbono en la atmósfera. Incluso si todos los países del Acuerdo de París cumplen su compromiso excepto EEUU, la tierra podría calentarse 0.3 grados centígrados más a finales de siglo —el objetivo es que no alcance los 2 grados para entonces y ya hemos superado más de 1,1 grados centígrados.

Digamos que EEUU es un de los principales responsables del cambio climático y ahora mira hacia el otro lado dejando a otros países solucionar el problema, países mucho más pobres y sin tanta culpa ahora deben contribuir más al esfuerzo internacional contra el cambio climático.

Cerca de 200 países que representan el 87 por ciento de las emisiones globales están comprometidas con el acuerdo. Solo hay dos países pertenecientes a Naciones Unidas que no están: Siria y Nicaragua. Pero todos los demás lo firmaron, incluso la Corea del Norte de Kim Jong Un. De estos 200, solo un país ha decido retirarse: esto es lo lejos que está el presidente republicano del los otros países de la Tierra.

Antes del Acuerdo de París, Naciones Unidas ya consiguió que se aprobase un tratado contra el cambio climático: el Protocolo de Kioto (que solo obligaba a reducir emisiones a los países más ricos). Este acuerdo, a la práctica, se esfumó, después de años de negociaciones, en 2001 el presidente George W. Bush decidió no ratificar el tratado. Después de este movimiento estadounidense tuvieron que pasar 14 años para cerrar de nuevo un acuerdo, el de París, que por primera vez involucraba a todos los países en la lucha contra el cambio climático.

Visto así, da miedo pensar que el abandono de EEUU pone en peligro la mejor oportunidad colectiva contra el cambio climático con un reloj a contracorriente. El fondo de adaptación de los países con menos recursos verá reducidos son fondos. Y hay riesgo del efecto en cadena: que otros firmantes del acuerdo, que se sumaron al pacto en 2015 por la presión de quedarse aislados, también diesen marcha atrás en sus compromisos, cosa que provocaría la desaparición del acuerdo. O quizás pase todo lo contrario, y nos unamos todos más sin EEUU. De momento, China y la UE ya han asegurado que continuarán con el Acuerdo de París aunque no esté Estados Unidos.

A corto plazo la mayor consecuencia para EEUU es política, pone en peligro su reputación e su influencia mundial, la retirada de EEUU no va a gustar al resto del planeta y va a provocar reacciones. A nivel interno para EEUU no cambia mucha cosa: el pacto de París no fija obligaciones de reducción de gases para los países, sino que solo les compromete a cumplir sus propios planes nacionales, tampoco incluye sanciones si no se cumplen los objetivos nacionales. El acuerdo de Naciones Unidas solo compromete a los países a presentar información transparente sobre sus emisiones para poder seguir sus progresos y, en caso de no alcanzar sus objetivos nacionales, prevé simplemente que entre en acción un comité de carácter facilitador.

EEUU seguía el Plan de Energía Limpia de Obama, bloqueado ahora por el mandatario republicano. El objetivo de EEUU con Obama era que EEUU redujera sus emisiones entre un 26% y un 28% para 2025 con respecto a los niveles de 2005, la consultora Rhodium Group estimó en marzo que si se cancelan las políticas energéticas del gobierno anterior entonces no se llegará a una disminución del 14%. EEUU de esta manera ya iba a fracasar en su compromiso con París. El magnate americano ha eliminado los planes energéticos que prohibían nuevas explotaciones de energías fósiles y ha allanado el camino a las extracciones en zonas costeras que Obama había protegido.

Saliendo del pacto, Trump se evita dar explicaciones pero la presión sobre sus decisiones en relación al cambio climático va estar allí, pues mientras los otros se esfuerzan para reducir emisiones, EEUU también tiene que hacerlo, esté o no esté en el pacto.

Es decir, retirarse de París no provocará cambio alguno que ya no haya sido provocado por sus decisiones anteriores. Si a eso se le suma que lo de París es una acuerdo voluntario que no compromete ni plantea sanciones para los que incumplan, queda claro que la maniobra del presidente fue sobre todo política”, sostiene Jeffrey Sachs, experto en políticas medioambientales de la Universidad de Columbia.

Para Sachs, por tanto, la decisión de Trump solo cumple con un solo objetivo: “Demostrarle al mundo, sin que ya quepan dudas, que los estadounidenses eligieron a un presidente incompetente”.

2 comentarios

  1. Dice ser Lico

    Y que os esperabais de un empresario? Por muy presidente que sea.

    07 junio 2017 | 11:28

  2. Dice ser Ignotis parentibus

    El monigote de los republicanos es un mandao. Nunca hará nada que ellos no quieran.

    07 junio 2017 | 13:35

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