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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Días eternos bajo el sol griego

Un niño refugiado en el puerto del Pireo. (EFE/Archivo)

Un niño refugiado en el puerto del Pireo. (EFE/Archivo)

Un cartel gigante cuelga de un edificio en una plaza de Atenas: ‘Welcome to Greece!!!’ reza el cartel que superpone la imagen de la bandera helena con el Partenón. En la misma plaza, a tan sólo unos metros, pasan las horas, los días, un grupo de refugiados. El mensaje no es para ellos, va dirigido a los turistas que este verano se dejarán caer por el país mediterráneo probablemente en alguna isla donde el tiempo se pare y los días se hagan demasiado cortos. Una imagen que resume sin quererlo la situación que vive Grecia desde hace tiempo, donde para unos los días se escurren entre sus toallas y para otros se eternizan.

Mientras Europa sigue sin avanzar hacia una solución duradera a la crisis de los refugiados en Grecia decenas de miles de personas “siguen malviviendo en viejos almacenes, en sucias y destartaladas tiendas de campaña o, simplemente, en la calle, durmiendo a la intemperie, bajo el implacable sol del verano griego”, denuncia Amnistía Internacional en una reciente campaña.

Con el foco mediático lejos de esta realidad que ya forma parte de un capítulo negro en la historia de Europa el riesgo de que estas personas sean olvidadas es mayor. Según el último informe regional de ACNUR, se estima que cerca de 100,000 personas necesitarán protección y asistencia en Grecia a finales de este año. A este dato se le suma otro que convierte esta crisis en aún más grave si cabe: el número de mujeres y niños que llegan a Europa desde Siria, Afganistán o Irak -los países de donde provienen la mayoría de los refugiados- es cada vez mayor en proporción.

Datos de la Agencia de la ONU para los refugiados indican que actualmente más de 20,000 niños en edad de escolarización se encuentran fuera de la escuela y muchos han perdido meses o años de enseñanza antes de su llegada a Grecia. No poder ir al colegio expone a los menores a una situación de riesgo y como más largo sea este periodo menos probable es que algún día vuelvan a las clases.

Casi 4.000 vidas arrastradas hacia el mar

Más de un millón de migrantes se jugaron la vida en el mediterráneo para llegar a Europa en 2015. La mayoría cruzaron el mar Egeo desde Turquía hasta Grecia. Muchos han perdido la vida: 3.771 murieron o desaparecieron en el mar el año pasado.

Solo en el primer semestre de 2016, desde enero hasta junio, 156,782 personas han llegado a Grecia, con una media de 2.000 personas en necesidad de asistencia inmediata llegando a islas griegas y en el mismo periodo ya han muerto o desaparecido 2.814 personas.

Con todo la situación empeoró tras las restricciones al paso fronterizo establecidas a mitades de febrero y el cierre definitivo en marzo, cuando Grecia dejó de ser un país de paso en la ruta hacia el norte, a países como Alemania, para convertirse en el país del día de la marmota, sin fecha de apertura de fronteras a la vista y con la incertidumbre de hasta cuándo. Meses después se desalojó el campo improvisado de Idomeni y otros campos satélite.

Con el acuerdo con Turquía de trasfondo, Grecia sigue su plan para hacer frente a las necesidades de los miles de refugiados que se encuentran en su territorio. La semana pasada Yiannis Mouzalas, ministro de política migratoria, compartió los planes del gobierno ante la saturación que viven muchos campos de refugiados en el país. El plan prevé, entre otras medidas, que Creta pueda acoger cerca de 2.000 personas en 4 campos que se construirán. Eso sí, será en noviembre, cuando la ola turística haya pasado.

 

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1 comentario

  1. Dice ser Anna

    Me gusta el resumen que hacéis de vosotras mismas. Sobre todo cuando os llamáis FEMINISTAS, pero luego todos vuestros artículos son referentes a vuestra intención de introducir en NUESTRO país, personas que os ven a vosotras, MUJERES Y FEMINISTAS, como la mayor escoria social, un trozo de carne que solo sirve a sus deseos sexuales y la cual, vale menos que la mierda de perro.

    No se puede ser liberal y apoyar el islam.
    No se puede ser homosexual y apoyar el islam.
    No se pueden defender los Derechos Humanos y apoyar al islam.
    No se puede ser MUJER y apoyar el islam.

    17 agosto 2016 | 16:27

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