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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Las verdaderas esclavas de la moda

Campaña Oxfam Intermón

Campaña Oxfam Intermón

¿Te interesa la moda? ¿Te consideras una ‘fashion victim’? Hay una oferta perfecta para ti: No necesitas experiencia previa. Se busca una mujer preferentemente, no debes estar embarazada ni querer estarlo en el futuro. El salario será en función de la producción y sujeto a una reducción del 50% si no cumples con los objetivos. Como mucho, cobrarás 1,3 euros la hora. Tendrás que ser capaz de no levantarte de la silla en toda la jornada laboral, ni siquiera para ir al baño, solo tendrás 10 minutos para comer y no podrás comunicarte con tus compañeros. ¿Te interesa la oferta?

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Esta es la campaña online que presenta Oxfam Intermón junto al informe ‘Derechos que penden de un hilo’ para denunciar la explotación de las trabajadoras textiles en las maquilas, en Centroamérica.  En esta región, 263.000 mujeres trabajan en condiciones insalubres, sueldos míseros y jornadas interminables.

En América Latina y el Caribe, las “maquilas” son la acepción coloquial de las “Zonas Francas” y de las mundialmente conocidas “Zonas Económicas Especiales”. El termino “maquila” procede del árabe y significa «porción de lo molido, que corresponde al molinero». Las maquilas son áreas geográficas específicas destinadas a la producción industrial para la exportación. En realidad, no representan ningún beneficio para los países donde se instalan. Lo son sin embargo para los capitales que las impulsan, estos se favorecen de ciertas ventajas ofrecidas por los países receptores: mano de obra barata y no sindicalizada, regulaciones laxas, exención de impuestos, falta de controles medioambientales… En resumen, son zonas que ofrecen vía libre a las multinacionales despreocupadas de los derechos de los trabajadores.

Las maquillas aparecieron en América Latina en los años 60 y 70, bajo los auspicios de Estados Unidos, y en se extendieron en los 90 con la liberalización del comercio internacional y la globalización de la economía. «Cerca del 80% de la industria maquiladora de Centroamérica está vinculada a la rama textil, de confección y vestido, cuya producción se exporta en gran medida a EEUU debido en gran parte al impulso de las preferencias arancelarias y los acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y cada uno de los países centroamericanos».

Trabajadoras en un taller textil de Nicaragua. / Oxfam Intermón

Trabajadoras en un taller textil de Nicaragua. / Oxfam Intermón

En las zonas francas, «la jornada laboral suele ser de 12 horas sin descanso, aunque puede llegar a ser de 24«. Se trabaja en ambientes insalubres y se realizan movimientos repetitivos (hasta 6.000 veces el mismo movimiento en un día), lo que suele comprometer seriamente su salud». Las malas condiciones en las maquilas afectan tanto a hombres y mujeres. Pero según el informe de Oxfam Intermón, las mujeres «son las más afectadas como consecuencia de la sobrerrepresentación de las mujeres en este sector». En el Salvador, por ejemplo, las mujeres representan el 78% de la fuerza laboral en las maquilas.

 Testimonios trabajadoras maquilas

Roberta es una víctima de la moda, tras siete años de trabajos en la maquila está incapacitada. «Tiene una enfermedad crónica obstructiva y faringitis crónica. Debido a las condiciones insalubres de las maquilas, estuvo inhalando pelusa continuamente lo que hizo que su primera hija naciera con una enfermedad crónica«. Liliana tiene 27 años, trabaja en la maquila desde que cumplió 18 años. Actualmente tiene 2 hijos.  Asegura que no quiere que sus hijos «acaben trabajando» en una de las maquilas nicaragüenses. Denuncia las «jornadas de trabajo imposibles, a veces de 24 horas seguidas».

Según explica Oxfam Intermón en el informe, los gobiernos de los países de esta zona «no consiguen fórmulas más idóneas de generación de empleo digno y con potencial de progreso». El 22% de las mujeres de esta zona trabaja en el sector de la manufactura. La entidad denuncia esta actividad y ofrece alternativas de comercio justo. Oxfam ha impulsado cooperativas en diversos países para poner fin a están industrias del sector textil que no respetan los derechos de los trabajadores, como Creative Handicrafts.

«Por una camisa marca GAP un consumidor canadiense paga 34 dólares, mientras en El Salvador una obrera gana 27 centavos de dólar por confeccionarla en una planta maquiladora.»,(OIT) . Esa obrera de El Salvador, ella es la verdadera “fashion victim”.

 

 

 

 

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