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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Querido Mandela

 

Querido Mandela:

mandela de mayorPermítame decirle una cosa: tiene usted el nombre más bonito que he escuchado nunca. Mandela suena a telas de colores, a guía, a almendro en flor. Pero también resulta que de usted, el nombre se queda feo, para todo lo que ha hecho. Ése, es el motivo por el que le escribo. Sé que hay muchos medios que tienen preparada la noticia de su muerte, cargada de homenajes, y me parece injusto. Vomitivo. Yo quiero, si le parece bien, seguir celebrando su vida. Y cuando usted muera, lloraremos o haremos lo que usted quiera, pero ahora, que tenemos la suerte de contar con usted entre los vivos, quiero hacerle este humilde homenaje.

Mandela es un nombre precioso. Pero lo es casi más Madiba, que es como lo conocen en su casa. Sudáfrica. El primer presidente democrático del último país de África, el continente infinito. Estuvo antes en el brazo armado del Umkhonto we Sizwe. Es curioso, me hubiera gustado saber qué habría pasado si hubiera nacido usted en España en los años sesenta… pero ése es otro tema. Cadena perpetua, 27 años en Robben Island. Pero bendito 11 de febrero de 1990. Y mejor 1994.

La democracia multirracial era imposible. Por eso lo consiguió, junto a miles de personas que lucharon con usted, a las que ni olvidó, ni defraudó. Es paradójico que le diga que a pesar de pasar 27 años en la cárcel, no puede quejarse. No es un héroe maldito. Ha recibido más de 250 premios, incluido el Nobel de la Paz en 1993. El 466/64 pasó de ser un número de eterna condena a convertirse en el acompañante de un símbolo de libertad.

Mandela de jovenClaro que ha habido más golpes, la vida nunca fue fácil. Ha tenido que enterrar a amigos, esposas, e incluso a un hijo. Pero precisamente porque la vida no es fácil usted es quien es, y la vida es increíble. Porque cuando llegó hasta la cima de la colina más alta de su vida, descubrió que quedaban miles de ellas por escalar. Porque gracias a su lucha, sabemos mejor que nunca que la educación es la mejor manera de cambiar el mundo. Porque la libertad acaba donde empieza la del otro.

Porque los valientes no son los que no tienen miedo, sino los que teniéndolo lo superan, es usted más que un ejemplo. Mandela no es un almendro en flor, ni una tela de colores, ni un guía. Mandela es libertad en el mejor idioma que hemos inventado, el de la igualdad y la justicia. Mandela es la vida en ese lugar maravilloso en el que todos somos iguales, felices y libres. Ese mundo que le prometo que veremos.

Usted tendrá que morirse antes o después, pero un día, créame, seremos todos tan Mandela que no tendremos que llorar cuando se vaya.

Disfrute de lo que queda de camino. Nosotras estaremos ahí.

E. ESCRIBANO

1 comentario

  1. Dice ser Teresa

    Me gusta que Mandela suene a colores y almendros en flor. A vida y lucha!!!! y que dure!!!

    25 mayo 2013 | 22:50

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