La directiva del Barça ha decidido no echar más leña al fuego y no denunciará ante el Comité de Competición a Mourinho por meterle el dedo en el ojo a Tito Vilanova, segundo entrenador culé. De primeras, me gustaría darle las gracias al Barça porque así se evita, de momento, una escalada de acusaciones antes, incluso, de que empiece la Liga.
Esta decisión se ha tomado por consenso entre la junta directiva de Rosell, la dirección deportiva de la entidad y el propio vestuario para no dar más publicidad a una actitud del entrenador blanco que habla por sí misma. Además, en Can Barça no quieren entrar en el juego de Mou.
Otro dato importante para entender que el Barça no denuncie es que, probablemente, Tito también sería sancionado por responder a la agresión de Mou con un tortazo en la cabeza, algo que el Barça quiere evitar a toda costa para que agresor y agredido no queden a la misma altura.
De todas formas, los culés esperan silenciosamente que el Comité de Competición o el de Entrenadores entren de oficio.