Cuando se pasen las alabanzas hacia Messi y el Barça tras la entrega del Balón de Oro de este lunes, Pep Guardiola y sus hombres deberían reflexionar sobre qué les pasa fuera de casa. La gala de este premio ha servido de analgésico para el empate ante el Espanyol (1-1), en uno de los partidos más simplones que se recuerdan del equipo culé en los últimos tiempos.
Digo todo esto porque el Barça pasa enormes apuros lejos del Camp Nou, un mal que a este paso le va a costar la Liga, que ahora está a cinco puntos, los que le saca el líder, el Real Madrid. Estos son los datos:
– 11 puntos perdidos, por 2 en su estadio.
– 12 goles marcados, por 39 en casa.
– 9 encajados, por ninguno en can Barça.
De todas formas, el dato más sangrante para los azulgrana son los ocho puntos que llevan menos que en la anterior campaña.
Esta depresión visitante también afecta al mejor jugador del mundo, Leo Messi, quien solo ha marcado un tanto fuera, contra el Madrid. Arropado por su afición suma otros 16.
Aunque el Barça demostró en el Bernabéu que, hoy por hoy, le tiene cogida la medida al conjunto blanco, la Liga es un premio a la regularidad y los culés no están aguantando el tirón de un Madrid hambriento de títulos.