Chistes de toda la vida para el chavalerío de Internet, que aún no se los sabe

Archivo de agosto, 2007

Con los maderos hacemos tonadilleros



Las matrimoniadas del desternillablog



Coleccione, que algo queda

Escena bíblica de mentirijillas



Guías de conversación para diálogos de besugos

Ninguna excursión al extranjero está completa sin un pantalón multibosillos de Coronel Tapioca y una guía de conversación. Dirá usted que no, que con su diccionario y su Lonely Planet va sobrado pero, créame, no salga ahí fuera sin una buena guía de conversación.

Pongamos que va usted a Marruecos. Antes de cruzar el estrecho ni se plantea que en algún momento va a necesitar decir en árabe: “¿De verdad que no tiene unos patines de un número mayor?”. Hágame caso: por inverosímil que parezca tarde o temprano tendrá que pronunciar esa frase. ¿O acaso al redactor de la guía de conversación español-magrebí Leandro Gao los moros?

Las guías de conversación suelen comenzar con frases más habituales del viajero: “¿Cuánto cuesta?”, “Soy de Pamplona capital” y “¡Qué café más malo!” pero a medida que transcurren sus páginas inevitablemente entran en el terreno del absurdo. Sin ir más lejos en el capítulo “Un día en la ciudad” de la guía Alemán Fácil de Espasa aprendemos a decir “¿Cuándo se ha muerto él?” (Wann ist er gestorben), que es lo que se supone que debemos preguntar –a la alemana: sin inmutarnos- cuando encuentran el cadáver de nuestro compañero de viaje.

Más rebuscada todavía es la frase del Diccionario de Dudas y Falsos Amigos (franceses) de Collins: “Conocí un homicida en la cárcel” (Jài connu un meurtrier en prison), tal vez en referencia al que se cargó a nuestro amigo en Alemania. El autor de esta útil guía parece presa de una obsesión asesina. Vean, vean: “No mates a las mariquitas. No lo soporto” (Ne tue pas les corcinelles, etc.). ¿Matar a las mariquitas? ¿De viaje? Nooooo.

A ver: piense dos frases a boleo que pueda necesitar en un viaje a Japón…Frío, frío: “Sí, éste me viene mejor pero me hace una arruga en el hombro”, por si le da por hacerse un traje a medida, y el siempre socorrido “Necesito un laxante” (Guezai ga hitsuyon desu).

Jeroglífico finiveraniego



No es serio este monasterio



Jeroglífico obtuso



SGAE Report

Caña a la SGAE, que es de goma.



Goodbye, Leti

Como el escudo heráldico de los Tembleque parece herir la sensibilidad del respetable, rescatamos un montajito que en su día no alcanzó las imprentas de 20 Minutos pero que, visto lo visto, no da ni para un arresto domiciliario.

«Goodbye, Leti», con tres años de retraso, sólo para sus sensibles ojos.