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"Ya no se hacen películas como las de ahora"

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Hollywood cambia a superhéroes y zombis por personajes bíblicos

Primero fueron los superhéroes. Después, los zombis. Y 2014 será el año de los personajes bíblicos: se prevé una avalancha de estrenos basados en el libro sagrado durante los próximos meses, con nombres como Russell Crowe, Ridley Scott, Darren Aronofsky o Christian Bale implicados en diferentes proyectos.

Es lógico: hay unos 2300 millones de cristianos en el mundo, lo que implica un enorme potencial en taquilla. Cada capítulo de la miniserie televisiva La Biblia fue seguido sólo en EE UU por once millones y medio de espectadores, una pista de que algo parecido podría suceder en los cines. La Pasión de Cristo (o, antes, Ben Hur, La túnica sagrada o Los diez mandamientos) recaudó, con un presupuesto de  22 millones de euros, casi 500. Y, en días en los que escasean las buenas historias, la Biblia está llena de ellas sin necesidad de pagar a nadie por los derechos de autor.

Jennifer Connelly y Russell Crowe en 'Noé' (PARAMOUNT)

Jennifer Connelly y Russell Crowe en ‘Noé’ (PARAMOUNT)

Ahí está Noé, que aterrizará en España el 4 de abril con Russell Crowe como estrella principal, Anthony Hopkins como Matusalén y Jennifer Connelly y Emma Watson dando vida a la mujer e hija del protagonista, La película cuenta unos efectos especiales apabullantes y un doble objetivo por parte del director, el siempre interesante Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño, El luchador y Cisne negro): mostrar hasta dónde puede llegar la maldad humana y reflexionar sobre el cambio climático.

Unos meses más tarde, a final de año, llegará de la mano de Ridley Scott (Alien y Blade Runner) Éxodo, con Christian Bale como Moisés, Aaron Paul, Sigourney Weaver y Ben Kingsley en el reparto y rodada casi íntegramente en España (en concreto en Almería y Fuerteventura), donde miles de personas se presentaron a las pruebas para elegir figurantes. Otro proyecto sobre Moisés, Gods and Kings, está en la cuerda floja: iba a ser dirigido por Steven Spielberg, pero su retirada podría llevar a Ang Lee a coger el timón.

Cartel estadounidense de 'María' (LIONSGATE)

Cartel estadounidense de ‘María’ (LIONSGATE)

También a final de año se estrenará María, promocionada como la precuela de La pasión de Cristo, con rostros como los de Ben Kingsley (hará de Herodes) o Julia Ormond (será Isabel, prima de María y madre de San Juan Bautista) y la joven Odeya Rush como protagonista absoluta. Otro título, Hijo de Dios, no tiene todavía fecha española de estreno, pero llegará: el portugués Diogo Morgado da vida a Jesús, está producida por Roma Downey y Mark Burnett y dirigida por Christopher Spencer, presentes los cuatro en la citada serie La Biblia.

Hasta aquí lo seguro, pero hay más: se rumorea desde hace meses que Will Smith debutará como director con La redención de Caín, escrita por su cuñado Caleeb Pinkett y que daría un giro vampírico a la historia de los hijos de Adán y Eva. En 2012 empezó a hablarse de que Brad Pitt encarnaría a Poncio Pilato en un proyecto de Warner Bros, que también tiene los derechos de Unholy Night, la desenfadada novela de Seth Grahame-Smith que describe a los Reyes Magos como unos ladrones. Y hasta el polémico Paul Verhoeven (Robocop e Instinto básico) lleva años buscando financiación para hacer realidad su visión de Jesucristo.

Marilyn, Natalie Wood, Heath Ledger y otros mitos con películas inacabadas

Mientras millones de consternados aficionados al cine se enteraban el domingo por la mañana de la muerte de Paul Walker, los teléfonos móviles de las más altas instancias de Universal Pictures funcionaban a pleno rendimiento. A todo gas, la franquicia más rentable de la casa, estaba en peligro: su protagonista acababa de morir con la séptima entrega en pleno rodaje. ¿Qué hacer?

Marilyn Monroe ríe en la piscina durante el rodaje de 'Something's Got To Give' (fotografía de Lawrence Schiller)

Marilyn Monroe ríe en la piscina durante el rodaje de ‘Something’s Got To Give’ (fotografía de Lawrence Schiller)

 

Antes de que se dispararan los rumores, el estudio comunicó sus planes: el rodaje se paralizaba pero la película, aunque con retraso (estaba prevista para el 11 de julio), se estrenaría. Nada que ver con lo que pasó hace justo veinte años con la mucho más pequeña Dark Blood, que de la noche a la mañana se quedó huérfana de River Phoenix. La incipiente estrella era el alma de la película y, como bien sabe su director, el holandés George Sluizer, su muerte a las puertas del Viper Room la convirtió en un proyecto maldito.

Maldito… Hasta que Sluizer presentó en 2012, casi 20 años después y sin provocar demasiado entusiasmo, la película. Phoenix había rodado los exteriores (casi todo el guión transcurría en el desierto), y fue precisamente durante el rodaje en Los Angeles para trabajar en plató cuando el actor falleció. Iban a ser dos semanas de trabajo, pero el joven murió la primera noche en una desbocada juerga.

Nada más saberlo, los productores, la compañía que aseguraba el proyecto y el banco que lo respaldaba emprendieron una guerra para ver a quién pertenecían los negativos. Durante siete años la película estuvo guardada bajo llave (700 kilos de material), hasta que las partes implicadas tomaron una decisión salomónica: quemarla. Pero el director indagó hasta encontrar quién podría entrar en el almacén, hacer saltar los candados y meter los rollos de celuloide en un camión, y el resto es historia: Sleizer guardó otros 10 años el material rodado (y robado) y, cuando se vio con fuerzas, lo montó. ¿El resultado? La que será, siempre, la última película de la que pudo haber sido la gran estrella de las últimas dos décadas.

River Phoenix en 'Dark Blood'

River Phoenix en ‘Dark Blood’

Un final heroico y comparable al de El imaginario del Doctor Parnassus, el proyecto con Terry Gilliam que Heath Ledger empezó a rodar tras El Caballero Oscuro. No pudo ser: a las tres semanas de rodaje, y con sólo 28 años, Ledger fue hallado muerto por una sobredosis de fármacos. Pero su carisma era tan grande que tres de sus amigos y admiradores, Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell, se pusieron en contacto con Gilliam para terminar la película. El guión fue reescrito, los tres galanes encarnaron al personaje de Ledger en tres diferentes mundos y la película llegó a estrenarse con un relativo éxito.

Si en ese caso hubo que recurrir a otras estrellas, para completar la actuación de Brandon Lee en El cuervo apenas bastaron unos cambios en el guión, un doble y retoques digitales. El hijo de Bruce Lee murió al ser alcanzado en el rodaje por un disparo real en lugar de una bala de fogueo y Paramount, horrorizada, decidió dejar el proyecto. Pero los dueños de Miramax, los célebres hermanos Weinstein (famosos por una intuición sólo comparable a su falta de escrúpulos) estrenaron poco después la película, convirtiéndola en una especie de homenaje al actor fallecido. El resultado, un éxito mundial y hasta una segunda parte con Vincent Perez en lugar del malogrado Lee.

No le fueron tan bien las cosas a MGM, la legendaria Metro, que reunió a dos estrellas como Christopher Walken y Natalie Wood en lo que parecía uno de los éxitos asegurados de 1982, Proyecto Brainstorm. Douglas Trumbull, que había trabajado en los efectos especiales de 2001, una odisea en el espacio o Blade Runner dirigiría la película, en la que aplicaría algunas innovaciones técnicas que auguraban una enorme repercusión.

La bellísima Natalie Wood en una imagen de 'Proyecto Brainstorm'

La bellísima Natalie Wood en una imagen de ‘Proyecto Brainstorm’

 

Pero en noviembre de 1981, durante un descanso del rodaje, Natalie Wood se ahogó en extrañas circunstancias. El estudio canceló la producción para cobrar la indemnización del seguro, pero Trumbull se opuso: argumentaba que casi todo el material estaba filmado y que bastaría una doble de cuerpo de Wood para terminar dos escenas y poder montar la película. La insistencia del director y el hecho de que la compañía de seguros Lloyd’s ofreciera a otros estudios el material existente obligó a MGM, de mala gana, a dar luz verde al estreno, que resultó un fracaso. Decepcionado por lo ocurrido Trumbull dejó de dirigir largometrajes, aunque siguió en la industria diseñando parques de atracciones y, sobre todo, como uno de los mandamases de IMAX, la empresa canadiense de cine panorámico.

Otra leyenda del cine, Marilyn Monroe, también nos dejó con un título legendario e inacabado: Something’s Got to Give. Aunque el proyecto contaba con algunos de los más grandes nombres de Hollywood (el director George Cukor y estrellas como Monroe, Dean Martin o Cyd Charisse), todo lo que podía salir mal fue todavía peor. Dean Martin cayó enfermo y Cukor decidió empezar a rodar las escenas en solitario de Monroe, pero la actriz andaba bastante desorientada e, incapaz de ir a trabajar dos días seguidos, complicó el rodaje hasta ser despedida por 20th Fox. Recuperado, Martin insistió en que la película no tendría sentido sin la bella rubia (a la que iba a sustituir Lee Remick), que fue readmitida… Pero que no volvió a pisar el plató al morir un 5 de agosto de 1962 con apenas 36 años.

La película, una nueva versión de Mi mujer favorita, fue durante muchos años un «fantasma». Monroe llegó a rodar 37 minutos aprovechables, en los que, pese a sus problemas y una anormal delgadez, está más bella que nunca, e incluye inolvidables escenas de la actriz en una piscina que fueron publicitadas como el primer desnudo integral de una gran estrella en el cine.

 

La película nunca llegó a estrenarse, Monroe se convirtió en una leyenda y, un año después, la también rubia pero mucho menos exquisita Jayne Mansfield le quitó «el honor» de aparecer desnuda en la gran pantalla. Hollywood, además, no entiende de sentimientos: sólo 16 meses después de morir Marilyn Fox estrenó Apártate cariño, con el mismo argumento, decorado y personajes, y donde la protagonista Doris Day usó algunos de los peinados y modelos de Monroe en el calamitoso rodaje.

Está de más decirlo, pero le quedaban a ella muchísimo mejor que a ninguna.

‘El consejero’: Todos juntos y revueltos

Una película que comienza con Penélope Cruz y Michael Fassbender practicando sexo oral no puede ser mala.

Una película en la que Cameron Diaz está cubierta de tatuajes y folla con un Ferrari (sí, folla con un Ferrari) tiene que valer la pena.

Y una película escrita por el autor de La carretera y rodada por el padre de Alien o Blade Runner ha de ser una obra maestra.

Pero esto último, por desgracia, no es cierto.

Javier Bardem y Cameron Diaz en 'El consejero' (FOX)

Javier Bardem y Cameron Diaz en ‘El consejero’ (FOX)

Es verdad que El consejero, que se estrena el viernes, no es una mala película. Cuenta con un reparto lujoso. Tiene frases memorables. Y un rollo fronterizo y salvaje, marginal e irresistible, que nos remite a las mejores canciones de Calexico o los más adictivos libros de Don Winslow.

También es verdad que ver a Cameron Diaz hacer guarrerías vale la pena. La rubia está casi irreconocible (tiene el rostro más deformado que Mickey Rourke tras una noche de marcha) pero sigue acumulando morbo. Es la gran vencedora de la fiesta, por encima de los divertidos Brad Pitt y Javier Bardem, de la eficiente Penélope Cruz o del elegante pero algo perdido Fassbender.

Porque ese es el problema, lo que impide que El consejero sea una obra maestra: el caos. Los personajes deambulan por la pantalla sin que muchas veces sepamos muy bien qué les pasa. No es por falta de palabras (a veces sufren una verborragia ridícula), sino porque lo contado y lo sugerido no siempre se ponen de acuerdo. Quizá es que Cormac McCarthy es demasiado hondo para reducir una trama compleja a dos horas. Probablemente es que a Ridley Scott le faltó una dosis de peyote para perderse de viaje con sus personajes.

Este viaje a la locura humana tiene una carrocería imponente y un motor de ocho cilindros, pero se queda sin gasolina a medio camino y nos deja algo tirados en el medio del desierto.