Entradas etiquetadas como ‘canada’

‘Yoga de la ira’, una nueva modalidad que incluye gritos, insultos y cerveza

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Hace unos días me hacía eco de un nuevo estilo pictórico, el pezonismo, ahora, en ese afán de innovar que tiene el ser humano me he encontrado con el ‘yoga de la ira‘ (Rage Yoga), que puede sonar absolutamente contradictorio, pero es la última moda en Calgary (Canadá).

La instructora de esta nueva modalidad es Lindsay Istace, y en sus clases mezcla la clásicas posturas de la cobra o el árbol con insultos, gritos, gestos ofensivos (peinetas, para más datos) y botellas de cerveza, como una forma para que los alumnos olviden su rabia, ira, mal rollo… ¿? Lee el resto de la entrada »

Una atracción helada que te va a dejar con la boca abierta

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A lo largo de mi corta carrera como periodista, más bien diría como juntaletras (porque el título para el que me queda muy poquito, es un simple papel firmado), me he topado con cientos de cosas curiosas, pero ninguna como esta especie de ‘atracción helada’.

Hace unas semanas salió la noticia del tobogán acuático casero más largo del mundo, y el año pasado, otra rampa infernal te podía llevar al otro barrio. Nada comparable a la ‘diversión inusitada’ que produce este tiovivo bajo cero. Lee el resto de la entrada »

Multado por conducir un ‘OBNI’

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Un jubilado canadiense de 80 años fue multado por una patrulla de agentes de tráfico por conducir un OBNI (Objeto Blanco No Identificado). El hombre circulaba por la localidad de Brussels, en Ontario (Canadá), en un vehículo que parecía más un muñeco de nieve con ruedas que un coche.

Al observar los agentes, que sólo era visible el parabrisas del lado del conductor, mandaron parar inmediatamente el automóvil. Tras comprobar que todos los papeles estaban en regla, los uniformados impusieron una multa de 110 dólares (alrededor de 100 euros), por poner en peligro al resto de coches. El increíble manto blanco impedía la visión casi por completo. Lee el resto de la entrada »

Se hace pasar por discapacitado para detener ladrones y se lleva una sorpresa

silla_ruedasEl sargento Marcos Horsley, de la policía de Vancouver (Canadá), vivió una experiencia que seguro que no olvida fácilmente. En una operación encubierta se disfrazó de un discapacitado con parálisis cerebral en silla de ruedas. La intención del Departamento era atrapar a un grupo de asaltantes que se aprovechaba de la situación de indefensión de estas personas.

Lo que no esperaba casi nadie es que la maniobra diera un giro de 180 grados y demostrara claramente la naturaleza bondadosa de los ciudadanos de esta localidad canadiense. En varias ocasiones, el agente pidió cambio de un billete grande, y nadie trató de engañarle con las vueltas. Todos entregaron la cantidad justa y algunos hasta le ofrecían más monedas viendo su complicada situación. Lee el resto de la entrada »

Un niño de tres años es multado por aparcar mal su moto de juguete

declan_motopDeclan Tramley es un muchachito canadiense al que su padre quiso gastar una broma. En una zona de aparcamiento del puerto de la localidad de Halifax, un metódico agente de policía (compinchado con el papá de Declan) lo estaba vigilando para sancionarle por estacionamiento en lugar prohibido.

Lo mejor fue la cara del pequeño al recibir el recargo. Nadie esperaba que se fuera a tomar tan a pecho la multa. Le faltó decir: «Me han pillado y encima sin casco. La que has liao pollito«. ¡Pobre chavalín!

El apuro se le pasó pronto al explicarle su padre que todo era una mofa para ver cómo reaccionaba ante la autoridad. Una curiosa forma de aprender el código de la circulación. Lee el resto de la entrada »

¿Qué caras ponen varios hombres al depilarse los genitales?

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Nunca he pasado por el trance de una depilación con cera, y viendo las caras que ponen algunos de los protagonistas de este vídeo, ni loco dejo que me toquen. ¡Si hasta sufro cuando me quitan un esparadrapo! Vale, quizás soy un poco flojeras, pero la cámara lenta no engaña, y se ve claramente que muy bien no lo están pasando.

Los veinte voluntarios que ‘soportan’ durante varios minutos esta especie de ‘tortura china’ en sus partes más íntimas aceptaron el reto de ser depilados por una buena causa. Se han convertido en las estrellas principales de la campaña publicitaria No-the-Sac-Wax, que la Sanidad canadiense ha impulsado para luchar contra el cáncer testicular.

El spot pretende recordarle a todos los hombres (en mi caso creo que han logrado su propósito) la importancia de revisar periódicamente los testículos e ir inmediatamente al médico si detectan algo raro. Vamos, que invitan a todos los varones a que palpen sin pudor sus glándulas día sí, día también. En eso estoy totalmente de acuerdo. Mejor prevenir, que encontrarse con una sorpresa desagradable.

Para que el mal trago pasara un poco mejor, fueron las expertas y delicadas manos de una mujer las que realizaron los dolorosos tirones. Algunos incluso hasta bebieron algo de alcohol para soportar el vía crucis. Nada como un buen lingotazo para que las penas se conviertan en alegrías. ¿No hubiera sido mejor un potente somnífero? Para qué padecer inútilmente.

(Foto: Captura Youtube / Crush FX)

Una periodista protesta en topless mientras entrevista a un alcalde

Lori Welbourne (@LoriWelbourne) seguro que pondría cara de poker si escucha la palabra ‘escrache‘. Y, sin embargo, acaba de protagonizar el escrache (perdón por la redundancia) más llamativo de los últimos meses. En vez de acudir, megáfono en mano y acompañada por un grupo numeroso de correligionarios, a la casa del político de turno y proferir proclamas en su contra, decidió invitar a Walter Gray, alcalde de la localidad canadiense de Kelowna, a su programa de radio. El motivo de la entrevista era hacerle llegar su disconformidad con una supuesta normativa del ayuntamiento que prohíbe hacer topless.

periodista_toplessLa entrevistadora arrancó su cuestionario con una serie de preguntas en torno a la polémica directriz y, mientras el edil trataba de explicarse, decidió quitarse la parte de arriba de su vestimenta y dejar sus pechos al aire. El hombre se quedó patidifuso e interrumpió sus declaraciones para preguntar a la periodista qué estaba haciendo. Welbourne, ni se inmutó: «hace mucho calor aquí, ¿no cree?». ¡Al más puro estilo Femen!

Tras un leve balbuceo, el alcalde continuó con su proclama. «No se prohíbe hacer topless, pero alguien puede tener la tentación de llamar a la policía si ve a una mujer desnuda» (no sé a vosotros, pero a mí me suena a amenaza con sordina, algo así como decir «a ver quién se atreve»).

Tras esta afirmación, la señora Welbourne (¿MILF o no? Tengo dudas), se atrevió con una pregunta directa: «¿entonces, puedo hacer topless en la ciudad?». Mr. Gray reculó un poco, quizá intimidado por el par de razones de la entrevistadora. «No le estoy diciendo que lo haga, pero si lo hace no estará cometiendo un delito y las autoridades poco pueden hacer al respecto». ¡¡Derrota por K.O.!!

Aprovechando el ejemplo de Welbourne y su indudable éxito, desde aquí hago un llamamiento a los ciudadanos que recurren al escrache para defender sus derechos. Gracias por preocuparos por el estado de nuestra democracia y recordad que hay otras maneras de hacerlo. Con un par.

Vive tres años con una navaja clavada en la espalda sin darse cuenta

Billy McNeelly (Foto: cbc.ca)

Billy McNeelly (Foto: cbc.ca)

El despiste de algunos no tiene parangón. Un canadiense de 32 años, que responde al nombre de Billy McNeelly, ha pasado los últimos tres años de su vida con una hoja de navaja de casi ocho centímetros clavada bajo la piel.

Durante las últimas semanas, McNeelly sintió un picor insoportable en la espalda, y tras rascarse casi de forma enfermiza, una de sus uñas se partió al chocar con un cuerpo extraño que parecía estar alojado bajo su epidermis. Alarmado, llamó a su novia, y al mirar detenidamente la ‘pequeña’ cicatriz que adornaba esa zona de su cuerpo, descubrió un objeto metálico. A no ser que su chico fuera Lobezno o una especie de Terminator con exoesqueleto de metal, la pareja tenía suficientes motivos para acudir rápidamente a urgencias de un hospital.

En el centro médico, después de una radiografía y una revisión más exhaustiva, el equipo de doctores descubrió el misterio: McNeelly ha estado dando cobijo a un acero afilado desde abril de 2010, cuando tras una fiesta que terminó en reyerta, el joven recibió cinco puñaladas, varias de ellas en su espalda. Como todas parecían superficiales, los galenos que le atendieron en ese momento se limitaron a curar las heridas sin percatarse del ‘curioso huésped’.

«Sentía algo que me molestaba y a veces la piel me ardía, pero no le di mayor importancia«, comentó este ‘hombre de acero’ a un medio local. Billy ha guardado el cuchillo como un mal recuerdo tras haber sido su compañero inseparable durante casi mil días.

Una historia de amor descabellada

No sabe uno si es el amor, la televisión, las ganas de salir en la prensa o que vivimos tiempos difíciles en los que si no vas a Mujeres y hombres y viceversa no puedes encontrar una pareja como Dios manda, pero hay gente que se complica mucho la vida. Ya me daréis vuestro veredicto cuando leáis la historia que viene a continuación.

Sandy Crocker es un dentista canadiense que ha volado desde su país natal hasta Irlanda para reencontrarse con quien él cree que es el amor de su vida: una mujer a la que conoció hace un año, con la que habló durante dos minutos en una cafetería de la localidad de Ennistymon y de la que no sabe ni tan siquiera su nombre.

Aunque habló poquísimo con ella, él está convencido de que esa pelirroja es LA mujer. Ignora si está casada, si es heterosexual, si vive en esa población… vamos, os diría que de las pocas cosas que sabe es el color de su pelo y que hace un año fue a una cafetería. Pese a todo, planea pasar cuatro semanas en el país buscándola, con la esperanza de convencerla de que no es un pirado obseso sino que es el hombre ideal para ella.

Sandy cuenta a la prensa que él y su hermano pararon un momento a comer en el local y preguntaron a una chica que se iba por una dirección. Lo típico. Ella ya se marchaba de la cafetería y tanto él como su hermano dejaban el país al día siguiente, de modo que en un principio lo dejó pasar sin darle mayor importancia.

El problema es que unos minutos después le entró la neura se dio cuenta de que probablemente no podría vivir sin ella y se puso a buscarla como un loco durante un par de horas por la ciudad. No la encontró, siguió haciendo turismo y por la noche volvió a buscarla otras dos horas. Agua, nuevamente.

Con su gozo en un pozo se volvió a casa y, aunque conoció a muchas mujeres canadienses, ninguna igualó esos dos minutos con la irlandesa. Por ello ha regresado al pueblo irlandés, eso sí, con pocas esperanzas. De momento ya ha visitado sin éxito la cafetería. Algo parecido (a pequeña escala) le ocurrió a un tipo en el metro de Nueva York y la cosa salió regular. ¿Qué posibilidades reales hay de que una chica recuerde a un extranjero al que le dio un par de indicaciones hace un año en un local?

PD: No se me olvida que os tengo que contar una cosa. Todos atentos el viernes.

El ‘racismo’ de los billetes de Canadá

Somos inconformistas, ya lo sabéis. Si ganamos la Champions decimos que vale, pero que no jugamos bien. Si jugamos bien decimos que vale, pero que los canteranos no juegan todo lo que deberían. Si juegan los canteranos decimos que vale, pero que nos arriesgamos a cortar su progresión precipitándonos al subirlos al primer equipo. Por eso en Canadá, donde la gente habla menos de crisis y más de otras cosas, están preocupados porque dicen que sus billetes están viviendo un caso de racismo nunca visto.

Sin haber estado jamás en el país, yo tengo a los canadienses por gente de bien. Será que me llegó al alma aquello de Bowling for Columbine, cuando Michael Moore abría las puertas de la casa de la gente, que no las cerraban con llave, porque no había peligro de ser atracados (al menos hasta entonces). Por eso no me sorprende que, mientras en Europa estamos con el agua al cuello viendo cómo los políticos se pasan la pelota de unos a otros, allí el gobernador del Banco de Canadá ha pedido disculpas por retirar un dibujo de un billete. Así como lo leéis.

Resulta que en la impresión de los billetes de 100 dólares, que se pusieron en circulación en noviembre 2011, hay una mujer mirando por un microscopio. Pues bien, en el diseño original esa mujer parecía asiática y los conejillos de indias a los que les mostraron los billetes antes de ponerlos en circulación, allá por 2009, criticaron esa circunstancia, porque consideraron que la imagen no era representativa de la mujer canadiense.

De modo que en la versión definitiva sustituyeron a la mujer aparentemente asiática por otra aparentemente caucásica, para evitar protestas. El problema es que ahora se ha conocido la historia y, en lugar de protestar porque hay una mujer asiática en los billetes, la gente ha protestado porque había una mujer asiática en los billetes y ya no. «¡RACISMO! ¡RACISMO!», gritan algunos, que consideran un ultraje que Canadá, ejemplo de multiculturalismo, haya permitido esto.

Ante la avalancha de críticas, el gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, pidió disculpas y dijo, como supondréis, que admitía el error que habían cometido. Vaya por delante que la imagen fue retirada para darle una apariencia «neutral» a la figura del billete, aunque eso no ha calmado tampoco los ánimos. Sabéis de sobra que, de haber elegido la imagen original, ahora estaríamos diciendo que discriminaba a los canadienses no asiáticos, porque cuando nos ponemos pejigueros no tenemos fin.

Es sorprendente, ¿verdad? Yo ya no me meto en si hicieron bien o no en sustituir la imagen de los billetes, pero sí que digo que me sorprende que se arme este follón por una cosa así y que encima pasó hace tres años (aunque se haya sabido ahora). Será que, con la que está cayendo aquí, no termino de ponerme en situación para discutir de billetes.

PD: Mi hermano solía decir que el de los billetes de 100 (Manuel de Falla) se parecía a mi abuelo. No sé si con esto tenemos para discutir un ratillo.