El alto precio de perdonar la vida al Atleti del Cholo

Diego Pablo Simeone da indicaciones a sus jugadores en el Bernabéu. EFE / J. J. Guillén

El mejor resumen del partido era el que iba a ser el tercer cambio del Atleti. El Cholo iba a hacer debutar en Liga a Alessio Cerci, jugador italiano cuya etapa en España da para documental. Los atléticos en redes sociales bromeaban con un gol del romano para empatar en el Bernabéu. Así de lejano veían un resultado que, por otro lado, el Atleti no merecía. Pero el Madrid cometió un error: se relajó. Y enfrente estaba el equipo del mundo que mejor aprovecha el error ajeno.

El Real Madrid hizo un partido inteligente, sosegado, efectivo. Logró adelantarse y manejó bien el partido. Pero en el tramo final, empezó a sestear. Picó quizá en una trampa: el Atleti parecía conformarse con el 1-0 para centrarse en el partido ante el Leicester el miércoles.

Pero nada fue lo que parecía: ni entró Cerci, ni el Madrid tenía el partido controlado, ni el Atleti se había conformado. El gol de Griezmann en el 85 desató una celebración impetuosa de Simeone. Él sabe que ese punto vale por tres o más. Sigue con su racha de partidos sin perder, llega con confianza al choque europeo y encima, le mete el dedo en el ojo al eterno rival.

El final de temporada de este Atleti está siendo cholismo puro y duro. En vena. Conviene estar atento.

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