—El equilibrio y el orden natural de los elementos es más factible de ser encontrado en el absoluto desorden de los mismos— afirmó el Profesor Rumnsteiner para darle un buen remate a la introducción de su teoría e impresionar al auditorio. Para llevar sus reflexiones a la práctica, expuso luego unas diapositivas con fotos del experimento realizado en su casa, la cual carecía de limpieza desde hacía catorce meses y medio. Según el profesor, habiendo vivido en el caos absoluto, en el «desorden total de los elementos», su mente se las había arreglado para ver una “nueva forma de orden” dentro del desorden, capaz de esclarecer cualquier tipo de problema matemático. La teoría del Profesor Rumnsteiner fue abucheada por todos los presentes, quienes después de ver su escritorio lleno de cajas de pizza, aseguraron que la teoría del matemático sólo servía para justificar la mugre que reinaba en su casa.
Cro que el investigador ese tiene razón, yo mismo he hecho el experimento ; He cogido un montón de chatarra , un montón de tornillos, otro montón de cosas raras como piezas de coche rotas y piezas de electrónica, las he revuelto todas con un palo y me ha salido con todo eso ,un TV de plasma de cincuenta pulgadas que se ve divinamente y se oye en cuadrofonía.
Clica sobre mi nombre
18 mayo 2010 | 12:57
Larrosa, deja de tomar drogas que no son buenas. Y a tu edad ya chocheas sin necesidad de consumirlas.
18 mayo 2010 | 13:16
Profesor Rumnsteiner , esas pruebas que ha realizado ya existen y se llaman síndrome de diógenes…..
18 mayo 2010 | 13:48
El caos es necesario, a traves de el, en ocasiones, se llega a la luz.
18 mayo 2010 | 13:53
Es cierto. Soy desordenado ordenadamente, tengo una mente en el desorden ordenado, con conceptos que se ordenan siguiendo patrones sin orden aparente, pero ordenados certeramente para ser tomados cuando son necesarios. Da agilidad al cerebro, el hacer por encontrarlos en el subconsciente engañado, que se hace creer a sí mismo que está en desorden lo que ha colocado en uno u otro lugar, pero que se enriquece a sí mismo al recordar sin creer recordar dónd elo ha colocado.
Bueno, dejémonos de ordenar pensamientos lógicamente desordenados y vayamos a la práctica de los sucesos, que es donde dicen que se prueba la ley de la lógic aaplastante, aunque hay cosas que en su relatividad es dond emás alcanzan lógica. Pues eso. He aquí el ejemplo:
Se me pierden las llaves. Me agobio. Error. EL agobio hace que el desorden ordenado del cerebro se atore y pretenda ordenar el desorden subconsciente, como queriendo traer a la lógica cuadriclada ese ordenamiento contrario a lo que se pretende.
Lo mejor, cuando se pierden las llaves, o cualquier otro elemento es pararse en seco, sentarse, relajarse, es muy difícil pero es lo correcto, y una vez relajados pensar en otra cosa. Nos daremos cuenta cómo el cerebro no sllevará hacia donde estaban. Lo malo es que se caigan sin darnos cuenta. EL cerebro intentará llevarnos al momento mas cercano. PEro si nos agobianos intentando gobernar con orden el desorden del pensamiento, la fastidiamos.
En fin, viva el relativismo abstracto ordenado.
18 mayo 2010 | 14:05
Proeza digna de Mcgiver, Antonio.
Srm, me causó mucho el comentario.
Arckángel, el caos es un lindo punto de partida.
”1,2,3,4…” Buenísimo! Fantástico!
18 mayo 2010 | 19:13
Me he acordado de lo que dice mi hijo respecto a su habitación y todo lo que contiene, especialmente sus mesas de estudio y la zona de estanterias y apartados de ordenador y demás.»tengo un desorden ordenado».
Y es cierto, puede encontrar cualquier papel o pieza de lo que sea al instante.
Claro que si una entra, aunque no toque nada, lo descubre, incluso sabe si ha entrado el gato.
18 mayo 2010 | 19:37
La genialidad y el desorden van de la mano- afirmó Nicolás para darle un buen remate a su comentario e impresionar al resto de los comentaristas.
La teoría de Nicolás fue abucheada por todos los presentes, quienes aseguraron que la teoría del comentarista sólo servía para intentar desviar la atención de la gente de su desorden a una inteligencia superior inexistente.
18 mayo 2010 | 20:21