Aquel día en que se le cortó la luz, un pequeño grupo de luciérnagas que entró por pura casualidad a su casa le dieron una gran idea. Se mudó al bosque, a una cabañita de madera que adquirió con los ahorros de casi toda una vida y con un poco de esfuerzo, dejó de consumir electricidad. Abandonó el trabajo y aunque le costó horrores superar la adicción, ya no necesitó del ordenador, el celular o la internet. Siembra y cosecha. Caza y pesca. Orgulloso se encuentra de ser independiente. Cambió la música por el cantar de los grillos y el croar de las ranas y cuando el cielo vuelve a aclarar, la emisora natural reproduce el canto de los pájaros e intensifica el manso sonido del río que corre a unos metros de la cabaña. La única energía que conoce es la del sol, y nadie le cobra por ella.
No hace tanto tiempo vivíamos sin ordenador, sin teléfono móvil (ni fijo) y sin Internet. Y vivíamos, lo recuerdo. Quedabamos con los amigos en persona y si teníamos que telefonear usábamos los teléfonos públicos. Yo no tuve teléfono fijo en casa hasta los quince años.
Algún tiempo más atrás vivíamos sin muchos de los electrodomésticos que nos hacen la vida más fácil. Lo recuerdo a duras penas, pero podíamos vivir con ello.
Rebobinando un poco, de eso ya no guardo memoria, pues yo no existía, la gente vivía sin electricidad, y vivía a la luz de las velas y las lámparas de aceite. Y a su luz, escribían, leían, hacían sus tareas cuando la noche caía.
Rebobinar hasta entonces sería difícil hoy en día, pero no imposible. Nos adaptaríamos si no hubiera más remedio. Echaríamos de menos muchas comodidades, y sobre todo, creo yo, echaríamos de menos comunicarnos con mucha gente en la distancia, pero el ser humano se adapta tanto al progreso como al regreso…y supongo que volveríamos a escribir cartas a la luz de las velas…
09 diciembre 2010 | 12:53
Seguro que podemos prescindir de muchas cosas que creemos imprescindibles.Yo alguna vez me he ido de campamento y me he sorprendido de como uno se acostumbra a dormir en el piso, cocinar en el suelo, lavar en el río, baniarse en el río!!Los primeros días son un poco raros pero después parece que uno vivió así toda su vida.Aunque hay algunas cosas que no dejaría nunca, el lavarropas, el lavaplatos, la calefacción…….
Me quedo con el título,» vuelta a empezar», que lindo mandar todo al diablo y volver a empezar.Alguna vez lo he hecho.Se nota que es fin de anio.
Saludos!
09 diciembre 2010 | 15:06
Que lastima que eso ya no sea posible. La casa paga IBI, luego la contribución del las tierras de cultivo, la obligatoreidad de pasar lo cazado por el matadero, vamos que se te pone en un pico y con las moras del arbusto de enfrente de casa no me da para tanto impuesto. Asi que trabajo a diario y los fines de semana con lo ahorrado me voy a la cabaña.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
09 diciembre 2010 | 16:09
Me encanta tu comentario, Carla 😉
Conoce un nuevo blog de denuncia de lo cotidiano clicando mi nombre
09 diciembre 2010 | 16:54
Sí, como dice Metamorfosis, de algunas cosas se podría prescindir, pero de muchas otras no. ¿Qué me decís de la lavadora?, no me veo yendo a lavar al río, y por otro lado, sería ilegal, y multa al canto.Tampoco puedes cortar árboles así como así, que están los «inspectores nuevos de medio ambiente», que te meten un puro de no te menees,tampoco puedes pescar, porque aparte de que escasean los peces, hay cotos y vedas, al igual que la caza.
Y dice penélope G. que de camping uno se adapta. Pues por mi zona, está prohibido el acampar libremente, bueno y el hacer fuego en el campo; lo de bañarse en el río,me sigue gustando y lo sigo haciendo (menos mal que no todo está prohibido).
De todas las maneras, es difícil adaptarse al retroceso,muy difícil
09 diciembre 2010 | 16:55
Ojalá fuera fácil!.
Pero por desgracia necesitamos algunas cosas que sólo se pueden conseguir con dinero.
Osea trabajando. 🙁
09 diciembre 2010 | 16:56
Dice Carla que con las moras del matorral de enfrente no da para pagar siquiera los impuestos de la cabaña. Pues por aquí, las moras no sé, pero ni siquiera el tomillo, o la maruja se puede coger, que son especies protegidas, y multa al canto si te pescan con ellas, que están destinadas a los buitres y otras especies.
PD: sr. Larrosa, aprovecho para manifestarle que siento lo que le ocurrió a su perro, y el dolor que tuvo que suponerle a usted su pérdida
09 diciembre 2010 | 17:02
A Marisa : He tenido cientos de perros, bueno tantos no pero si unos cuantos y tengo tantas cosa que ellos me han dado para contar que a algunas personas les pueden parecer fantasias de mi mente , pero no es asi , y tengo algunas escritas por aqui y por allá tantas que podria escribir un libro y son tan buenas personas los perros que he tenido que pienso muchas veces que son muy malos perros muchas personas. Gracias por su comentario.
09 diciembre 2010 | 17:30
Seamos realistas, nadie puede prescindir de su móvil, internet, música… Nos volvimos muy consumistas, y cuanto más nos lo enseñen más queremos.
Cuanto más tenemos más queremos. Pero así es la sociedad y así vamos evolucionando, no podemos pretender vivir anclados al pasado.
Saludos a todos
09 diciembre 2010 | 17:35
Siempre decimos, año nuevo vida nueva, pero cambia el año y la verdad es que lo mejor, es que no solo no hubiera llegado ese año, si no que el tiempo se hubiera parado , porque todo sigue igual y nosotros seguimos envejeciendo. A mi me parece algunas veces que la juventud se me escapó de las manos como si fuera un puñado de agua.
09 diciembre 2010 | 17:36
El vivir de esa manera
yo lo conseguí hace tiempo,
que trabajo me costó.
Es primordial el encontrar
un lugar que no esté ocupado
y lo suficiente apartado,
para vivir en libertad.
Sin que nadie te moleste,
y sin a nadie molestar .
Si todos los de las ciudades,
quisieran lo mismo hacer.
No cabríamos en el campo,
ya que en las ciudades se vive
en vertical, a lo alto.
Y en el campo todos queremos
vivir en horizontal.
Lo suficiente alejado
del vecino más cercano.
Que no nos podamos ver,
si es que no lo deseamos.
Supondría parcelar el mundo,
pero en el reparto de estas,
la mitad quedarían exentos,
faltaría tanto terreno.
Aunque hay una manera,
de que cada cual lo consiga.
Búscate un lugar de ensueño,
que sea como un paraíso.
Fotografíalo en tu memoria,
sácale con tu mente vídeos.
Y cuando vuelvas a casa,
aunque vivas en un rascacielos,
rodeado de asfalto y cemento.
Aíslate, apaga tu celular,
corta el fluido eléctrico.
Aprende a visualizar
lo que ha grabado tu mente
de aquel lugar tan idílico.
Comienzas unos momentos al día,
aumenta poco a poco el tiempo.
Y antes de lo que pienses
sabrás, aislarte en unos segundos.
Podrás vivir de esa manera,
el tiempo que necesites,
o el que a ti te apetezca.
Es fácil de conseguir
si es que has estado por aquí,
más Al sur de Gomaranto.
09 diciembre 2010 | 20:16
Dreamin. I love blogging. You all express your feelings the right way, because they are your feeling, focus on your blog it is great.
30 diciembre 2010 | 02:52