Desde aquel beso, el pintor nunca más volvió a pintar otra cosa más que el rostro de la mujer que logró enamorarlo. No volvió a dibujar otro paisaje más que el tranquilo río en el que la besó, el atardecer en el que, bajo el efecto de una mirada hipnótica, cerró los ojos, inclinó su cuerpo y rozó sus labios. Ella y él, sobre una roca, enfrentados, sentados en canastita, estirando sus torsos hacia delante, uniéndose por siempre, repetidas veces, constantemente sobre sus lienzos. De mil y una maneras, la misma y única escena era revivida por el pintor que, enamorado de aquel recuerdo perfecto —para nada sobrevalorado— lo representaba sin descanso. Aún así, el dulce beso, presente todo el tiempo en el corazón enamorado del pincel con el que garabateaba constantemente los mismos e idénticos trazos, fue único e irrepetible. El pintor lo sabía, pero le fue imposible aceptarlo.
Madre mia, lo que hace el amor… un solo beso cambia la vida del pintor…
Clicka sobre mi nick! ^^
27 marzo 2011 | 10:39
Hay pintores mono-cromáticos y tambien pinta monas . pintores estos que siempre pintan monas esperando que alguna le quede muy mona pero aunque alguno ha intentado pintarlas incluso luciendo estupendos vestidos de seda siempre pasa lo mismo pues aunque la mona se vista de seda siempre queda pintada una birria de mona.Son los pintoresde monascromáticas
27 marzo 2011 | 11:29
«Sentados en canastita»
¡Joíos gauchos! Que ni sabes qué postura es ésa ni si sale en el Camaasusta pero, ¡oyes!, quesque ya ná más que leío t´hase que te se suba una sofoquina y te se baje otra , ¡no te digo ná pronunsiao por, aquí, el paisano u cualquisquiá otro de su pueblo!
¡Loquitas, que nos tenéis loquitas perdías! ¡Ven aquí, que te como! ¿Ánde estás, Wally? No te m´escondas, ¡cobarde!
¡Jajaja, si es que son monísimos!
27 marzo 2011 | 11:32
Ojalá hubieran más escritores como tú, en esta sociedad nos hacen falta gente con valores, capaces de sorprenderse por las pequeños detalles.
Para todos aquellos bohemios que disfrutáis viendo el amanecer todos los días, os recomiendo que visitéis mi blog:
http://www.pianistasdelmundo.blogspot.com
Ah, y si pincháis en la publicidad, me ayudaréis con unos centimillos, que falta me hacen.
27 marzo 2011 | 12:46
Las grandes alegrías así como las profundas heridas, son todas hechas en pequeños momentos y de detalles casi insignificantes para unos y muy importantes para otros.
Y que tristeza sentimos cuando al fin “nos admitimos” que no podemos revivir esos momentos maravillosos (el de las alegrías) pero al mismo tiempo es un alivio saber que los momentos que te causan heridas con el tiempo se borraran (algunas).
Me alegro que al menos este pintor sea feliz con la “locura” de ese beso.
@ Amantes de la buena música…eres de los pocos que promocionan su blog, que pide las cosas amablemente y con educación, y eso me agrada. Quería decirte que algunos de tus pianistas merecen más que una simple línea de descripción, como por ejemplo María Joao Pires…no lo tomes como una crítica, es solo una observación
Ahh y los centimillos nos hacen falta a casi todos, pero de mi parte ya esta pinchaooo jejeje
27 marzo 2011 | 16:03
En realidad los recuerdos cambian tanto con el tiempo, que inevitablemente el cuadro tiene que haber ido cambiando. Al final sería un pintor monotemático, pero evolucionando.
27 marzo 2011 | 16:23
La de besos que se está perdiendo el pintor con esa obsesión.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
27 marzo 2011 | 21:36
Que la obra sea monotemática no implica que carezca de interés, ni que sea siempre la misma, se puede usar el mismo tema y plasmarlo de infinitas maneras- colores, luces, sombras, diferentes ángulos, diferentes técnicas.Detrás de una gran obra simpre hay una gran pasión.
Nefasto domingo por la noche….
27 marzo 2011 | 22:14
Los colores del amor, ponen su sello dentro del pecho en el corazón, como un tatuaje que te dura hasta la muerte.
28 marzo 2011 | 05:19